09 de Agosto de 2022
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calor agua

En los últimos días, debido al decreto que ha aprobado el gobierno buscando un posible ahorro energético, nos hemos encontrado a muchos medios de comunicación y muchos responsables, si se pueden llamar responsables, de los partidos políticos diciendo verdaderas barbaridades al respecto, debatir sobre la iluminación nocturna es de pocas luces por lo que lo considero que es una pérdida de tiempo, de lo que voy a tratar es solamente de condiciones medioambientales.

En nuestro país, desde hace mucho tiempo 1997, tenemos un decreto sobre Lugares de Trabajo que entre otras muchas cosas regula las condiciones medioambientales de los centros de trabajo, exceptuando los trabajos al aire libre, que el Decreto actual no deroga, sino que se apoya en él.

Dicho decreto fija una serie de parámetros para evitar que las condiciones medioambientales puedan suponer un riesgo para la salud de los trabajadores, se fijan las tasas admisibles de temperaturas qué no podían ser superadas en el caso de calor o que no podían ser inferiores en caso de frío, estos parámetros son los siguientes:

  • la temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre 17 y 27 °C
  • la temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25 °C

Pero aún hay más el citado decreto como hemos comentado habla de condiciones medioambientales, no de temperaturas hablar simplemente de temperaturas sea quien sea el que lo hable, el que lo dicte, el que lo comenté, el que lo escuche, o el que lo divulgue es una aberración, hay que hablar de condiciones medioambientales en las que además de las temperaturas intervienen dos parámetros tan importantes como esta, la primera es la humedad el decreto español fija que la humedad en los centros de trabajo estará comprendida entre el 30 y el 70%, la segunda la velocidad del aire que estará comprendida entre 0,25 y 0,75 metros por segundo

Una humedad relativa inferior al 30 % puede pro­vocar sequedad de las mucosas y de la piel, asimismo, no ayuda a la disipación de la electricidad estática que se puede generar.

Por otra parte, cuanto mayor es la humedad, más difícil resulta la evaporación del sudor y, por tanto, en situaciones de calor intenso se elimina menos calor corporal.

Todos estos parámetros en ningún caso han sido caprichosos, sino motivados por largas y difíciles negociaciones en el seno de la Unión Europea por las grandes diferencias de temperaturas entre los países.

En realidad, lo que hacía el decreto era que, salvo justificaciones técnicas, razonables y debidamente evaluadas, prohibir trabajar en centros cerrados a menos de 14º y más de 27º, teniendo en cuenta las demandas de energía metabólica y la velocidad del aire. Está perfectamente claro y avalado por la Organización Mundial de la Salud que no se puede hablar simplemente de temperaturas sin tener en cuenta el porcentaje de humedad, la velocidad del aire, la actividad de la persona y en casos concretos su metabolismo basal.

Un simple ejemplo es que en una gran galería de alimentación el trabajo de los reponedores se puede definir como un trabajo de los denominados ligeros, por lo que una temperatura de 27º estaría en una clara ilegalidad, por posible riesgo para la salud, siendo posible y viable una infracción con su correspondiente sanción a la empresa por la Inspección de Trabajo, esto mismo sería aplicable a un bar o a un restaurante, siempre que la correspondiente evaluación de riesgos defina el tipo de trabajo como ligero, por lo que en estos casos la temperatura legal minima seria de 25ºC, no así en trabajos sedentarios propios de oficinas donde la temperatura mínima será de 27ºC.

Cabe preguntarse si estos parámetros que están considerados en el ámbito laboral como ilegales y peligrosos ¿No lo son igualmente peligrosos también para el resto de la población?, está perfectamente claro que así es.

Estamos batiendo todos los récords de fallecimientos por golpes de calor, y esos fallecimientos no son solamente de trabajadores, los mayoritarios son de personas mayores que además de estrés térmico sufren una serie de patologías como pueden ser falta de aclimatación, obesidad, insuficiencia de agua, hipertensión, diabetes, consumo de alcohol vestidos inadecuados o enfermedades cardiovasculares.

Concretando definir un máximo de temperatura de 27 °C sin tener en cuenta el tipo de trabajo, la humedad y la velocidad del aire, iría en contra de la normativa del año 1997, que tanto trabajo nos costó aprobar.

Pero quiero ir más lejos en este momento estoy en Ávila y estoy sufriendo una temperatura de 31º C y un porcentaje de humedad del 18%, ayer estaba en Alicante la temperatura era un poquito superior 35 °C y el porcentaje de humedad estaba en torno al 75 por 100, contra la excesiva humedad es difícil luchar, contra la baja es más fácil hay que introducir agua en el ambiente, por ejemplo, secar la ropa en el interior de la vivienda, fregar los suelos con más asiduidad, sistemas de ventilación con agua, …

Evitemos en la medida de lo posible el estrés térmico por calor, siguiendo las siguientes recomendaciones:

  • Beba más líquidos, sin esperar a tener sed. Sobre todo, agua y zumos de fruta ligeramente fríos.
  • Descanse con frecuencia a la sombra
  • Si es posible, evite salir de casa durante las horas centrales del día
  • Durante el día baje las persianas y cierre las ventanas; ábralas por la noche para ventilar
  • Reduzca la actividad física
  • Permanezca, siempre que sea posible, en espacios ventilados o acondicionados
  • Cuando estacione el coche nunca deje en el interior a niños ni ancianos con las ventanillas cerradas, “con una temperatura exterior de 39º, el interior del coche se calienta a más de 60 °C en tan solo 15 minutos” por lo que el golpe de calor podría ser fatal.

El Ministerio de Sanidad recomienda acudir a un centro de salud u hospital ante síntomas que se mantengan durante más de una hora y que puedan haber sido provocados por las altas temperaturas. Los síntomas relacionados con un golpe de calor son la astenia, fatiga que se convierte en malestar, los mareos, los vómitos e incluso la fiebre. “Uno de los signos más importantes es que dejas de sudar, significa que el cuerpo no está termorregulado y es un cuadro grave”. Estos síntomas pueden manifestarse a los dos o tres días de que una persona haya estado expuesta al calor.

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