Julián Arroyo Pomeda

Relato de un bulo

23 de Octubre de 2024
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Relato de un bulo

Narraremos la breve pero miserable historia de un bulo, de corta duración y de consecuencias enormes. Ha logrado un éxito total ahora en medio de la tormenta de lluvias torrenciales, que caen cada día.

Un político famoso, conocido por su malicia, decidió inventar un bulo para atrapar a otro político en el momento de desmentirlo. ¿El objetivo? El Fiscal General del Estado, quien cometió un desliz.

Al día siguiente, un periódico sensacionalista, conocido por su amarillismo, publicó el bulo, otorgándole credibilidad. El abogado de la pareja de una política acusó al fiscal de revelar secretos, algo que supuestamente conocía y que está prohibido hacer.

El primero afirmó que no descubrió nada, cumpliendo con su deber. Y el otro lo acusó de haberlo hecho. La evidencia es que un periódico estaba al tanto. Esto podría dañar el acuerdo. Por la dignidad de la institución, aquel que ha hablado más de la cuenta, debería renunciar como fiscal.

Reuniones tras reuniones con otros fiscales para aclarar que no era responsable de nada. Algunos lo respaldaron, otros lo criticaron. El Gobierno del país le instó a continuar y resistir el chantaje. La oposición lo tomó como personal y pidió la dimisión del fiscal y el propio Gobierno.

Las turbulencias aumentan, la situación se agrava, amenazando con caer sobre el fiscal y el Gobierno, hasta destruirlos. Además, el político famoso al inicio de la historia afirmó que el Tribunal Supremo imputaría al fiscal por desmentir un bulo. ¿Cuál era la fuente de su información?

Resulta que días después este político fue imputado mientras se le investigaba por revelación de secretos. Intentaba insinuar que el proceso contra el defraudador, pareja de una política, era falso. El fraude consistía en emitir facturas falsas para pagar menos en el impuesto de sociedades. Ahora está denunciado.

El abogado defensor publica una oferta de pacto entre su defendido y el fiscal para que el defraudador no entrara en la cárcel. Decía que la iniciativa fue del fiscal. No era cierto. Todo lo lanzó el abogado. Y luego dijo que órdenes superiores impidieron cumplir lo que habían acordado. Cuatro periódicos de la capital lo publicaron, estaba hecho.

El abogado se querelló contra la Fiscalía. Y todo se empieza a investigar. Era solo un bulo, pero sus consecuencias resultan terroríficas. Es truculento a más no poder. Y su objetivo es conseguir que un defraudador no entre en la cárcel. Es decir, hay que salvarlo como sea. Y caiga quien caiga.

Existen más casos de estos a lo largo de la historia. Uno de los más famosos y conocidos fue la condena de Alfred. Dreyfus por traición a la patria. Después de 12 años de condena, Émile Zola consiguió liberarlo en enero de 1898, descubriendo una trama de corrupción y ocultamiento de la verdad. Su carta al Presidente de la República francesa la publicó con el titular de “Yo acuso”.

Es un ejemplo de compromiso con la verdad, aunque podría haberle costado el encarcelamiento. Con la carta, acusó al gobierno francés de injusticia y encubrimiento de la verdad. Su relevancia es evidente hoy en día.

Si viviera en la actualidad tendría que acusar a tantos… Probablemente se atrevería. Los Bulos han engañado a muchos sin que se den cuenta. Pero eso ya pasó, lo siguiente es breve: González Amador, novio de Ayuso, cometió un delito. Lo admitió e intentó pagar para evitar la cárcel. Pero ella se indignó. "Ir a la cárcel, de ninguna manera", dijo. Podría hacer algo mi jefe de gabinete para salvarte. Se lo comunicó a MAR, quien actuó de inmediato.

Creó una trama, abrió su teléfono y lo comunicó a amigos de confianza. Ellos tomaron el contenido y lo utilizaron, y así la enorme trama se difundió por Madrid. Comenzó a crecer. Y el fiscal del Estado intentó detenerla. Entonces, se lanzaron a capturarlo con todos los recursos disponibles. Están solicitando su renuncia.

 ¿Quién será el Zola que se atreva a plantarse, acusando a personas tan influyentes en Madrid? Tal vez no exista tal persona. Claro que es posible que la enorme bola caiga por su propio peso, generando un gran estruendo y convirtiéndose en otro rumor más que se desinfla por sí mismo. Pero nadie pediría disculpas. Aquí solo queda por saber quién tiene el poder y a quién le corresponde someterse.

Este dilema ha triunfado muchas veces. Y ya es suficiente. La justicia es lo que debería prevalecer, pero se ha desviado mucho en medio de tanta corrupción. Nadie se detiene ante lo que considera un enemigo político. El objetivo es derribarlo a cualquier costo. Y hasta que sea posible, hay que mantenerse firme en la lucha.

Esta es una guerra sin tregua, que implica demasiada frustración e irritación. Aquí es donde se confirma que, homo homini lupus. Y en cuanto lobo no parará hasta arrasar con todo. No dejará ni los huesos. Esto ya nos resulta familiar.

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