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Sobrevivir a septiembre: filosofía, café y caos

11 de Septiembre de 2025
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Habitaciones para estudiantes: la cuesta de septiembre que pesa en el bolsillo
Foto: FreePik

Septiembre llega como un repartidor nocturno que entra sin tocar: invade tus correos, tu agenda y hasta tus sueños de vacaciones. Sobrevivir requiere café, filosofía y un sentido del humor suficientemente grande para soportar lo inevitable.

Primera regla: acepta lo inevitable y ríete de ello. No puedes evitar los correos interminables, los WhatsApp laborales a las ocho de la mañana ni las reuniones que parecen inventadas solo para fastidiarte. Epicuro habría aprobado: la felicidad está en lo simple. En septiembre, lo simple es sobrevivir a la montaña de correos con un café en una mano y una sonrisa en la otra.

Segunda regla: planificación flexible. Haz listas, pero acepta que la mitad se perderá entre reuniones que podrían haber sido un correo y tareas que parecen diseñadas para torturarte lentamente. Sé estoico: controlas tu actitud, no la realidad absurda que te rodea. Cada retraso, cada email absurdo, es un ensayo práctico de paciencia y creatividad.

Sobrevivir a septiembre es una tarea de humor filosofico permanente 

Tercera regla: humor extremo obligatorio. Convierte los atascos en reality show personal, los jefes en personajes de sitcom y los correos en acertijos filosóficos. Ríe de tus errores, de los memes de septiembre y de los mensajes de tu jefe a las ocho de la mañana. El humor es escudo, máscara y filosofía aplicada al caos.

Cuarta regla: placeres clandestinos. El primer café de la mañana, caminar sin prisa, mirar memes sin culpa. Septiembre puede ser un monstruo de tres cabezas, pero tú llevas casco, capa y sentido del humor. La rutina diaria es laboratorio de improvisación y diversión: cada minuto absurdo es un microensayo de supervivencia.

Quinta regla: perspectiva infinita. Septiembre solo parece interminable. La filosofía recuerda que todo es temporal. Los problemas, las reuniones, los atascos, los correos desesperantes: nada dura para siempre. Incluso la peor jornada puede convertirse en anécdota divertida si la miras desde la distancia adecuada.

Respira hondo, sonríe ante el caos, ponte tu mejor cara de detective y recuerda: sobrevivir a septiembre no es solo aguantar, sino fluir con humor, filosofía y café. Esa es la receta que ningún calendario te enseñó, pero que todos necesitamos.

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