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Trabajadores del mundo, ¡no trabajéis! ¡Huelga General!

31 de Marzo de 2025
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Trabajadores Huelga
Foto: FreePik

¡La Internacional Fascista avanza! Europa aprueba gastar 8.800.000.000 en armamento. España, representada por Pedro Sánchez se muestra conforme y aportará 22.000.000 a la hucha común. Españolitos que estáis en el mundo, ¡os guarde Dios! No tendréis vida suficiente para pagar esas cantidades. Y mientras ahorráis para cumplir el mandato europeo, preparaos para participar en la III Guerra Mundial que están organizando las grandes potencias capitalistas del mundo. Almacenen suministros de emergencia como aconseja Bruselas. Y entrenen a sus hijos de 18 años para cuando sean llamados a filas, según el plan de Macron de enviar 30.000 efectivos de varios países al ejército ucraniano.

Dicen que Pedro Sánchez no se ha decidido todavía a comprometer soldados españoles, pero no sabemos cuando lo hará. ¿Estamos todos tranquilos esperando?

Es la primera vez, en la historia del mundo, en que mientras están bombardeando un pueblo desarmado, encerrado en un mínimo territorio, matando mujeres y niños mayormente, destruyendo hospitales, escuelas y viviendas -o lo que queda de ellas- el resto de las poblaciones adyacentes, entre las que nos contamos, en el continente más rico, más avanzado, más democrático e igualitario del mundo, está contento porque ha dejado de llover y puede ir a la playa y tomarse aperitivos en las terrazas de los bares.

La Internacional Fascista avanza. No solo Giorgia Meloni es una líder a imitar y los gobiernos europeos, franceses y españoles, indagan a qué países pueden enviar a los emigrantes ilegales, si no es Albania como ha resuelto aquella, o Ruanda, como pretendía el presidente del gobierno británico. La Unión Europea, entera, sus 27 países, o así -muchos no son más que trocitos de territorios que partieron los ganadores de las últimas guerras, o ciudades que sirven de paraísos fiscales: Malta, Bulgaria, Rumanía, Letonia, Lituania, Estonia, Croacia, Estonia, Eslovaquia, Chequia, Luxemburgo, cuyo voto únicamente sirve para apoyar las decisiones de la Comisión que la derechista aristócrata Ursula von der Leyen,  previo permiso del Departamento de estado de EEUU, ha aprobado. Normas que regirán en este continente respecto a la emigración, y España, socio fiel de los dirigentes fascistas europeos y americanos, las incorpora a su legislación.

Con el beneplácito de Kristi Noem, la Secretaria de Seguridad de Trump que ha viajado a El Salvador para visitar la megacárcel de seguridad, el Centro de Confinamiento del Terrorismo, donde los presos no salen nunca al exterior y nunca reciben visitas, y a donde Trump ha enviado más de 200 venezolanos deportados desde EEUU a mediados de marzo, acusados de pertenecer a una pandilla delincuente, conocida como “el tren de Aragua”, a pesar de que un juez estadounidense dio orden de detener el traslado.

La cárcel tiene capacidad para 40.000 reclusos, donde en celdas con literas de tres pisos, con las cabezas rapadas y medio desnudos, se amontonan sin espacio alguno para moverse. La Secretaria de Seguridad ha grabado un vídeo, con ese paisaje de fondo, que luego compartió en X, diciendo: “En primer lugar, quiero agradecer a El Salvador y a su presidente su alianza con Estados Unidos para traer a nuestros terroristas aquí y encarcelarlos.”  “También quiero que todo el mundo sepa que si vienen a nuestro país ilegalmente, esta es una de las consecuencias a las que se pueden enfrentar.” Y añadió en un texto escrito: “Si no se van, los vamos a cazar, arrestar y podrían terminar en esta cárcel salvadoreña”. La Internacional fascista crece.

Ante la mirada sonriente e indiferente de Pedro Sánchez, que ahora está calculando cuando reunirá los miles de millones para nuestra defensa que pide la Unión, cumpliendo el mandato de EEUU, que según el Secretario General de la OTAN Mark Rute, será antes del verano, aunque Sánchez se ha apresurado a matizarlo diciendo solo que lo intentará. Y aunque no sepamos de qué o de quienes tenemos que defendernos, ese mandato pesa sobre las necesidades sociales españolas, aunque el Presidente promete que no lo sacará del fondo de la sanidad, la educación, la vivienda, la dependencia, etc. etc. como le reprochan algunos de sus socios en el gobierno. Que son críticos y que incluso se atreven a amenazar con no votar los presupuestos generales, pero que siguen en el gobierno. La Internacional Fascista crece.

Y se hace grande y es muy poderosa. Más que en los años treinta del siglo pasado, porque en aquella al principio no estaba EEUU, y sobre todo existía la Unión Soviética, que daba miedo con su programa de reparto de la riqueza y apoyo a los obreros y los campesinos, que el Capital no quería ni oír. 

Y ahora a quien no se oye es a la Internacional proletaria, que tenía que unirse para evitar que la Internacional fascista se haga fuerte y nos gane en esta guerra interminable y destructiva, en la que como dice Kristi Noem, nos van a cazar en El Salvador. O en Albania, donde Carla Meloni tiene ya reservada litera para los que no le gusten. 

¿Dónde están los obreros y campesinos que siguieron a Lenin? ¿Y dónde las mujeres que admiraban a Clara Zetkin? ¿Dónde está la Internacional Feminista que unimos fuerzas con Mrs. Pankhurst? ¿Dónde están los sindicatos que convocaron huelga general el 13 de diciembre de 1988 con pleno éxito? ¿Dónde están Buenaventura Durruti y Federica Montseny en versión siglo XXI? ¿Dónde están las muchachas que crearon los Comités Antifascistas y dieron mítines en las plazas y en las calles de todas las ciudades españolas contra la guerra?

¿Cómo podemos seguir trabajando en las oficinas y en las fábricas mientras exterminan a la población palestina como si fueran cucarachas? ¿Cómo podemos seguir tranquilos y tranquilas una vida rutinaria y normal cuando la guerra se acerca y en el camino mata a jóvenes soldados y a mujeres y niños y ancianos y a los enfermos en los hospitales? ¿Y mientras los gazatíes no tienen electricidad, ni comida ni medicinas?  

Nosotros y nosotras somos los que mantenemos el mundo. Sin los que arreglan las carreteras y mantienen el servicio eléctrico y telefónico y recogen las basuras y limpian toda la suciedad del país, nada puede existir. ¿Si las guerras continúan es porque nosotros y nosotras lo consentimos y obedecemos las órdenes de los criminales fascistas que la organizan? No se envía un wasap ni funciona un tren sin que unos trabajadores y trabajadoras lo hagan posible. No se enviarían los misiles inteligentes que saben a quién tienen que matar sin que la conexión tecnológica funcione. Y además pagamos todas las aventuras guerreras en los presupuestos generales del Estado que se nutre de nuestros impuestos. Y se nutren los ejércitos con los muchachos que se ponen el uniforme y acuden a formar al sonido del primer pitido. ¿Cuándo vamos a crear la Internacional obrera y la Internacional Feminista para que no crezca más la Internacional Fascista? ¿Cuándo vamos a declarar la huelga general contra la guerra e impedir que se aprueben los presupuestos de Defensa y de la OTAN? Y tenemos que enlazar con nuestros compañeros y compañeras de esta Europa que tanto presume de ser el jardín del mundo, para que todos y todas paremos el continente y enseñemos a los compañeros americanos como se acaba con la Internacional Fascista.

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