El presidente Alberto Fernández recorre varios países europeos en demanda de ayuda para negociar la deuda que tiene la Argentina con el Fondo Monetario Internacional. En realidad, no es deuda sino una escandalosa estafa de millones de dólares que los ladrones de guante blanco cargaron sobre las espaldas de varias generaciones de argentinos y argentinas. Ya lo hemos dicho, pero no está mal repetirlo: una estafa no es deuda ni los estafadores son acreedores. Es difícil entender el optimismo que trasmite el presidente desde Europa por el apoyo que está recibiendo para negociar con el FMI. En realidad, lo que está recibiendo Alberto Fernández son salvavidas de plomo para acelerar el naufragio.
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