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Rechazar siempre cualquier engaño

11 de Enero de 2024
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Alicia Collado engaño

Cuando vas al mercado a comprar manzanas, lo primero que dignamente deseas es que te vendan exactamente manzanas (sanas), no otra cosa sea católica o protestante, sea positiva o negativa, tenga buena estética o no o provenga de país rico o pobre.

Sí, lo que tú deseas es que sean manzanas, que no sean algo parecido o algo imitado o algo artificialmente análogo y, también, que no sean ciruelas ni calabazas ni percebes ni cocos. Porque, lo que realmente deseas, es que sean sólo manzanas, ¡exacto!, sin posibles trucos y sin posibles engaños.

Pues lo mismo ocurre cuando alguien te intenta dar razón, lo mismo, ya que es sólo razón y nada más que razón (sin ninguna sinrazón entre medias) lo que te tiene que dar. Y lo mismo cuando alguien te intente dar ética o información fiable o respeto al medio. Eso es así.

En la vida, para que tú seas digno del vivir, tienes que rechazar lo que contraviene en indignidad al vivir o a cualquiera de sus componentes básicos o de sus inevitables relaciones-interacciones con el mundo. Y no existe otro camino que tu explícito rechazo a consentir-aceptar una errónea praxis o atención junto con una adecuada exigencia ante todos por tu parte.

Cuando te gestionan los recursos públicos, asimismo, debes rechazar que te los gestionen “de cualquier manera”; aunque, para ello, sacrifiques comodidades o algunos privilegios que, en tal situación, no te corresponden. El caso es que no debes ser complaciente ni… cómplice.

Eso ya es pura verdad, para que lo comprendas. Ni más ni menos. Desde ahí, cuando ya alguien te diga que cuida la Naturaleza, pues que sea eso sólo verdad, sin reparos.

En definitiva, debes no ser cómplice con el engaño, y has de exigir todo lo que dignamente se haya que exigir; unas veces a los políticos, otras veces a tus amigos o vecinos y, otras veces, a esos que crees incuestionables o intocables.

Pero debes exigir (sin reservas) que te den sin trucos lo que te declaran que te dan, sea razón, cuidados de salud o una administración de algunos de tus bienes. Obvio.

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