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¡SOS! Más educación y pedagogía social

14 de Marzo de 2024
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Pedagogía Social

He pasado varios días dándole vueltas al porqué de los alarmantes resultados de las encuestas de distintos medios coincidentes en lo mismo: crece el sentimiento entre los hombres de que se ha llegado demasiado lejos en la promoción de la igualdad —el 44,1% que sube al 51,8% entre los jóvenes de 16 a 24 años—, sensación que alcanza al 32,5% de la población femenina (según el CIS). Porcentajes que unidos al crecimiento sostenido de las agresiones sexuales —un 12% más en 2022, de las que el 44,5% fueron cometidas por adolescentes y jóvenes (datos del Ministerio del Interior)—, y al aumento de mujeres asesinadas a manos de sus parejas —56 en 2023, 7 más que en 2022— demuestran que existe un problema gravede comprensión de la necesidad del inapelable proceso de igualdadentre hombres y mujeres que afecta a un sector no menor de la población.

Problema social de alto calado que no debe opacar la incandescente pugna política sobre asuntos alejados de las preocupaciones prioritarias de los ciudadanos. La amnistía, que enloquece a la derecha con vaticinios apocalípticos, ocupa el puesto 24 de sus preocupaciones — el 2,3% de la población—, según el último barómetro del CIS. Sin embargo, los medios están metidos en la vorágine monotemática de dar pábulo alúltimo exabruptode los personajes disruptivos y estultos de siempre, que tiene en Ayuso su adalid, porque les da titulares a diario en su ataque febril y desnortado contra el Gobierno y su Presidente.

Centrar el mensaje en informaciones reiterativas que interesan poco al ciudadano, supone olvidar que su función esponer en cuarentena crítica lo declarativo e informar sobre los porqués de los problemas que afectan al ciudadano en su día a día. Como el Gobierno olvida que los derechos sociales conseguidos con años de lucha y esfuerzo, se pierden y esfuman sin pedagogía social recurrente, y si el sistema educativo no responde a la perenne necesidad de formar a los estudiantes con los conocimientos que demandan los problemas del presente: educación sexual, igualdad de género y uso de las tecnologías digitales.

Pedagogía que explique a los ciudadanos que impartir educación sexual reglada a los jóvenes es una necesidad social, y no una posición ideológica, para que sepan manejarse mejor en las relaciones personales, y comprendan que la pornografía que ven sin control en los móviles es sexo comprado y mecánico, muy alejado del placer superlativo que procura la práctica sexual consentida por ambas partes. Que les haga ver que usar a las mujeres como objetos sexuales es una aberración, y que el empoderamiento de la mujer para alcanzar la plena igualdad con los hombres, no les quita ningún derecho, sino que abre la puerta a una mejor comprensión del papel del hombre en la sociedad y en la pareja.

Que compartir responsabilidades por igual en el ámbito familiar, laboral y social, hace innecesario el esfuerzo extenuante y obsesivo de afianzar la masculinidad marcando territorios estancos entre mujeres y hombres; base del patriarcado que considera un demérito para la hombría realizar tareas atribuidas secularmente a las mujeres, como el considerarlas una propiedad al negarle los mismos derechos de los que ellos gozan. Rémoras mentales que convierten la vida personal y social en un conflicto permanente que impide disfrutar de una vida plena, más rica y feliz, que se obtiene con el trato de igual a igual entre el hombre y mujer.

Lastres mentales no se borran en un día que hacen necesaria la recurrencia de la pedagogía social, para dar sentido a los cambios que se suceden de continuo, y libere a las personas del miedo al futuro con el que nos asedian los que quieren que nada cambie, en la idea, indubitable, de que las personas y las sociedades siempre están en movimiento porque esa es la esencia del Homo Sapiens: avanzar.

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