Continuan las noticias sobre la relación transatlántica y las veo como la crónica de una muerte anunciada. La de Europa-quiero decir.
La actitud americana es clara: paz. Trump rompe con la filosofía del acoso que ha marcado la relación de su país con Rusia desde 1990. Espera obtener mas beneficios con cooperación que con hostilidad. Ese tipo de cambio tiene nombre en relaciones internacionales. En francés, Renversement des alliances. Lo hicieron los Estuardos con España tras los años de hostilidad Tudor que abre la Armada. Lo hizo España con Francia tras la muerte del último Habsburgo. Y mas recientemente lo hizo Truman con la URSS tras la amistad estratégica entre Roosevelt y Stalin. Le alabo el gusto a Trump. Resulta obvio que abandonar el modo hostil es la mejor manera de sacar beneficios a su relación con nuestro vecino del Este. ¿Quiere tierras raras? Rusia se las vende. ¿Quiere las riquezas y las comunicaciones del Ártico? Rusia colabora en ello y Groenlandia se hace redundante. ¿Le preocupa el aluminio? Nada de aranceles. Abre una fábrica en Krasnodar con una inversión de 15 billones (US) y estabiliza el mercado mundial. Compárenlo con la estrategia de lanzar golpe de estado tras golpe de estado en el corazón de Europa en la vana esperanza de ver a Rusia colapsar en muchos paisecillos como Estonia o Lituania-plan de la inefable Sra Kallas. Claro que ha tenido que ser alguien como Trump para hacerlo. Sé lo que están pensando y los escalofríos que les da Trump. Pero a mi como modesto estratega doméstico no me preocupa. ¿Acaso no respeta el mundo a Napoleon a pesar de sus errores? Yendo a Inglaterra. Enrique VIII fue una mezcla de Torquemada y Petiot pero sacó a Inglaterra de la obediencia a Roma-lo que le rescata de un juicio demoledor. No sigo para no hacer esto inacabable. No me identifico con MAGA, obvio. Pero en lo referente a su gran ciaboga estratégica, guerra por paz, lo considero un golpe maestro y no solo para los USA y Rusia sino para toda la humanidad. El modelo anterior no solo destruía la reputación de los USA y llenaba de cadáveres el mundo, sino que resultaba insostenible por el déficit trillonario anual al que sometía a la Unión. Dejando aparte el que no conseguía sus objetivos estratégicos, sino que los aniquilaba. Y ¿dónde deja eso a la UE?
Dicho en vulgar paladino: colgada de la brocha. Tras haber participado de manera entusiasta en el intento de desangrar a Rusia, sin ninguna razón para ello, por cierto, resulta que Trump confiesa que tanto las revoluciones de colores como el propio Maidan, fueron obra de la USAID y de la CIA. Primer acto. Exigir a Zelensky la devolución del dinero que le consintió embarcarse en una aventura temeraria y sangrienta. Como Zelenski asegura que ni lo tiene ni lo va a tener, Trump pide tierras y minerales. En principio Zelensky accede y luego se arrepiente. Y ahora viene el bombazo. El Presidente Inicia negociaciones con Rusia para reducir el gasto militar un 50%. Pero al tiempo que dice esto asegura que Europa hará bien en proveer a su propia seguridad, lo que lleva a su títere Rutte a exigir un 5% de PIB para defensa. La pregunta es obligada y elemental. Si Rusia ya no es enemiga ¿qué razón hay para defendernos de ella? Pues la salud de nuestra élite europea, auténtico Blob de Bruselas sin nada que ver con las necesidades de los ciudadanos. De la misma manera que Zelensky no puede volverse a su pueblo y decir “mirad, fui a la guerra para intentar entrar en la OTAN, cosa que no queríais y rechacé la oferta de Putin de recuperar todo el Donbass. Ahora ni tengo OTAN ni Donbass ni casi un millón de ciudadanos, caídos en esta guerra inútil”, nuestros políticos tampoco pueden decir, “compramos un relato falso, apoyamos un proyecto delirante y al haber perdido Ucrania la guerra y pasados los USA a la paz todo lo que nos hemos gastado y vamos a gastar era inútil”. Resultado. Mantienen la ficción de que las cosas terminarán por ir bien para Ucrania, lo que es una falsedad evidente que Kiev sostiene con la sangre de los ucranianos y nuestro dinero mientras que los USA ya están empezando a llegar a acuerdos de inversión con Rusia. Y ahora nos haremos la pregunta canónica rusa que ya se hicieron Chernyshevsky, Martov, Lenin y Zdania. ¿Qué hacer?
Dos grandes intelectuales de las Relaciones Internacionales nos han dado consejo. Kishore Mahbubani y Stephen Walt.
Mahbubani. (18 de Febrero, Foreign Policty). 1.- Salir de la OTAN. Lo contrario es lamer las botas que nos patean la cara. 2.- Firmar un gran tratado de amistad y cooperación con Rusia. 3.- Hacer lo mismo con China. 4.- Declarar solemnemente que Europa solo obedecerá a sus propios intereses.
Stephen Walt (21 Febrero Foreign Policy). 1.- Luchar contra la Europa totalitaria que defiende Trump. 2.- Firmar un tratado de amistad con China. 3.- Crear nuestro propio SWIFT. 4.- Levantar una defensa propia europea. 5.- Y atención: solicitar nuestra entrada en los BRICS.
Por si creen mis lectores que hablamos de rojos peligrosos incluyo un poco de contexto sobre Mahbubani. Ex presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, y Embajador de su país, Singapore, en esa misma organización. Uno de sus libros, excelente, está traducido al español: El nuevo hemisferio asiático.
Stephen Walt es catedrático de RRII en Harvard. Autor de un libro famoso “El lobby israelí”, escrito al alimón con John Mearsheimer y mas recientemente “El infierno de las buenas intenciones”, gran análisis de la política exterior USA que recomiendo sin reservas.
¿Y qué hace Europa? Reuniones asegurando que seguirá el apoyo a Ucrania, donde está prohibido el PSOE y los equivalentes de Podemos e IU se han tenido que ir al exilio-los que han sobrevivido, quiero decir. Su Parlamento, por cierto, ha votado sobre el calendario electoral. 280 de sus 280 diputados apoyan a Zelenski en su negativa a convocar elecciones. Eso si que es un porcentaje digno de un país que ya es uno de los nuestros. Por cierto, no sorprende: su Presidente durante los tres años siguientes al Maidan, Oleg Tiajnibok, fue el fundador del Partido Nacional Socialista ucraniano. Por su parte el PM británico, Keir Starmer, ha recortado el gasto social para incrementar el presupuesto de Defensa. Proyecto estratégico: crear una fortaleza británica. El Presidente Trump ha dicho que “está muy complacido” por esta iniciativa. Sin duda para celebrar el triunfo de sus empeños nos ha dado un destello de como ve el la Gaza de sus sueños. Presidida por una estatua de si mismo en oro macizo inspirada en parecidos logros del siempre democrático líder de Turkmenistan, Gurbanguly Berdimuhamedov.
PS.- Rubén Gisbert informa de que han entrado en su casa y se han llevado el ordenador en el que almacenaba todos sus archivos sin backup. No puedo decir que me sorprenda.