Francisco Silvera

La sociedad vacía

27 de Julio de 2025
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La sociedad vacía

Hace años que estamos consolidando el modelo acultural estadounidense como estilo de vida. Conste que siempre hay una élite cultivada que se forma, analiza, vive y, casi siempre, suele sacar rendimiento a su conocimiento, allí la hay evidentemente; el problema radica en esa mayoría que vive de imágenes y símbolos sin contenido ni historia ni desarrollo y que tiene como guía única ilusiones vacías, edulcoradas por la fantasía de una realidad sin sufrimientos, sin imposiciones, sin obligaciones, sin dolor, sin decrepitud, sin defectos: perfecta.

Después viene el mundo, la vida, y todo se va a la mierda generando frustración y ansiedad, porque estamos aprendiendo eso que Platón llamaba sombras y ecos, reflejos de objetos portados por desconocidos interesados, sin que seamos capaces de llegar a través del esfuerzo hasta el mundo real externo a la caverna mediática (¿pueden creer que han suprimido este texto como obligatorio en Bachillerato?).

Gente manipulable. La Cultura es lo mismo, símbolos pero, como en toda mitología, los arquetipos tienen su poso, no son nada pero en sus propias interrelaciones dan la posibilidad de una interpretación, cada persona que nace se incorpora a ese universo de discurso como ha venido ocurriendo en todos los pueblos de la Humanidad, de los monos, los gatos, las orcas o los colibríes... No, la herencia social no es exclusiva del humano, ésa mentira la generaron las religiones y sus alianzas con Dios, casi siempre la churra o el coño mediante.

Esto es la Cultura, herencia social, con toda su futilidad. Lo que está pasando ahora es una disolución de la sociedad, de lo cultural, el nuevo Creador en realidad no es más que una acumulación de datos alucinante que empieza a tomar forma en la infinitud de las combinaciones de los mismos, lo llaman IA en vez de DIOS pero es la misma basura, una hipóstasis de las frustraciones de una Naturaleza que hemos olvidado.

La Nueva Era llega como nueva religión. Se extiende por el mundo del vacío absoluto; podría ser una nueva forma de Cultura, una revolución incomprendida aún, eso dicen algunos expertos “con-fiados”, pero conlleva la violencia como forma de expresión de la individualidad. Yerran quienes piensan que el fascismo fue una mera manifestación histórica como si antes no hubiera tenido otras formas, o quienes buscan explicaciones a su versión actual, modélica en Trump y sus seguidores; cuando la mitología desaparece en favor de la fantasía del orden del mundo, esto es, cuando las ideas son sustituidas por una supuesta realidad única (que no existe en ningún sitio) aflora la violencia natural (la Verdad) en todas sus formas que se resumen en una: el sexo, poder y sometimiento, dicho de otra manera: dinero y triunfo.

O la ideología retoma su fuerza, sus instituciones, su academia, sus jerarquías, su Arte, su reglamentación, todas muy hijas de puta pero nuestras hijas de puta, o las series y películas de zombies habrán sido una pesadilla anticipatoria. Ahora la lucha es doble: no sólo contra la concepción moralista de los monoteísmos, todos criminales, sino también contra hordas de descerebrados (literalmente) sin capacidad de empatía por culpa de las nuevas tecnologías, sin redes neuronales que les permitan tener un pensamiento medianamente complejo, de relacionar ideas... están las ideas, pero son mónadas de idiocia.

Viajar, el turismo, la ropa, la salud, la delgadez, la gastronomía, el Arte entretenido, la juventud sempiterna o salud, son formas de consumo que la propia IA puede ya crear autónomamente para cada cual... esta estupidez de la “experiencia” como objetivo vital dependiente de un lugar externo de control, ¡como si cada experiencia no viniera determinada por nuestra psique y sí por lo que vamos encontrando!; esto es primario en la reflexión antropoide, y sin embargo, oh novedad, ahora se vive para la experiencia y para dejar huella de la misma en las redes, imágenes desconectadas de quienes las generan... como si la gilipollez fuera congénita y sólo para grupos exterminables, nunca para mí, que no sé ni dónde tengo la cabeza.

El cambio es tan impactante (aunque lejos de ser novedoso, más bien es regresivo) que difícilmente tendrá freno: el mundo, esto es, el mundo de los humanos posiblemente cava su fosa y su autodestrucción. El mundo, de verdad, continuará indiferente cuando lo humano no pueda ser siquiera un recuerdo porque no habrá mente que los albergue. Y si de verdad hubiera un Observador Universal constataría que no merecemos vivir.

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