Con algo de retraso comento para el curioso lector mi interpretación sobre la derrota del PNV ante el empuje de los radicales de Sortu.
Cuando Sabino Arana crea su constructo ideológico eleva una obra mixta entre lo escatológico y lo terrenal. Escatológico porque Euzkadi ha de ser pura como las almas de los justos que están en gracia de Dios, lo que en teología se llama “la comunión de los santos”. De ahí que exija un racismo radical pues solo el puede reflejar su ideal de la mas completa separación de España, algo indispensable, pues España, a fuer de liberal, es pecado. No obstante Sabino Arana, de limitada formación intelectual, adopta un vocabulario liberal para expresar su furor antiliberal. Así pues Euskadi será una patria y los partidarios de su credo, patriotas. Una lástima que patriota solo pueda ser quien es ciudadano de una nación, por definición un espacio en el que la soberanía no la tiene ya el Rey sino el cuerpo social, que es lo que los vascos (prácticamente unánimes) han rechazado en dos guerras civiles. Visiten el monumento a Castelar en la glorieta del mismo nombre en la Castellana de Madrid. Allí se invoca a los que ya no son súbditos sino patriotas y libres pues participan de la soberanía nacional.
Ese formidable malentendido no lo es tanto si se tiene en cuenta que el sujeto al que se dirige el mensaje es limitado tanto social como intelectualmente y lo interpreta sin exigencias. Hablamos no de la burguesía, que hubiera debido de ser la destinataria de un discurso nacional revolucionario como el español, sino la pequeña burguesía, gran parte de ella campesina. De ahí que cuando se pronuncie la palabra “independencia” su polisemia resulta orgánica con la clase social que sostiene el aranismo. ¿Es independencia espiritual para no contaminarse del pecado o independencia política para crear un Estado propio? Pregunta de fácil respuesta para el fundador. Arana asegura que el fin último de Euzkadi es ponerse bajo la mas absoluta subordinación al romano Pontífice, lo que sostiene la tesis de la independencia espiritual. Incluso hoy la misma definición de patriota no es tal. El PNV se define como el espacio espiritual de los partidarios de Dios y de las leyes viejas. De nacionalistas o patriotas, nada. Pero cosa distinta es la militancia que se autonombra patriota. Es natural que algunos sabinianos se inclinen por la independencia política aunque desde la comunión de los santos tal objetivo sea imposible. Por ello a lo largo de los años treinta todos los independentistas radicales serán expulsados del PNV, que entiende la independencia en su sentido original y escatológico, carlista, vaya.
Llega la Guerra Civil y el primer lehendakari con mando en plaza sobre todo el territorio, José Antonio Aguirre, cree que la independencia divina, originalmente inalcanzable, puede mutarse en política con la ayuda de un Deus ex machina, personaje de la tragedia clásica, que cuando todo parece perdido aprieta un botón mágico y resuelve la inminente derrota con un gesto jupiterino. Ese Júpiter, creía Aguirre, iban a ser los EEUU. Al entrar en guerra y liberar a toda España se abriría camino a una intervención territorial que crearía un Estado sobre las provincias vascas. Pero los EEUU no liberaron España y Aguirre, según el testimonio de su esposa, murió con el corazón destrozado.
No voy a hacer la crítica de esas esperanzas. Diré solo que imaginar un reajuste territorial europeo como el de Versalles que hubiese sancionado la desmembración de España, era algo excesivo, sobre todo si se tiene en cuenta que con la España republicana formaba gente tan liberal y patriótica como Azaña, Prieto o Besteiro. En lo referente a los vascos, su universidad de referencia, además de Deusto en Bilbao, es en los USA la de Reno, ciudad de Nevada de 265.000 habitantes. Cuando el Gobierno vasco celebra algo allí suele asistir al festejo el vicealcalde, digo esto para dimensionar el tema.
Llega la democracia. Se encuentran en la Estación del Norte de Bilbao, hoy Indalecio Prieto, la vieja generación, Manuel de Irujo, y la joven, Xabier Arzallus. Don Manuel, que ya había aconsejado a Aguirre decantarse por la República, aconseja a Arzallus enterrar el hacha de la guerra y volver al status quo ante 1833, fecha del inicio de la sublevación carlista. Arzallus le escucha y lanza a sus bases el siguiente grito de guerra. “Hemos tenido ya tres aboliciones forales. ¿Queréis una cuarta?”
El Deus ex machina iba a ser esta vez ETA. Y el PNV, que para mi es uno de los raros actores de la Guerra Civil que salió de la contienda con las manos limpias de sangre y además desde una opción política de vanguardia, la Democracia Cristiana, se embarca en una infamia de complicidad y simpatía con los asesinos de ETA, a los que celebra como propios. Dicen que una vez se le preguntó al inventor del logaritmo, el matemático Al Khoresm de Bokhara, cual era el valor de un hombre. Su respuesta fue: “Si ese hombre es justo y cabal dale un 1. Si además es culto pon a su derecha un cero. Si rico, otro cero. Si padre y esposo, otro cero. Pero si ese hombre no es ni justo ni cabal pierde el 1 y todo en su vida es nada”. Ese fue el destino del PNV. No sabemos cuanta sangre hay sobre sus siglas. Pero es cierto que una actitud firme con ETA hubiese ahorrado muertes e infamia. No quiso y se enceló en que el PNV y ETA querían lo mismo con diferentes métodos. Tiene suerte el PNV de que sus esposas estén mas atentas a los críos y las alubiadas que a los libros. Porque de haber leído lo que defendía el fundador de ese despropósito etarra que fue Krutwig, el Corte Inglés hubiese tenido que crear una división especial de sofás para dormir en la calla. Krutwig defiende el amor libre, los hijos para el Estado, la libre unión de hombre y mujer, etc etc. Y en lo político, en vez de una comunión de los santos a las órdenes del Papa, un foco guerrillero tipo Che Guevara. Solo un hombre único, cabal y de fe católica a machamartillo, Joseba Arregi, tuvo el coraje de alzarse contra quienes beneficiándose del sacrificio de las víctimas les negaban la casa del padre que abrían a sus asesinos. A pesar de que la mentira del querer lo mismo era obvia, y a pesar de que la Democracia Cristiana, creada por ellos, les expulsó por su cercanía a ETA, el PNV no solo no cambió de rumbo sino que acosó al héroe de manera inmisericorde, le negó el pan y la sal y le dejó en la cuneta de todo con la amable colaboración de la SER y todo el resto del progrerío. Joseba lo aceptó mansamente y murió perdonando a sus ofensores y contento con su escaso patrimonio. Así me lo confesó en su lecho de muerte. Finalmente se produjo la victoria de la razón. Pudo mas el corazón que recibía el tiro y no devolvía odio, que la mano criminal que apretaba el gatillo. Volvió la verdad de los hechos aunque no la reparación del daño causado ni la solicitud de perdón por el crimen. PNV y ETA son contradictorios por mas que compartan euskera y algunos otros tópicos, por ejemplo que la carlistada es una épica nacional y los carlistas gudaris. No pasa de ahí. Para dar idea del alcance de la ciaboga, el propio Pradales ha reprochado a Sortu su proximidad a ETA. (¿?). El acomodo resultante entre los dos partidos del alma vasca (autoreferencial) es que el PNV se reserva ser el partido de la administración y Sortu el de todo lo demás. Pero si lo propio del PNV es solo administrar es obvio que ese “todo lo demás”, fiesta, discurso, historia, símbolos… terminará por llevarse el gato al agua. Y eso es lo que está sucediendo. Sortu gana, el PNV de la paguita, pierde. No obstante, conviene que los patriotas españoles (esos de verdad) no se alarmen. No hay ruptura territorial in fieri. Los cuatro mil millones de euros que cobran de bóbilis los vascos todos los años cubren las imposturas tanto del PNV como de Sortu y ese es un momio que no van a soltar ni borrachos de cerveza La Salve. Digo impostura porque ser antiespañol cobrando de España ese soborno es indecente. Ya ven ustedes que cuanto Otegi ha dicho “No es mi selección, no es mi Rey no es mi himno” se ha abstenido de añadir. No es mi subvención. Porque si lo dice, le crucifican los suyos y los otros. No se que me da mas asco. Si los falsos abertzales que cobran o los falsos españoles que pagan. Al final todo es un valor entendido entre élites extractivas. Eso sí, se muy bien quien despierta mi solidaridad. Juan Español, sometido a trabajos cada vez mas precarios y peor pagados, explotado por condiciones laborales esclavistas y una presión fiscal insoportable. Todo ello para pagar el barato que le exige nuestra clase política y financiar a quienes le llaman, gracias a ese dinero, maqueto los vascos y ladrón los catalanes.
PS.- Y hablando de todo un poco acabo de recibir un email que dice: “usted no es vasco , usted es vizcaino que no es lo mismo , vasco es Arregui , iturbe , o lamiquiz no Zorrilla.” Ese es el nivel. Los que creían que la boda de Nico Williams con una chica bilbaína blanca como la nieve resolvía el problema ya ven que pecaba de optimistas. El mal llamado nacionalismo vasco no se rinde.