Al Frente Polisario se le ha pedido una intermediación como autoridad competente en la zona. Sin embargo, la propia delegada saharaui en España, Jira Bulahi afirma que el secuestro de Maloma es "algo puntual entre dos familias" y que “yo no decido por otras personas en su casa”. La familia adoptiva asegura que el Polisario les ha exigido silencio desde un primer momento.
Human Rights Watch se opone a dicha postura y ha manifestado en varias ocasiones que el Frente Polisario, como autoridad gubernamental en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, es responsable de que se cumplan la ley y los derechos humanos.
Así, han manifestado que "retener a un adulto contra su voluntad equivale a privación ilegal de la libertad, independientemente de si los captores son familiares que sienten un profundo afecto por esa persona. El Polisario debería asegurar que estas mujeres puedan ejercer su libertad de circulación y que los actos pasados y futuros de privación ilegal de la libertad sean castigados como delitos".
El caso de Maloma, por paradigmático que resulte, no es único. Hay un centenar de Malomas más secuestradas por sus familiares, como Darya Embarek Selma de 27 años, que pasó 12 años en Canarias o Koria Badbad, que tras permanecer 10 años en España, sus familiares españoles han perdido la pista hace cinco años y no saben si está viva o muerta. O Najhiba Mohamed, o Maimouna Bachir, o Aisah Embarek, o Hurria Hamudi, o Jadama Brahim. El “modus operandi” es siempre el mismo. La familia biológica las presiona para que vuelvan con motivo de una celebración importante familiar y cuando lo hacen les quitan los pasaportes y los permisos de residencia en España y las privan de libertad a pesar de ser mujeres adultas. Tanto el Polisario como las asociaciones de amistad con el pueblo saharaui recomiendan a los familiares españoles que no le den publicidad a estos secuestros, porque “si no, no van a volver”. Desgraciadamente es lo contrario. No vuelven jamás en una clara violación de derechos humanos ejercido sobre las mujeres. Y que son ignorados por esa “supuesta izquierda española” que ni ve, ni oye, ni siente a unas mujeres retenidas contra su voluntad con la anuencia del Polisario, de las Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharahui y del gobierno argelino. Y que, además y para “mas inri” subvencionan con dinero público a los responsables de estas prácticas y que como dice Eric Goldstein, subdirector de Human Rights Watch en Oriente Medio y África del Norte, el Frente Polisario no es capaz de hacer respetar los derechos de la mujer: "Los derechos humanos tienen que ver con la toma individual de decisiones y con un Gobierno que los protege, y que no los intenta contextualizar afirmando que son una sociedad patriarcal o tradicional, para luego venir a Occidente y decir que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres y que son una sociedad progresista. Este es un caso en el que se demuestra que eso no es así”.
¿Para cuándo un pronunciamiento del Parlamento español en favor de estas mujeres españolas secuestradas? ¿Por qué el estado español no repatría a una ciudadana española, con todos sus derechos, si ha manifestado en la sede de la ONU su voluntad de volver? Si después de 40 años del supuesto socialismo de la República Árabe Saharaui Democrática, la defensa ante estas violaciones de DDHH es que son una sociedad patriarcal, nos permitirán que pongamos en duda todas y cada una de sus afirmaciones.