Trascendiendo desde la Inteligencia Emocional
Durante este tiempo de crisis hemos tenido tiempo de observarnos y observar, quizás detenidamente, nuestro comportamiento y el de las demás personas, y yo me pregunto: ¿nos ha servido esto de algo?
Es interesante saber aprovechar las oportunidades, quizás irrepetibles, que se nos ofrecen a veces de la manera más insospechada.
Tal vez en situaciones problemáticas, decepcionantes o que nos saturan, podemos encontrar ese momento de catarsis que necesitamos para cambiar aquellos hábitos que ya no nos hacen felices o trabajar en ciertas emociones que nos pesan como piedras en la mochila y no encontrábamos el momento de empezar a gestionar.
Quizás probablemente hayamos aprendido a disfrutar (y si no es así, siempre estamos a tiempo de hacerlo) de las pequeñas cosas o momentos que nos hacen felices y nos permiten entrar en ese estado de flow tan provocador para nuestra mente, y a la vez tan deseado, para saborear ese estado de bienestar al que posiblemente no estemos acostumbrados.
Pero realmente ¿es tan importante nuestro “estado de bienestar”? Ese estado que nos lleva a sentirnos felices y hace que se nos pasen las horas sin ni siquiera darnos cuenta y que llena nuestra vida de preciados momentos, ese estado en el que no trabajamos de forma consciente, tal vez porque creemos que no tenemos tiempo o puede que pensemos que tampoco nos lo merecemos.
Al fin y al cabo, lo realmente importante para cada uno de nosotros, es conseguir ser felices y tal vez podamos alcanzar una pizca de esa felicidad si trabajamos desde la conciencia y sacamos partido de nuestra inteligencia emocionalpara no dejar nuestros mejores momentos en manos de “la casualidad”.
Para ello te recomiendo estos sencillos tips siguiendo la línea del artículo que ya publicamos anteriormente,
“Inteligencia emocional, el valor de los intangibles”
A nivel mental, podemos trabajar:
- Gestión del cambio: analiza qué necesitas cambiar en tu vida, cuáles son los frenos que te lo impiden y qué necesitas para llevar a cabo ese cambio. Siempre puedes apoyarte en el recuerdo de algún cambio que realizaste en el pasado y retomar aquella fortaleza o cualidad que te fue tan útil en aquel momento.
Esta acción te hará sentir que haces algo por conseguir lo que quieres.
A nivel emocional, podemos trabajar:
- Reparación emocional: a veces nos sentimos heridos y necesitamos que nuestros sentimientos sean reparados. Si el caso es que ha sido por la interacción con otra persona, quizás sea conveniente solucionarlo hablando con ella, si esto no fuera posible siempre podemos escribirle una carta y hacemos así una descarga emocional; luego ya decidiremos si queremos o no enviarla. Si la persona ya no está o bien podemos guardar la carta o hacer algún ritual y llevarla al mar o a la naturaleza.
Si nos sentimos heridos por algún tipo de recuerdo o rencor, a veces hacia nosotros mismos, una opción es volver al pasado, centrarnos en aquel momento y de alguna forma reescribir nuestra historia, tal vez así podamos sentirnos mejor.
Esta acción te hará sentir que gestionas correctamente aquello que quizás tenías pendiente.
A nivel físico, podemos trabajar:
- Disfrute: no estamos acostumbrados a cubrir este ámbito personal, sin embargo, el disfrute es muy importante en nuestra vida a pesar de que es algo que no tenemos en cuenta. Cuando hacemos algo que nos motiva y nos hace disfrutar nos sentimos llenos de energía, incluso a veces entramos en “estado de Flow” perdiendo la noción del tiempo.
Esto hace que nuestro cuerpo responda de forma totalmente positiva generando endorfinas y haciéndonos sentir incluso más vigorosos.
Esto te llevará a un estado de satisfacción personal y te ayudará a recuperar un cierto sentimiento de felicidad.
Y así podemos trabajar en nosotros mismos gestionando nuestros hechos, actitudes y emociones para sostener el timón de nuestro barco independientemente de cuán fuerte sea la tormenta.