Y, en consecuencia, tampoco sabemos explicarnos. Primero tenemos que saber qué y quiénes somos; después, hay que comprenderlo bien, y, por último, explicarlo para que lo entienda un niño o niña de 7 años. En estas elecciones gallegas el PP ha dicho: “somos fiables, lo conocido”, y la gente ha dicho: “voy a votarles”. El BNG ha dicho: “somos gallegos, luchamos por nuestros intereses”, y la gente ha dicho: “voy a votarles”. El Psoe ha dicho: “somos xxstditlyyrtn”, y la gente ha dicho: “¿¡Cómo!?”. Tenemos mucho que aprender del PP. La base ideológica de la Derecha ha sido siempre el mantra del emprendedor y del individualismo. Como “hombres y mujeres de empresa” saben que un buen producto, mal vendido, es un mal producto. Y viceversa, un mal producto, bien vendido, es un buen producto. Si nos atenemos a los parámetros ideología y políticas, por lógica, el PP es un partido sencillo de entender al que debería ser muy difícil votarle. El Psoe, sin embargo, es un partido complejo de entender al que debería ser muy fácil votarle. Sin embargo, no es así porque las personas no somos lógicas, sino psicológicas. Explicaba Aristóteles que la Belleza estaba en el placer del reconocimiento. Es cierto (en parte) que nos gustan las cosas conocidas. Cuando vamos a un museo, o cuando escuchamos un concierto, nos emociona, nos satisface más, y nos proporciona más placer el reconocimiento de lo conocido, que el descubrimiento de lo nuevo. Desde el punto de vista electoral el PP representa lo conocido, la estabilidad, el mínimo riesgo, por lo que resulta muy fácil votarle. El Psoe representa la incertidumbre, lo desconocido, y, muchas veces, el caos. Si encima añadimos el hecho de que ni nosotros mismos nos aclaramos con quiénes somos, y, además, no sabemos explicarlo, ya podemos empezar a entender los resultados de Galicia, y otros muchos resultados cuando se vota, sobre todo, en clave local. Por supuesto hay más factores, pero hoy estamos analizando éstos.
Volviendo a Aristóteles, sabemos que cuando entendemos algo, no solo nos genera confianza, sino que también nos gusta, nos proporciona placer; por el contrario, cuando no entendemos algo ni nos fiamos, ni nos gusta ¿Cómo vamos a votarle entonces?
Planteo aquí una hipótesis para comprobar cuánto de mal estamos. Si en el seno de una agrupación socialista, durante una reunión, diéramos una cuartilla a cada militante para escribiera en dos o tres líneas qué es el Socialismo, probablemente el resultado sería para echarse a llorar. La mayoría no daría pie con bola, algunos se irían por los Cerros de Úbeda, y, sobre todo, no habría dos definiciones iguales ¿Vamos comprendiendo ya la magnitud del problema? Por eso yo llevo unos años esforzándome en llegar a conclusiones plausibles, sencillas, y potentes, sobre los conceptos que nos atañen. A la pregunta ¿es usted de Izquierdas? un socialista debe responder: “No, yo soy socialista”. A la pregunta, ¿es usted Progresista? un socialista debe responder: “No, yo soy socialista”. Entonces “¿qué significa exactamente ser socialista?” podrían preguntarnos. Significa tener una ideología conforme a la Eficiencia Relativa. ¿Eficiencia Relativa? ¿Y eso qué es? La Eficiencia Relativa, o Socialismo, es la ideología que pretende obtener las mayores tasas de eficiencia (es decir, Eficacia con relación a los recursos disponibles) teniendo en cuenta todas y cada una de las variables que intervienen en la toma de decisiones. Así de fácil, y así de difícil. Cuando entendemos que se trata de tomar las mejores decisiones posibles teniendo en cuenta los recursos disponibles (presente) siendo coherentes y consecuentes con los esfuerzos realizados (pasado) para obtener los mejores resultados posibles (futuro), entendemos por qué los socialistas somos feministas, ecologistas e internacionalistas, o por qué los socialistas propugnamos la Igualdad de Oportunidades, el Imperio de la Ley y la Solidaridad Intergeneracional. Se entiende también nuestro sentido reactivo del Progresismo según el cual debemos implementar nuevas estrategias para solucionar problemas no resueltos, pero no pretendiendo traer el futuro desconocido al presente, sino el presente conocido a donde éste es desconocido. Por último, desde el concepto de Eficiencia Relativa podemos entender por qué no es posible que el Psoe esté inmerso en la falacia del izquierdismo. Ser de Izquierdas o de Derechas es una cuestión identitaria, íntima, de cada cual. Tiene que ver con los valores con los se identifica cada persona. Demasiado disperso y peligroso. Nos mete a demasiada gente muy distinta, incalificable, y que resultan ser muy malos compañeros de viaje, en el mismo saco. Si yo me identifico con el Che Guevara, o con Gandi, es asunto mío, pero no por ello debo sentarme a la misma mesa con los que se identifican con el Che Guevara, Gandi, o Muamar el Gadafi, por ejemplo. Seamos de Izquierdas en nuestras casas, si queremos, pero de cara a la sociedad, seamos socialistas.
Ser socialista es difícil, nunca lo he ocultado. Por eso he insistido tanto, y seguiré insistiendo, en la necesidad de la Formación. Pero, aunque ser socialista es difícil, confiar en los socialistas no debería serlo. Todo depende de que nosotros y nosotras seamos capaces de explicarle a la sociedad quiénes somos, y para qué estamos aquí. Un saludo a todo el mundo.