Los recursos económicos son también algo muy importante. Terminadas ya las elecciones, es el momento de hacer cuentas. Unos, que no estaban mal, se pueden recuperar ahora de lo que les faltaba. Otros pueden devolver los créditos, que habían pedido. Finalmente, otros se pueden arruinar y proclamar su destrucción.
Cualquier institución necesita de una economía saneada para poder realizar sus actividades, porque incluyen gastos. ¿Cómo se las arreglan? Como todos. Los bancos son el último o el primer agarradero para empezar. No suelen confiar en los partidos pequeños, por carecer de posibilidades. Están más inclinados a favorecer a los grandes, porque confían en recuperarlo pronto.
La situación más importante son los resultados de las elecciones. Cuantos más votos saquen, más cantidad de dinero recuperan de parte del Estado. Se han gastado mucho y ahora se lo pagan. Si están fuertes en dinero, a las entidades bancarias les sube la moral para concederles más créditos cuando les tengan que pedir de nuevo.
Pocos son los partidos que no piden a los bancos, porque quieren ser libres y no depender más que de sus afiliados. Esta es una situación muy noble y muy honrada. Hay ejemplos para aprender estas cosas.
Un partido que no depende de los bancos es Unidas Podemos. Por eso, si pierden votos, se echan a temblar, porque la ruina se les viene encima. Ellos dan siempre información clara y transparente. El mismo día 8 de agosto nos la han ofrecido de manera oficial. Han perdido el noventa por ciento de sus ingresos autonómicos y el setenta por ciento de los estatales. Estarán muy preocupados, porque es muy difícil que salgan adelante. Algo tendrán que inventarse y no tardando.
El Partido Popular estuvo hace poco haciendo trámites para desprenderse de su sede actual de la calle Génova. Ahora han sacado más votos en la decisión popular, confirmando las encuestas, y estarían cerca de la mayoría absoluta, por eso habrán podido recuperar todo lo que deben, que no sería ser poco. Ya hace algún tiempo que las noticias de la central se apagaron.
Otras veces, se ponen de actualidad las relaciones con el partido, sean personales, familiares o de intereses particulares. Tenemos aquí a Vox. Macarena Olona se marchó del partido, después quiso volver con demasiado empaque y poca humildad. No la dejaron. Ahora el que ha sorprendido es el marido Espinosa de los Monteros, en el que también han influido las relaciones económicas personales. Estuvo metido en líos con la concesión de su chalet y varias oficinas, perdió los juicios y tuvo que pagar las multas.
Además, perder diecinueve votos le imposibilita ser diputado del partido. Ahora los únicos ingresos son los que salgan de sus respectivos trabajos personales. La cosa está un poco fea. Seguramente ya no habrá cargos oficiales de los que cobrar.
Lo peor del caso es para quien vive solamente de la política. Cuando esta le falta, ¿qué le queda, si no tienen una profesión determinada, o una base profesional, que le respalde? Creo que la política no puede ser una profesión.
En estados poderosos económicamente se regala mucho dinero al partido que nos interesa que gane las elecciones y tenga ambiciones de ser Presidente. El mismo Presidente debe ser ya multimillonario, pero necesita más y por eso se celebran cenas, fiestas, mítines, etc., donde se cobra mucho dinero por entrar. Allí se piden las donaciones y los seguidores se vuelcan con quien se presenta con arrastre para ganar.
Petro, el actual Presidente de Colombia, está acusado de aprovecharse del dinero que ganó su hijo para seguir en el gobierno. El hijo lo ha confesado: mi dinero fue para mi Padre. Entrará en la cárcel, pero pronto confía en el perdón.
Los recursos económicos compran y venden a su voluntad, un día se recuperan momentáneamente. El golpe de Estado dado en Níger tiene causas complejas, pero Francia tiene de qué arrepentirse, porque los minerales más valiosos se los ha apropiado este país, del que dependía la colonia. Esto para que sigamos pensando, pero no caemos en la cuenta o no queremos que esos metales preciosos tengan un propietario, a quien no reconocemos. Así se ha ido enriqueciendo la humanidad. Al llegar el golpe de Estado militar, todos lo analizamos y culpamos a quien lo produce. No se nos ocurre nunca pensar en otras causas. Es todo demasiado simple. Las cosas van bien, mientras se barre con todo lo que podemos, todos lo ven maravilloso, pero cuando alguien se plantea y dice que eso es propiedad del pueblo de Niger, por ejemplo, empezamos a decir que son unos incivilizados. Igual no, pero más vale no pensarlo.