Antonio Aguado Sánchez

“Socialistas” amorfos

16 de Julio de 2025
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Izquierda Socialista arremete contra Sánchez en el 40 Congreso.

Desde su fundación el dos de mayo de 1879 por Pablo Iglesias y durante la mayor parte de su existencia, el PSOE se había caracterizado por el compromiso y el sacrificio de sus militantes para lograr una Sociedad más libre, democrática y justa.

Compartir militancia con los compañeros veteranos republicanos, ha sido de las experiencias más gratificantes que me ha pasado. Primero con los exiliados en Londres y después de mi regreso en 1976, con los canarios que fueron represaliados y encarcelados, pero lograron sobrevivir para contarnos a los jóvenes socialistas de entonces, la verdadera Historia de España y del Partido Socialista. Lo hacían sin rencor dándonos consejos conciliadores. ¡Eran auténticos socialistas!. Mantuvieron inalterables sus principios y convicciones y manifestaban la necesidad del socialismo y del PSOE como instrumento de referencia y aglutinador de los trabajadores en el logro de sus reivindicaciones.

Después del dramático y nefasto paréntesis impuesto por el franquismo, el Partido Socialista, empezó a tomar cada vez más protagonismo, reflejado fundamentalmente en los resultados electorales y las políticas realizadas. Siendo el partido político hegemónico y el de más tiempo en el poder,  hay que reconocerle, los profundos y grandes avances experimentados por la sociedad española, logrando su modernización y altas cotas de bienestar social.

Los momentos por los ruidos de sables que aun persistían y la lacra del terrorismo de ETA, eran dramáticos y difíciles. Pero fueron determinantes los amplios respaldos del pueblo español manifestados en las sucesivas elecciones. La de octubre de 1982 posibilitó llegar a la Moncloa por primera vez y la de junio de 1986, fueron las que realmente marcaron un antes y después en la sociedad española. Ayudó a los gobiernos centrales del PSOE a producir los cambios que necesitaba España, los gobiernos socialistas que se configuraron en la mayoría de las comunidades autónomas o nacionalidades, como así mismo, en ayuntamientos, diputaciones y  cabildos.

Hasta mediados de los 80, en el PSOE coexistían solo dos líneas ideológicas: socialdemócratas y socialistas ortodoxos. Siendo sus principales referentes, Felipe González y Luís Gómez Llorente como principal impulsor de la corriente de opinión Izquierda Socialista. El debate entre ambas y toma de posición en los órganos internos correspondientes, enriquecía la vida del Partido Socialista. Siempre se hacía desde la lealtad y el respeto, habiendo propiciado entre nosotros compañerismo y amistad.

Pero a medida que el PSOE acumulaba más poder, empezaron a llegar los advenedizos  y oportunistas, que tanto daño han causado al Partido Socialista y peor aún, a la propia Sociedad y es que, muchos de los dirigentes se han venido apoyando en ellos para llevar a efecto políticas contrarias al ideario socialista y tirar por la borda, valores que nos identificaban, entre ellos la honradez (era implícito y consustancial en un socialista ser honrado), como así mismo, desde la democracia interna, la tolerancia y el compañerismo. Al socaire del poder del PSOE, se incorporaron militantes excomunistas y de Izquierda Unida, viendo que, en el Partido Socialista, tenían muchas más posibilidades de lograr cómodos y placenteros cargos públicos y, como políticos profesionales mantenerlos indefinidamente.

Todos forman parte dentro del conjunto de amorfos, siendo mayoría dentro del PSOE. Lo preocupante es que de entre ellos se encuentran muchos dirigentes que otrora no lo eran y ahora la prueba más demostrativa de que lo son, es la política que han venido y vienen realizando, que se puede identificar con todo menos socialista. Sus bandazos y virajes ideológicos han sido más que evidentes. Se desconoce la línea ideológica de la mayoría de los dirigentes porque la han perdido, siendo el ejemplo más significativo el de Felipe González, que llegó a ser un destacado socialdemócrata incluso a nivel internacional y ahora, por haberse ideológicamente deformado, es el perfecto “socialista” amorfo como sus acólitos, muchos de ellos asiduos tertulianos en emisoras de televisión y radio ultraconservadoras pertenecientes a la reaccionaria Iglesia.

En el plano personal, sus ejemplos son más que evidentes, al constituirse como casta profesionalizada de la política, se han alejado cada vez mas de la realidad social y de los ciudadanos y, no tienen reparos en escolarizar a sus hijos en colegios privados (peor aún, en los injustos, arbitrarios y discriminatorios concertados), en realidad, se comportan como lo que son: burgueses pseudosocialistas.

Desde la desideologización, con la privatización de sectores claves y de servicios básicos como el energético, algunos sacando réditos personales, pertenecen a los consejos de administración de las empresas adjudicatarias. Entre muchos de los ejemplos el más destacado es el de Felipe González, que a través de “las puertas giratorias”, pasó a formar parte indignamente de la multinacional Gas Natural.

Al no compartir y menos aún practicar el legado que dejó Pablo Iglesias, si fueran coherentes, deberían constituir un partido político que les identifiquen y representen tal y como son. Pero, las siglas PSOE de la que se han apoderado y su historia, electoralmente pesan mucho y están ahí para su aprovechamiento personal. Con toda probabilidad constituirían su propio partido, si ante una opción real de izquierda quedaran en minoría. Izquierda Socialista en teoría el ala izquierda del PSOE y que pudo ser esa alternativa, en la práctica y de un tiempo a esta parte, ha venido siendo un apéndice y cómplice del oficialismo. Si no se remedia, la línea amorfa “socialista” con sus protagonistas ha llegado para quedarse y seguir haciéndole mucho daño al PSOE. 

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