02 de Diciembre de 2024
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suerte

Tener salud, dinero y amor parece ser la aspiración suprema en esta sociedad. Pero hay que añadirle la sabiduría, y el culto de la espiritualidad, porque las anteriores cosas consisten en el alimento del cuerpo, y estas últimas del alma.

Y es que el estado del alma se refleja en el cuerpo y en las emociones, de manera que somos dos estados de vibración de la energía que se organizan de acuerdo a un patrón mental: el cuerpo-mente y el alma.

Los dos son emanaciones, proyecciones, no son un conjunto de ladrillos cada vez más pequeños que conjuntamente van creando estructuras más grandes. La vida, el universo, el cosmos y el hombre son fractales de un holograma. Es decir, el Todo está en la parte más pequeña, y lo pequeño es a imagen y semejanza del Todo.

De esta manera, la parte se ve afectada por lo que hace el Todo, y éste es la suma de las interacciones y manifestaciones de las partes.

Sin embargo, al igual que en el tiempo atmosférico, existen leyes para estas interacciones, atracciones y repulsiones. Dinámicas de masas, en la eterna danza de Shiva. Y tres son los tiempos para cada cosa: creación, mantenimiento y destrucción.

Uno camina hacia cada uno de sus nuevos estados casi sin darse cuenta, al igual que cambian los colores del arco iris. Todo está sometido a esas fuerzas, y cuando el ciclo acaba, vuelve a empezar.

También hay tres estados de orden: tamas, rajas y satwa, que equivalen a pasividad, acción y armonía.  Y cuatro formas energéticas: la iniciativa, la estructuración, lo estático y la mutabilidad.

Pero existen otras leyes, que llevan de lo más simple a lo las complejo, de lo menos inteligente a lo más. De lo salvaje a lo civilizado acompañado por la bondad, lo bello y lo justo.

La evolución da paso de un estado a otro que tiende a los más eficaces y que crean mayor armonía en la sociedad en la que viven, aunque a veces se produzcan inconvenientes y malas acciones que son desvirtuaciones, es decir, pérdidas de virtud.

Hay dos caminos de ascensión de estado evolutivo: la consciencia o la aplicación del perfeccionamiento, que busca sobre todo la pureza para hacer la mente más transparente a la luz del Ser, y que de esta manera se conecte con Él. Éste es más lento y probablemente más difícil, ya que requiere la aplicación constante de mejoras en la personalidad, sin embargo, ésta no será nunca perfecta por su propia naturaleza, hija del deseo y del temor. El camino de tomar consciencia es mejor, ya que aunque uno quiera mejorar, es consciente de que la personalidad es un ente imaginario y transitorio, y la observa distanciado desde la posición del testigo inalterable. Consiste solo en un cambio de perspectiva, la instalación en el presente y en ver lo falso como falso. Ya no hay identificación con el cuerpo-mente y sus funciones, problemas y situaciones, se está en el Ser real, raíz de todo, en la consciencia en sí, que siempre ha estado y está aquí y en todas partes, (pero nuestra atención mental estaba en la personalidad y sus problemas. Y el universo y sus componentes no son más que un escenario lleno de marionetas) y allí se espera a la disolución completa y la integración en el absoluto para vivir un estado no definible en palabras pero realmente autentico.   

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