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Tres denuncias ¿políticas?

30 de Octubre de 2024
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Tres denuncias ¿políticas?

Leía estos días en una red social a Pilar Eyre, periodista y escritora que reflexionaba respecto a los comentarios burlones y despectivos que ha despertado la denuncia de “la víctima” de Errejón.  Yo de momento entrecomillo, por razón del Derecho Fundamental a la Presunción de Inocencia, porque el victimismo, a lo que nos ocupa, debe ser objetivo y esclarecido.  Preguntaba la Sra. Eyre a sus seguidores, lectores e interactuantes, para respuesta de obviedad que ella misma consideraba tácitamente, sobre la razón por la que no se denuncia más, teniendo en cuenta determinadas reacciones jocosas sobre los supuestos hechos.

Sin entrar en el fondo del asunto, que para eso están los Juzgados y Tribunales, en orden al esclarecimiento y archivo por sobreseimiento “provisional” (el libre no se estila), o en su caso, de desarrollarse el juicio penal, absolución o condena del que resulte imputado, me pareció conveniente contestar que esos comentarios, aunque inapropiados y fuera de lugar, pueden darse, y se dan, cuando alguien anuncia una denuncia en lugar de una condena, cuando a  alguien se le intuye como presunta herramienta para conseguir objetivo distinto a su protección, y cuando además no se miden (o sí), los tiempos y las sedes donde se relatan los hechos.

Un acoso, una agresión sexual o un supuesto de violencia de género, no se debe anunciar en una red social con carácter previo a formular denuncia en comisaría o juzgado, pero tampoco después, durante el proceso, ya que si hay condena es la propia resolución judicial la que se encarga de poner las cosas en su sitio y, de ser preciso, de la protección de la víctima, (ya sin entrecomillados). Y ello porque en las redes sociales no se obtienen órdenes de protección, sino todo lo contrario, y desde luego que no se puede tratar de buscar a base de publicaciones en “X” “Facebook” o “Instagram”,  la imposición de lo mediático a lo jurídico, porque además perjudica a todas las partes, y más aún en supuestos de falsedad, a las víctimas que de verdad lo son.

Resulta significativo que en estos casos suele haber un denominador común en los objetivos, y por ello se instrumentalizan.  Además de la actualidad respecto a Iñigo Errejón, hay dos ejemplos pasados muy significativos: el de la futbolista de la selección nacional, denunciando al que fuera presidente de la Federación de Fútbol, o el de la exgimnasta española, denunciando en 2012 a su entrenador,  el que fuera seleccionador nacional de gimnasia artística femenina.

En el caso de Errejón, e insisto, sin calificar lo que sólo corresponde calificar a la justicia, el objetivo parece claro: acabar con la formación política SUMAR, por absorción de sus votantes hacia otras aristas de la izquierda. Se atisban ciertos componentes, tanto de ajuste de cuentas como de refuerzo de las tesis de la anterior ministra de igualdad respecto a los canales de denuncia, ciertamente inapropiados e inconvenientes, pero que dan para escribir un libro. (Literal, lo del libro y, cuando menos, curiosa la campaña de “marketing” y publicidad de los relatos recopilados por la Sra. Fallarás).

En el supuesto de la futbolista, de nuevo sin calificar los hechos, el objetivo inicial se hizo efectivo de forma casi inmediata. Aquel que no iba a dimitir tuvo que cesar a la fuerza. Había sido tremenda la lucha para descabezar la Federación Española de Fútbol en la etapa de Ángel María Villar para tratar de hacerse  con el control de la misma. Detrás de aquel derribo estaba Miguel Cardenal, político del Partido Popular, en aquel tiempo secretario de estado para el deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes, con querella incluida de aquel a este, que acabó archivada.  Mientras la futbolista de la selección española se reía en el autobús  con sus compañeras del beso en la ceremonia de entrega de la copia del mundo (la justicia valorará las circunstancias y si hubo o no consentimiento), e incluso cantando “beso, beso, beso”, “presi, presi”, según algún video que circula por internet, (“como Iker y Sara”),  alguien animó a denunciar, y desde luego que no era para conseguir su protección, más allá de la retransmisión de las campanadas de Año Nuevo (que no sé si resulta un contrato blindado y protegido, y es donde se la protege). Me da pena, porque considero que se trata de una extraordinaria futbolista, que parece haber sido  utilizada, aunque hoy  en la gala del balón de oro le darán el premio Sócrates, por sus valores.

Ahondando en la destitución de Luis Rubiales, resulta que, desde FIFA, y según se publicó en El Español el día 24 de octubre de 2023, por el periodista Jorge Calabrés, el Director Legal de la Federación Internacional de Fútbol, Emilio García Silvero, presionaba para una sanción histórica de varios años al entonces presidente de la Federación española de Fútbol.  Curioso el enlace nuevamente con Miguel Cardenal, ya que resulta público, según diversos medios de comunicación, que García Silvero no sólo es íntimo y un hombre del exsecretario de estado para el deporte, sino que es amigo de Tebas, y es “vox populi” el deseo histórico de los aquí nombrados de controlar la Federación Española de Fútbol.

La guinda a este pastel, la pone la denuncia en 2012 de una  ex gimnasta de finales de los setenta, a su entrenador, por hechos que situaba en aquella década. Este caso, del que no se conocen los mimbres porque en mi opinión se han ocultado deliberadamente  (si se conocieran constituiría un escándalo de dimensión mundial),  es el espejo donde se miran los ideólogos de este tipo de acusaciones públicas para su éxito.

Resulta que, al tiempo de la denuncia, diciembre de 2012, estaban programadas las elecciones a la Federación española de Gimnasia, pero según consta publicado en diversos medios, se adelantaron. Los comicios federativos se iban a celebrar inicialmente el día 22 de diciembre de 2012, pero se pasaron al día 1 porque sólo había un candidato, nuestro bicampeón del mundo Jesús Carballo Martínez, actual presidente de la Federación. Qué mejor forma de acabar con la candidatura que denunciar a su padre, el seleccionador nacional de gimnasia artística femenina desde 1978 y una referencia en este deporte a nivel mundial, por hechos que no se podrían investigar por prescripción, tratando de “anexar” otros hechos más cercanos a 2012 que jamás se precisaron (porque no existieron). La justicia penal determinó, de forma tajante, que “no había indicio alguno de apariencia criminal”.  No obstante, dado que no se obtuvo resultado penal favorable a las denuncias, se remató hasta la muerte civil la reputación del exseleccionador, al que públicamente y con programas de televisión, “INFORME ROBISON,SALVADOS, de la Sexta (Évole, #TodoLlega), ACOSADOS de Telecinco (con intervención estelar de un “juez comentarista” que llamaba a la denunciante por su nombre de pila) y múltiples entrevistas, se  condenó al seleccionador nacional de gimnasia artística femenina,  al más injusto y miserable ostracismo. La denuncia se formalizó el 17 de diciembre de 2012 (Fuente:  Wikipedia de la denunciante). pero en la previsión no contaron con que las elecciones se adelantarían; y aunque midieron mal, no había marcha atrás y para no hacer el ridículo parece que  decidieron,  engordar “la bola”.

Lo que pasó después, en el procedimiento civil de protección al honor del seleccionador, al que jamás se le hizo ni una pregunta, se contará en otro artículo, o quizá se enmarque definitivamente en un reportaje de imagen y sonido, de dimensiones internacionales, porque es ciertamente escandaloso, uno de los mayores escándalos que han acontecido en nuestro país.

No obstante, les dejaré varios interrogantes muy fáciles de responder.  ¿Saben quién era el Presidente del Consejo Superior de Deportes en 2012 al tiempo de la denuncia?. ¿Conocen la trayectoria laboral de la “denunciante” posterior a la denuncia?. ¿Saben si trabajó en Federaciones deportivas nacionales e internacionales?.  ¿En cuáles?. La respuesta se encuentra en  las las propias redes sociales de la denunciante y otras publicaciones,, y  en los organigramas también públicos, de los  se desprende  que tras la denuncia se incorporó a la Federación Nacional de Baloncesto, y posteriormente a  FIFA, donde el amigo de Miguel Cardenal (¡bingo!), Emilio García Silvero es el Director del departamento Legal.  A la entonces denunciante le hicieron múltiples entrevistas, fue a presentar una asociación al comité de la infancia y adolescencia del congreso de los diputados, acudió al Consejo de Europa con esa misma asociación, a acusar a su entrenador en el comité de ministros y ante ni más ni menos que cuarenta y siete delegaciones internacionales.  Colaboró con el Consejo de Europa en diversos proyectos,  también con el Consejo Superior de Deportes español y ha sido candidata a los premios top100 mujeres líderes que, por cierto, no ha conseguido, porque todavía queda algo de decoro. Resulta sorprendente que llegara a todos esos lugares, ¿no creen?. 

Lo curioso es que la asociación que presentó en el Congreso de los Diputados en fecha 21 de febrero de 2019 ( “como representante de la Organización "Oro, plata y bronce", para informar sobre su actividad para crear entornos deportivos sanos y seguros para la infancia. (Núm.Exp. 219/001244, e”) ,y en el Consejo de Europa,  en fecha 14 de noviembre de 2018, hoy tiene una presencia residual en la protección de los menores en el deporte con espacios seguros, si bien se utilizó como rampa de lanzamiento para una proyección hacia más alta cota. 

Habiendo hecho cima, nada importa, incluso se borran antecedentes, como la fundación que presidía la entonces denunciante, fundación que acabó sin dejar rastro en internet, a pesar de que el propio Miguel Cardenal, a través de la Fundación Deporte Joven, la tuvo en cuenta en un plan público con patrocinadores y que, por cierto, consta en acta notarial.  Todo ello, insisto, sin que, a Jesús Carballo, conocido como “Fillo”, ni policía, ni jueces, ni fiscales, ni abogado alguno, le hiciera una sola pregunta.

No consiguieron el objetivo de controlar la Federación de Gimnasia, pero destrozaron la vida de un inocente.  Y todo ello, y es mi opinión,  para no hacer el ridículo con una denuncia que la justicia española declaró extemporánea por décadas respecto a la denunciante, que esperó más de treinta años para solicitar su investigación, y sin indicio alguno de apariencia criminal  (y así  se plasmó en resolución judicial) respecto a todo lo demás que se intentó.

El conocimiento de todo lo que aconteció en este caso ayudaría a que no se produjeran más aberraciones para destrozar vidas, a entender que las denuncias tienen que seguir un protocolo serio y de garantías, y que nadie debe dejarse utilizar para conseguir otras metas en temas tan sensibles, porque el único objetivo a lograr es la erradicación de los acosos, de las agresiones sexuales, de la violencia de género y de la instrumentalización de las denuncias para otros fines, porque en todos  estos casos,  por mucho que se les ofrezca y logren las denunciantes, sólo se  perjudica a las verdaderas víctimas.  

Como dicen los socialistas ministeriales, pero con más datos, seriedad y rigor, ¿Blanco y en Botella?.  

 

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