Milei es el emergente de una crisis política , económica y social de la Argentina. Para los argentinos era la la posibilidad de salir de la profunda crisis. El gobierno de Fernández fue un auténtico fracaso, no pudo resolver ningún aspecto de la economía. La gente se canso de la partidocracia , la burocracia, la violencia, de la justicia corrupta. Especialmente los sectores más pobres, la clase media y la juventud. Allí apareció un Milei populista de derechas, con soluciones magicas con ideas del siglo 19.
Los factores de poder necesitaban en la Argentina un personaje neofascista que sumará a toda la ultra derecha con el fin de apoyar las políticas neoliberales, iniciar un proceso de restauración reaccionaria en todo el continente y poner una cuña a la contradictoria ola progresista en América Latina. Javier Milei para cumplir con sus promesas tendrá que gobernar por decreto y reprimir las respuestas populares. Lo cierto que se abre una profunda crisis en el peronismo que salpica el liderazgo de la Ex presidenta Cristina Fernández. Ahora es el momento de recoger las cartas y dar de nuevo. El movimiento popular debe volver al trabajo de base, liderar los reclamos de los sectores excluidos de la sociedad. En estos años se perdió la indentidad y la mística de un movimiento popular y Patriotico dónde la columna vertebral era el peronismo y la doctrina de Perón. Cada vez es más necesario la confluencia del peronismo combativo, con la izquierda marxista para confirmar un Frente de Liberación Nacional que ofrezca una alternativa transformadora. Las ideas social- liberales de Alberto Fernandez y las social democrátas de Cristina Fernández han fracasado. La Argentina necesita un programa político que le dispute el poder a la oligarquía y al imperialismo. Es necesario erradicar el sindicalismo burocratico, el oportunismo político, el movimiento social que hace política con los planes convirtiéndose en los bomberos del sistema.
Hoy más que nunca se necesita una transición generacional, acabar con los políticos corruptos que hacen de la política un modo de vida con todos los previlegios mientras la población se muere de hambre.
El movimiento autenticamente revolucionario, el que representa Perón, Evita, Agustín Tosco, Santucho, la resistencia peronista, el Cordobazo, Montoneros, las Madres de Plaza de Mayo, los treinta mil compañeros desaparecidos. Los mejores, referentes de las últimas décadas argentina. Hay que acabar con el concepto de Cristina de que existe un capitalismo bueno, el capitalismo mata, destruye e idiotiza a las masas. Y logra permanecer en el poder.
Se abrió un proceso de liderazgo y de representación política del movimiento popular. Cristina no se jugó la última carta privilegio su situación personal en el plano jurídico. Ella tendría que haber sido la candidata a presidenta con todas las consecuencias. Ahora solo queda la tarea de organizar la resistencia popular y crear un verdadero instrumento de cambio, para transformar la Argentina como país anticapitalista y antiiperialista.
Los que nos definimos como de izquierda debemos liderar la unidad en la lucha sin perder la perspectiva del socialismo. Pero desde una perspectiva de una política autónoma, crítica dejando de ser los acompañantes sin derechos de los partidos de la burguesía.
Este debe de convertirse en una situación coyuntural, la dialéctica nos enseña las posibilidades de cambio especialmente entre las clases populares. No todo está perdido hay que volver a las fuentes y empezar a dar la cara de la derrota y perfilar una argentina que salga de la crisis fortalecida con nuevas posiciones patrióticas que defiendan el Patrimonio Nacional, la Justicia Social, la Democracia Auténtica y nuestra Soberanía innegociable.