Foto del perfil del redactor de Diario16 Vicente Mateos Sainz de Medrano.

Resignificar el concepto machista de "Zorra"

13 de Febrero de 2024
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Resignificar el concepto machista de Zorra

Aún quema la polémica en torno a la canción Zorra que nos representará en el Festival de Eurovisión, como reflejo fiel de que sigue existiendo la tendencia a indignarse cuando una apuesta cultural disruptiva agita lo establecido—objetivo de toda creación artística—, conforme a los parámetros fijados por quienes se consideran guardianes de las esencias del ámbito social o cultural que se ve convulsionado por una nueva expresión de libertad creativa. Tal parece que hemos avanzado poco desde que, allá por 1983, TVE suspendió el programa Caja de Ritmos, por la actuación del grupo Las Vulpes, que interpretó su canción Me gusta ser una zorra, que llevó al Fiscal General del Estado a presentar una querella contra la televisión pública, que forzó la dimisión de su director y presentador Carlos Tena. Su memorable actuación en el famoso RockOla en plena eclosión del Punk —a la que asistí—, superó con mucho las de los Sex Pistols y su Good seve Queen, porque mientras actuaban derrochando entusiasmo, de los cables de alambre de espino que cruzaban el escenario pendían los esputos que lanzaban —era la moda— los que bailaban espasmódicamente como si la electricidad atravesara sus cuerpos.

Hoy resulta curioso que coincidan en rasgarse las vestiduras los meapilas rancios de siempre, y un sector del feminismo que, indignado, ha hecho público un comunicado que entiendo, pero no suscribo; porque no creo que cantar Zorra en Europa, suponga dar por bueno el significado del término asociado con la prostitución o que, por ello, se dé carta blanca para motejar de putas a todas las mujeres. Acción aborrecible, empleada desde siempre como seña de identidad de los machistas irredentos. No creo que por esta canción se amplíe el marco del machismo o se reduzca el empoderamiento femenino, porque apropiarse de ese término por las mujeres y resignificarlo, es, a mi parecer, un paso más, necesario, en el proceso de igualdad en el que se inscribe ésta canción.

La asociación del término Zorra al de puta o prostituta surge del mundo machista, por eso la propuesta del grupo Nebulossa es un modo de arrancar al machismo una de sus vitolas más vitriólicas. Asociación que no reconoce la RAE que define Zorra como persona taimada, astuta y solapada que aportan al término un componente de búsqueda de experiencias no comunes o inconfesables, por interesadas,no necesariamente relacionadas con el sexo. O sí, porque no debería soliviantar a nadie que una mujer decida experimentar una sexualidad diversa con una pluralidad de relaciones sexuales. Como vienen haciendo los hombres desde siempre.

Modelo que retrató Luis Buñuel —artista disruptivo sin igual— en su afamada película de 1967, Belle d`jour, en la que la protagonista, Catherine Deneuve, decide, estando casada, ejercer voluntariamente la prostitución, no por dinero, sino para experimentar de primera mano sus ensoñaciones y conocerse mejor. Más descarnado es el relato que la autora y protagonista desvela de su vida privada en la novela La Vida sexual secreta de Catherine Millet. Historia real de una afamada mujer, prestigiada en el mundo parisino de la estética, la moda y autora de ensayos y monografías, en la que explica con crudeza y sin ahorrar detalles su vida sexual, en la que ella misma se ofrece como objeto a los hombres.

Por todo ello, creo un acierto el mensaje y sentido disruptivo de la letra de la canción Zorra,y su coreografía rompedora donde son los hombres los que acompañan a la cantante y los que enseñan el culo, pero no me agrada su valor musical ni el aporte de la interprete que no puede alardear, precisamente, de tener un torrente de voz. Vaya una cosa por la otra.

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