Se necesita nacionalista con sentido común
06
de Abril
de
2019
Actualizado
el
02
de julio
de
2024
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La situación en Cataluña ha llegado a tal grado de esperpento con Puigdemont y Torra, que aun siendo campaña electoral y sabiendo que ahora nadie hará nada, es bueno repetir, una y otra vez, que se necesita con urgencia alguien sensato en las filas nacionalistas que este dispuesto a regresar al sentido común y a la ley.Alguien tiene que dar el paso, y ocuparse de las necesidades cotidianas de los ciudadanos en Cataluña a los que gobiernan, en lugar de estar encerrado en una estéril pelea continua, que volverá a terminar con los que se saltan la ley en los tribunales.Si se quiere avanzar en una solución en Cataluña, que solo puede llegar desde el respeto a la legalidad democrática, tiene que producirse un cambio de actitud de los nacionalistas. El gobierno de España ya ha dado ese paso, marcando cuales son las líneas que no se pueden traspasar. Ha sido claro: no se va a producir ninguna independencia y no se va a romper el principio de igualdad de los españoles. A partir de aquí, hablemos, dialoguemos para aumentar la convivencia y la calidad de vida de todos los ciudadanos.Después de todas las elecciones que se van a producir los próximos meses, ERC tendrá que decidir si quiere seguir igual, es decir, haciendo oídos sordos a la necesidad de un dialogo constructiva que lleve a acuerdos de presente y futuro; o pasa página, del abandono de los ciudadanos catalanes y del ataque sistemático a la democracia española y a sus instituciones que realizan el fugado en Bélgica y su apéndice en la presidencia de la Generalitat, e inicia una nueva etapa de gobierno en Cataluña que se centre en sus habitantes. Al tiempo, que debate, dentro del marco constitucional, nuevos acuerdos.Esperemos que hagan lo segundo, porque el espectáculo continuo de Torra cada vez va a tener menor margen.Frente a la ocupación partidista del espacio público con lazos y esteladas en época electoral, la Junta Electoral Central ya se lo ha dejado claro: las esteladas y los lazos amarillos se retiran de cualquier edificio público dependiente del Govern. Según la JEC, ambos símbolos pueden ser "legítimamente utilizados por las formaciones políticas en su propaganda electoral pero no por los poderes públicos ya que estos deben mantener una rigurosa neutralidad política".La vulneración de la ley o el intento de saltarse las leyes, diciendo que los lazos y las esteladas están amparadas por el derecho fundamental a la libertad de expresión, ya no cuela. Han tenido que retirar los lazos y las esteladas. Y también los nuevos lazos, porque la ley tiene que ser cumplida por todos.El bombardeo victimista del independentismo en los medios de comunicación continúa, pero cada vez con menos seguidores porque el nivel de irresponsabilidad alcanzado es difícilmente tolerable incluso para los más afines.El viaje a ninguna parte esta legando a su fin y lo saben. ¿Por qué tensionar poniendo un enorme lazo amarillo colgado en el Patio de los Naranjos, cuando sabes que lo van a quitar? ¿Vale la pena por un supuesto puñado de votos? Creo que no, porque como señala el Defensor del Pueblo, “la libertad de expresión de las personas en instalaciones públicas tiene un límite en el principio de neutralidad ideológica de los poderes públicos.” Y "el espacio público, en un Estado de Derecho, está sometido a reglas de diverso contenido para garantizar que sea un espacio compartido".Se continua perdiendo mucho tiempo y esfuerzos en poner lazos y esteladas, en repetir las mismas mentiras cientos de veces para ver si así se convierten en verdad, cuando lo angustioso para millones de catalanes es ver la ausencia del gobierno de la Generalitat en el día a día de las necesidades de sus conciudadanos. No existe un gobierno efectivo en Cataluña para las listas de espera, para la mejora educativa, para los parados de larga duración, para la dependencia, y así un largo etcétera que es preciso corregir por el bien de esa población que ve como aumenta la desigualdad en Cataluña mientras su gobierno autonómico esté en los lacitos y en gastarse el dinero público en patrocinar la independencia en el exterior.El deterioro de la convivencia en Cataluña es un hecho, como el aumento de las desigualdades fruto de la ausencia del gobierno autonómico. Esta realidad, hace más necesario que nunca UN NACIONALISTA CON SENTIDO COMÚN, que salga del callejón sin salida del independentismo, porque lo único claro es que el Derecho va a prevalecer.
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