EL CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) acaba de publicar en su informe sobre Turismo y Gastronomía que en la última encuesta realizada y a la pregunta de cómo debía ser la tortilla de patatas, con cebolla o sin cebolla, el 74,9% la prefiere con cebolla y además el 53,3% la prefiere poco hecha.
Bien, me quedo tranquilo. Es una cuestión en la que llevo pensando toda mi vida y me generaba una duda existencial difícil de sobrellevar.
De verdad? Nuestros impuestos deben dedicarse a hacer este trabajo estadístico con el coste que conlleva?
Y además la prensa, como no, se ha hecho eco del resultado generando multitud de artículos publicitándolo dándole categoría de noticia.
De verdad? Repito.
Y yo me pregunto, el CIS como el gran “oteador, vigilante, centinela” sociológico de este país, porque no hace preguntas por ejemplo alrededor de que preferiría la sociedad española, Monarquía o República? La última vez que lo hizo fue en abril de 2015, hace más de quince años, ya preguntando por Felipe VI. Suspendió con un 4,34 sobre 10. Nunca más se ha vuelto a preguntar.
Se pregunta sobre muchos y variados asuntos y también sobre distintas instituciones del Estado (las Cortes, partidos políticos, Fuerzas Armadas, etc.) pero curiosamente nada sobre la monarquía. Tampoco sobre el rey emérito…. No vaya a ser que saliese mal parado.
El presidente del organismo José Félix Tezanos a la pregunta a respondido que “no interesa a los españoles”, digo yo que habrá hecho una encuesta para responder esto, o quizá no….
Tampoco ha preguntado sobre la amnistía, sobre aspectos relacionados con la inmigración, sobre si estamos de acuerdo en gastar un 5% del presupuesto en Defensa porque lo manda Trump, por lo que está ocurriendo en Gaza, etc. Pero por la tortilla de patatas si se ha preguntado.
Pero en qué sociedad vivimos? O mejor dicho, en que sociedad nos hacen vivir? Estamos infantilizados y nos inducen a ello, y nosotros nos dejamos.
En la misma línea, sólo hace falta ver algunos informativos de algunas cadenas de TV (por ejemplo La Sexta), la mayor parte de su tiempo está dedicado a hablar de temas irrelevantes, insignificantes, intrascendentes. Hace ya años, en todos los informativos al finalizar había un espacio concreto para hablar del tiempo que duraba a lo sumo dos o tres de minutos. Hoy en día, hablar del tiempo ocupa la mayor parte del informativo, mucho más tiempo que el dedicado a noticias internacionales por ejemplo, con todo lo que ocurre en el mundo. Necesitamos hacer un programa conectando en directo con cantidad de ciudades explicando que hace calor en verano y mostrando los termómetros, de verdad?
Los poderes fácticos, los políticos, nos quieren dormidos, superficiales, desinformados (de temas importantes), dóciles, insustanciales, sin pensamiento propio y crítico. Es la banalidad de la sociedad.
Hannah Arendt (1906-1975) filósofa alemana de origen judío hizo famosa la frase “la banalidad del mal” en su libro “Eichmann en Jerusalén” sobre el juicio a Adolf Eichmann por genocidio contra el pueblo judío.
Una de las visiones de la palabra banalidad puede adaptarse al que vengo aquí hablando:
“Algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema sin reflexionar y sin preocuparse sobre sus actos o pensamientos, sin ir más allá”
Esto es exactamente lo que mucha gente hace hoy en día, y en mi opinión deberíamos cambiarlo, para no quedar a merced de poderes que precisamente no velan por nuestros intereses ni el bien general de la sociedad.
Por cierto, la tortilla a mí me gusta con cebolla, y saber que formo parte de la mayoría me ha resuelto la vida (o no.)