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Tous, fútbol y complacencia

19 de Mayo de 2021
Actualizado el 02 de julio de 2024
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foto Tous

En Córdoba la complacencia con la que se viven las lecciones que dan los foráneos -hasta cuando sean mindundis, te hayan perseguido, o difamado- es digna de un estudio, no sé si etnológico o antropológico.

Solo un pueblo que no cree en sí mismo es así de complaciente. No se explica de otra manera que, a diferencia de otros, la sangre que corre por las venas sea tan gélida como para no arder con los atropellos o las afrentas de los falsos profetas. No hay que ser Juana de Arco para escribir estas líneas y no preguntarse si no será una cuestión más que de actitud, de honor.

Córdoba, joyera de pura raza, de sangre fundida con plata y de tradición orfebre de siglos, se ha quedado embelesada ante la visita de doña Rosa Tous, responsable de una firma de apenas 50 años, marcados por un buen marketing, un elaborado discurso y una técnica de fabricación que convierte finas láminas de plata en formas de ositos o corazones en “joyas” top y muy caras, eso si cambiando la consistencia del relleno de la joya de verdad, con sus gramos de plata dentro, por un buen relleno de plástico o silicona. !Y tan amigos!.

Y, además, dejando infinidad de cadáveres de colegas en el camino. Cadáveres en forma de entradas y registros injustos en los talleres de toda España, de largos procesos a los que sometió a orfebres honrados que soportaron estoicamente el descrédito que eso suponía; cadáveres de los que no se recuperaron tras tener que pagar indemnizaciones solo por miedo y los cadáveres de los que tuvieron que sufrir graves imputaciones delictivas que luego la justicia, que existe y es justa, dejó en nada.

Pero no pasa nada. Ahora llega a Córdoba esta profeta, se pasea por una alfombra roja que le tienden con honores y cuando le ponen el micrófono delante, no solo no pide disculpas, sino que declara -sic- “En el Parque Joyero hace falta una estrategia más sólida". !Toma ya!. No sé si lleva razón, ni me importa, porque lo que me importa es que eso lo diga quien lo dice, en Córdoba y a presencia de quienes son los representantes de esa joyería que tanto ha maltratado y delante de los que mandan en ese Parque Joyero al que tacha, en toda su cara, de tener “inconsistente” estrategia.

Que nadie es profeta en su tierra, ya lo sabemos. El problema es que algunos están acostumbrados a escuchar embelesados a profetas que llegan de fuera con una increíble complacencia sostenida...¿O será algo más?.

De la complacencia en el fútbol hablaremos otro día, porque aguantar las lecciones y los titulares que ha regalado en Córdoba un señor de Almendralejo y otros cuantos de Sevilla -los de Baréin ni se sabe dónde andan- para llevar el fútbol cordobés al pozo más hondo sin que nadie se pregunte tantas cosas que hay detrás, ni asalten las vallas de un Arcángel que es de todos, merece, como mínimo, un tratado. Ya verán

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