Recientemente, en Lorca, gracias a la iniciativa de Lorca Piensa, tuvimos la suerte de contar con la presencia de Paco Calvo, autor del conocido ensayo Plantas Sapiens. Disfrutamos de un enriquecedor encuentro de filosofía y café, donde Paco nos introdujo a diversos aspectos de sus investigaciones. Durante la charla, nos sumergimos en el fascinante mundo de estos seres vegetales, explorando sus sorprendentes capacidades y comportamientos.
Con su enfoque interdisciplinario, que combina la filosofía, la biología y la ecología, Paco Calvo nos desafió a considerar la posibilidad de que las plantas poseen una forma de inteligencia y sensibilidad que hasta ahora hemos pasado por alto. Este enfoque podría revolucionar nuestra manera de entender el mundo vegetal, brindando una perspectiva innovadora y profunda sobre la vida vegetal.
Uno de los puntos cruciales que Paco destacó fue la necesidad de trasladar sus investigaciones a los estudiantes de todos los niveles educativos. Señaló que la comprensión actual sobre las plantas es limitada y necesita ser ampliada. Integrar sus hallazgos en el currículo educativo enriquecería el conocimiento de los estudiantes y les permitiría apreciar la complejidad y sofisticación de las plantas.
Durante el debate posterior, profundizamos en ciertos aspectos morales. Enrique González, un conocido activista y profesor de filosofía de Lorca, planteó una pregunta sobre los aspectos éticos que conllevan los estudios de Paco Calvo, lo que originó un intenso y emocionante debate en torno a la moralidad en la alimentación. Una planta no se cuestiona si se come una mosca o no, de la misma forma, nosotros, por nuestra naturaleza, no podemos juzgar nuestra condición omnívora. Este punto generó varios malentendidos, que se aclararon al señalar que una cosa son los fenómenos naturales, que no podemos abarcar dentro del campo de la moral, y otra distinta es la interpretación de esos hechos naturales.
Esto nos recordó a Nietzsche, quien afirmó que no existen fenómenos morales, sino una interpretación moral de los fenómenos. Según él, los seres humanos, con sus instintos naturales y emociones, predeterminan su comportamiento individual y social. Nos comportamos dentro de unas prácticas sociales que implican una finalidad práctica. He aquí la eticidad de las costumbres, que el inmoralista rompe al no participar en esa pluralidad social.
Nuestra relación con las plantas y nuestro comportamiento hacia ellas deberían ser reevaluados a la luz de estas reflexiones. Si reconocemos que las plantas poseen capacidades complejas, es posible que necesitemos replantear nuestra ética hacia ellas, considerando no solo su utilidad para nosotros, sino también su intrínseca naturaleza. Así, ya para terminar este breve artículo ¿deberíamos adaptar una perspectiva más inclusiva respecto a estas?
Mientras reflexionábamos sobre todo esto, continuamos nuestra interesante discusión de una manera más informal. Al finalizar la charla oficial, y entre más cafés, pastas y risas, la conversación fluyó de manera relajada y amena. Quisiera aprovechar este momento para invitarles a participar y asistir a todas las actividades que está llevando a cabo el proyecto Lorca Piensa. Este proyecto tan ilusionante y enriquecedor para la región ofrece una excelente oportunidad para aprender, debatir y disfrutar de encuentros culturales y filosóficos.