Acabo de visionar los primeros capítulos de la sexta temporada de Los Cuentos de la Criada estrenada esta semana. Como fan de la serie, he disfrutado de ellos y me ha dado que pensar. Para aquellos que no conozcan esta serie distópica, de culto, haré una breve explicación para situar a todos en contexto y entender el propósito del artículo.
La serie está basada en la novela que Margaret Atword escribió en 1985. La trama principal se centra en el territorio de EEUU en el que debido a un incidente ambiental catastrófico la mayoría de las mujeres quedaron infértiles provocando un problema demográfico enorme. Un grupo político neofascista realizó un golpe de estado provocando la caída del gobierno democrático. El nuevo gobierno era un gobierno profundamente teocrático, extremadamente puritano, totalitario, gobernado por “comandantes”, suspendiendo todas las libertades fundamentales, la Constitución, con una degradación del papel de la mujer pasando a ser “criadas” de los “comandantes” incluso para la gestación de los niños. Estableció un muro físico, político y social con el resto del mundo, una auténtica autarquía. Se erigió en una nueva nación que estaba por encima de las otras naciones, tenía una relación singular con Dios y tenía la misión de difundir sus valores por el mundo. El nuevo nombre del país, GILEAD.
Una vez situados, los seguidores de la serie como los que no, vamos a ver cuales son los paralelismos, a mi modo de ver, salvando las distancias obviamente, con los EEUU de Donald Trump, o al menos en el que él pretende convertirlo.
País con graves problemas internos, desigualdad, pobreza, seguridad, polarización de la población con una extrema derecha potente, deuda pública y por encima de todo, pérdida de la supremacía internacional en un nuevo mundo multipolar. Solución de Trump? Autarquía, construir muros, fin de las relaciones de confianza con el resto del mundo, señal: los aranceles.
Pretende optar a una tercera reelección como presidente cuando la Constitución lo prohíbe, ordena los aranceles cuando es una prerrogativa sólo del Congreso, deportación indiscriminada de inmigrantes saltándose las sentencias judiciales. Os suena? Saltarse la Constitución, saltarse la separación de poderes, es un “comandante”.
Está más que demostrado el machismo de Trump, y forma parte del papel del que está convencido que tiene, es el Elegido, el Iluminado, que se cree por encima de todos y no necesita escuchar a nadie. Es el destinado a hacer América otra vez grande. Make America Great Again (MAGA).
Trump pretende controlar el Canal de Panamá, anexionar Canadá como un nuevo estado y “colonizar” Groenlandia. Lo que si ha hecho ya es cambiar el nombre del Golfo de México por Golfo de América.
Cualquier día de éstos nos levantaremos con la noticia de que Estados Unidos de América ya no se llama así y que pasará a llamarse GILEAD.
Esperemos que no ocurra.