El pueblo palestino viene sufriendo asedio y genocidio por el israelí, desde el 14 de mayo de 1948 fecha de la creación del Estado de Israel, en la Península del Sinaí tras su abandono por el Reino Unido y como consecuencia, de la resolución 181 de la ONU del 29 de noviembre de 1947 que le otorga su independencia, con la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe, habiendo éste habitado durante siglos en esa zona y que ha venido padeciendo cada vez más la confiscación de su territorio por Israel.
El hostigamiento y las represiones del pueblo judío al palestino, desde que se constituyó el Estado de Israel ha sido permanente. El número de víctimas entre las contiendas de ambos bandos, han sido constantes pero muy desequilibrado, siendo de 1 judío por 20 palestinos. De éstos han sido ya más de 220.000 los asesinados por el ejército de Israel o por civiles israelíes, sobre todo colonos que aprovechan para usurpar los bienes de los palestinos, entre otros sus terrenos y viviendas. En el último conflicto desatado con la masacre el pasado 7 de octubre de 1.400 judíos vilmente asesinados y 240 secuestrados por Hamás, la venganza de Israel ya ha ocasionado más de 34.000 asesinatos, la mayoría civiles niños y mujeres.
A todo esto, se le añade el éxodo de los palestinos de sus residencias en la Franja Norte de Gaza, huyendo hacia el Sur debido a su hipotética más seguridad, algo que como se ha venido comprobando no ocurre, pues son perseguidos y atacados allí donde se encuentren y reprimidos por el ejército israelí sin ninguna consideración.
Esto por la comunidad internacional se viene calificando como un auténtico genocidio. En consecuencia, el pueblo palestino cuenta cada vez más con simpatía y solidaridad por todo el mundo. Son muchas miles de manifestaciones que en ese sentido lo acreditan. El ensañamiento de Israel con la población palestina, ha creado a favor de ésta un sentimiento aún mucho mayor a favor de su causa por la descolonización e independencia a favor de su propio Estado, algo que se aprobó por la asamblea general de la ONU en 2013, con el apoyo de los votos afirmativos de 139 países de entre un total 193.
Sin embargo, el muy importante lobby judío, bastante extendido en Europa y sobre todo en Estados Unidos, sistemáticamente ha venido oponiéndose en el Consejo de Seguridad de la ONU, a cualquier decisión que afecte a los intereses de Israel, incluido su negativa a que cese la contienda y haya una tregua que, permita abastecer a la población palestina de lo más esencial para poder supervivir (ya son muchos habitantes fundamentalmente niños que han muerto de hambre), agua, comida y medicina.
Debido a esta situación tan grave y dramática que padece el pueblo palestino, con toda seguridad, crearan secuelas en las nuevas generaciones y eso enconará y alargará bastante más el conflicto, que lamentablemente y como consecuencia del poderío de Israel y el trato opresor y vejatorio al que somete a los palestinos, tuvo que sensibilizar y afectar mucho anímicamente, al joven militar aviador estadounidense de tan sólo 25 años Aaron Bushnell, hasta el extremo de heroicamente mostrar ejemplarmente su solidaridad, sacrificando su vida de forma trágica y horrible inmolándose a lo bonzo, delante de la Embajada de Israel en Washington el pasado 25 de febrero y falleciendo al día siguiente. Sin embargo, esta muy dramática y heroica acción, ha pasado bastante desapercibida y sin la necesaria y debida divulgación.
Máxime, si tenemos en cuenta desde posiciones pacifistas que, Aaron Bushnell nos representa y sacrificó su vida para que los palestinos de Gaza pudieran vivir, sin la opresión que vienen padeciendo desde hace décadas. En ese sentido, denunció la complicidad de su gobierno de Estados Unidos con el Estado sionista de Israel. Murió por una Palestina libre (estas fueron sus últimas palabras).
Sin lugar a dudas, por su extraordinario ejemplo, merece que se le recuerde y rinda tributo en una asamblea general de la ONU. Y ya más cercanos a nosotros igualmente, en el Consejo de la Unión Europea y en nuestro Parlamento.