Hace no mucho oí por las redes decir, ahora no recuerdo a quién ni dónde, que la sociedad, la gente que vive en Occidente en su gran parte sufre el llamado “SÍNDROME DE ESTOCOLMO”.
Pero veamos inicialmente cómo se define el síndrome de Estocolmo según consultado a IA, que como sabemos, es posible que lo coja de Wikipedia:
“El síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que una persona que ha sido víctima de un secuestro, maltrato o situación de cautiverio involuntario desarrolla sentimientos positivos hacia su agresor o secuestrador. Esto puede incluir emociones como empatía, lealtad o incluso amor hacia la persona que ejerce violencia o control sobre ella.
En cuanto a las causas, el síndrome de Estocolmo se considera una adaptación psicológica como supervivencia ante el nivel de estrés y peligro que atribuye la situación.”
Si analizo la dirección hacia la que ha ido la sociedad desde el inicio de la “democracia”, digamos desde los años 80, me doy cuenta que el poder adquisitivo de aquélla época ha ido descendiendo en picado hasta llegar a profundidades insospechadas actualmente. Y parece que todavía no ha llegado a su tope.
Al contrario, el incremento de impuestos ha ido in crescendo hasta llegar hasta a unas cimas, igualmente, insospechadas actualmente. Y parece que todavía no ha llegado a su tope.
Cada vez mas normas y prohibiciones que cumplir, teniendo como guión y plan de acción SU agenda 2030, repito., SU, no la mía.
Y todo se ha disparado a partir del 2020 con la extraordinaria elevación del nivel de estrés y peligro que fuimos sometidos los ciudadanos con la construcción de una falsa pandemia cuyo propósito , como mínimo, era estudiar el comportamiento social hacia medidas cada vez más restrictivas, sin preocuparles para nada, el dolor, el desconcierto, las pérdidas de trabajo, cierres de empresa y muertes, todo acentuado en 2021-2022 con la coacción que no recomendación para que la gente se inoculara una sustancia, en el mejor de los casos, experimental, y que no sabíamos cuánto sus consecuencias.
En los últimos meses hemos asistido a la exposición de una mínima parte de la dimensión de corrupción de nuestros políticos, apostillada por la criminal actuación de los responsables a la hora de prever y de socorrer la tragedia de la “Gota Fría” en Valencia y otras Comunidades.
Dicho lo dicho, yo me he sentido (y me siento) estafado por los políticos que han gobernado y gobiernan el Estado desde esos años 80 y la actualidad, siento que he sido robado y explotado, maltratado y perseguido…
Pero en líneas generales atisbo una complacencia del ciudadano medio, en general, cautivo, y que es esclavo inconscientemente (o no) de las élites económicas supranacionales a través de nuestros corruptos políticos.
Por eso creo que sí que estoy de acuerdo de que los ciudadanos, la Sociedad en general está sufriendo un SÍNDROME DE ESTOCOLMO GENERALIZADO hacia nuestros captores, las élites.
Pero si reflexiono un poco más, lo extendería al “síndrome del exceso de DISTRACCIÓN”, estamos subyugados por un exceso de estímulos, entre ellos el “Síndrome del exceso INFORMACIÓN”.
Qué duda cabe que la distracción y la información, son armas inteligentes (éstas sí son inteligentes y no la IA, que solo es la herramienta) que utilizan para que no seamos conscientes de nuestros captores ni de nuestras cadenas.
¡¡¡¡Abrazossss!!!