aaron

Soy un perfume destronado

28 de Marzo de 2025
Actualizado a las 19:26h
Guardar
Soy un perfume destronado

Soy un perfume destronado,
ni cauto ni estridente,
ni tardíamente pronto ni oportunamente tarde,
ni he dado motivos a los osos para que me desprecien ni he leído mis derechos a las águilas perdiceras.

Soy un perfume arrepentido de su buen olfato oliéndose a capricho al compás de las ancianas que pasean por el patio del colegio,
con intención de sólo respirar si hay alguien delante,
bajo el bien que me cubre como un sudario escalofrío;
porque, el que hizo el mal durante tanto tiempo, no dejó de hacerlo después de que muriera quien inventara la maldad.

Giro dentro de mi nicho para besarme el otro lado.
Me despeino para rememorar la ropa interior de los ministros de cultura.
Me siento culpable por comer con cinco años la papilla de aquel precioso niño de ojos verdes.
Y se retuercen los dedos de mis pies cuando llego al orgasmo.

La vergüenza no me ha impedido ser una buena persona.
Nunca tuve flequillo sino flores marchitándose.
Nunca tuve prohibido mirar el horizonte —sin tiempo para pensar, de nada sirve una idea—.
Pero tuve que bajar la calidad de lo que escribo para que empezaran a premiarme.

Mis gestos determinan las orillas del mar Mediterráneo.
Las charcas atesoran la mitad de los anfibios que quisiera haber cogido siendo imberbe.
Y nadie que me conoce sabe a ciencia cierta cuándo habrá de olvidarme.

Lo + leído