Julián Molina Illán

Tiempos de farsa

27 de Febrero de 2025
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Tiempos de farsa

La historia, escribió Marx, sucede dos veces: la primera, como gran tragedia, y la segunda, como una miserable farsa. Esto es lo que nos ha ocurrido a los españoles en el siglo XX. Estamos en tiempo de memoria histórica para recordar lo que nos pasó.

La guerra civil española la sufrimos entre 1936 y 1939. Como cualquier acontecimiento, esta tragedia tuvo gravísimas consecuencias. Ya pasó y transitamos a la democracia, un proceso complejo y difícil.

Entre los años 70 y 80 volvieron a renacer las esperanzas con grandes expectativas de cambio, buscando que reinara la justicia. Sin embargo, actualmente muchos piensan que ciertos aspectos de la política son una ‘farsa’, comparándolos con lo que se esperaba. Los desastres producidos en una guerra no son fáciles de superar.

Los españoles quedaron un poco más tranquilos a comienzos de la década de los 80, aunque duró poco. El 23 de febrero de 1981 fue la intentona del golpe de Estado. Esta es la ‘farsa’ mayor de todas. El teniente coronel Antonio Tejero irrumpió en el Congreso de los Diputados con un grupo de guardias civiles, durante la votación para investir a Calvo-Sotelo como Presidente del Gobierno, para sustituir a Suárez.

Ocuparon el Congreso, secuestraron a los diputados y lanzaron tiros y gritos para imponerse y atemorizar a los allí presentes. El teniente general Milans del Bosch proclamó el estado de excepción en Valencia y desplegó tropas y carros de combate en sus calles. Alfonso Armada, al que esperaba Tejero, no llegó. Juan Carlos I intervino en TV, defendiendo la Constitución y situándose contra los golpistas, que se retiraron, produciéndose así el fracaso del golpe. Se consolidó entonces la democracia.

Cuando ya la democracia tenía fijadas las propuestas de solución de los problemas prioritarios, llegó la crisis económica de 2008, que afectó gravemente a España. Se implantaron fuertes medidas de austeridad. En cambio, nosotros necesitábamos expansionarnos en el mundo Hubo mucho sufrimiento y crecientes necesidades. La recuperación económica tan esperada resultó desigual y la lucha por economía más equitativa y justa tampoco se consigue De nuevo esta tragedia acabó en ‘farsa’, por más esfuerzos que se hicieron.

No hubo transparencia ni justicia, con lo que otra vez fue considerada la política española como una ‘farsa’ que en este caso, acabó con la vida de la gente.

Se produjo mucho sufrimiento durante la COVID, al no poder ni salir a la calle y otra se hizo presente la muerte, especialmente en residencias de ancianos. La operación económica esperada fue muy desigual y la lucha por una economía equitativa y justa no se consiguió. De nuevo, esta tragedia acabó, por ello, en ‘farsa’, a pesar de los muchos esfuerzos hechos para su superación.

Más tarde, por fin, se va recuperando la economía. España crecía más que cualquier país europeo Sin embargo, la oposición no dejaba de hacer ruido. Rajoy había sido desplazado del Gobierno por un voto de censura que ganó Pedro Sánchez. A partir de aquí la oposición no dejó de criticar fuertemente al Gobierno, con menos razón y sin poder gobernar. La confrontación fue total.

Se pidió varias veces la dimisión del Gobierno. Todo esto hizo que el ambiente político se situara en plena polarización, haciendo todos los ruidos posibles y convirtiendo la gestión política en una ‘farsa’ completa. Los debates para control resultaron imposibles.

Se fue imponiendo después la corrupción política, que parecía haberse olvidado. Jueces y tribunales eran muy lentos y todo se prolongaba sin que nadie se explicara por qué. Los escándalos de corrupción política alcanzaron los niveles más altos de la sociedad. Todavía se está juzgando a protagonistas que ofrecieron mascarillas de protección entonces.

Los precios por unidad fueron muy diferentes en función de los intermediarios que intervinieron en la venta. También era muy distinta y variada su calidad. Lo peor de todo es que surgieron los negacionistas, burlándose de las medidas tomadas. Incluso grandes mandatarios estuvieron en contra de su uso. Tampoco aquí hubo transparencia ni justicia, con lo que otra vez fue considerada la política española como una ‘farsa’, que en este caso jugó con la vida de la gente.

La extrema derecha de Vox se ha envalentonado del triunfo de Trump en Estados Unidos. Ya están proclamado que Santiago Abascal ganará las próximas elecciones. Vox está resurgiendo y colocándose entre los mejores puestos de la lista, con un discurso nacionalista y antiinmigración y están mejor coordinados.

Los jóvenes descontentos con la política nacional se sienten atraídos por este proceder político. Se acercan a esta derecha radical y sin complejos. Les atraen sus actitudes xenófobas y machistas a imitación Trump. Proclaman que España es primero y que hay que hacerla grande otra vez.

Esto puede resultar peligroso en cualquier momento y arrastrar votos de la derecha, que están necesitando a marchas forzadas. Los irán recogiendo de quienes tienen con ellos aires de familia y con quienes serán obligados a pactar. Aquí la unidad es más de fácil de conseguir que en la izquierda, que está entrando en mayores dificultades.

Trump ha calificado a Abascal de "un gran tipo” y le felicitado por “su gran trabajo”. Ya se ve por dónde van las orientaciones. Así pues, hemos pasado por tragedias, qué se han ido convirtiendo en ‘farsa’.

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