A la presidenta de la Unión Europea la faltó tiempo para hacerse una foto con Netanyahu, el nuevo Putin, para dar su explícito apoyo al genocidio de un millón de palestinos, con nuestro cómplice silencio, demostrando que somos hechos, y no las inocuas palabras que se lleva el viento del represente exterior de la UE.
Pedir la dimisión de Ursula carece de sentido, porque a ella solo la han elegido directamente con su voto los 27 representantes de cada país, saltándose la norma más básica de la democracia y al Parlamento Europeo, hasta al yayo de Biden lo eligen sus ciudadanos de a pie. Por eso, se irá de rositas en sus trapicheos en los contratos de Pfizer con las vacunas y su falta de justificación ante el tribunal europeo. Nos la vendieron como la nueva Merkel… Hablando de Merkel, la que nos lió con la dependencia energética del gas ruso antes de jubilarse.
Por cierto, la guerra entre Ucrania y Rusia ya se ha debido terminar porque no aparece en ningún medio de comunicación, debió servir para algo la cumbre de la Unión ECONÓMICA Europea con Zelenski en la Alhambra de Granada.
La desaparición de Ucrania de los medios de comunicación es el mejor ejemplo de cómo el relato mata el dato, semanas después de que USA advirtiera que iban a ir cerrando el grifo del mercado armamentístico que abrieron en Ucrania, tras el cierre de la con-tienda afgana. Algo tenía que saber de lo que iba a pasar, como ha demostrado la inteligencia egipcia, Netanyahu sabía que el 7 de octubre algo iba a pasar, y es dificilmente creible que uno de los ejércitos más modernos del mundo, no estuviera al loro de lo que planeaba Hamas, y que fuera tan fácil cometerlo.
A toro pasado, la jugada estratégica de Netalhayu ha sido maestra, sirviendo un millar de victimas israelíes como daños colaterales, a lo que harán martires, para blanquear el genocidio que va a hacer con el pueblo palestino, con pleno apoyo de USA, y de la ninguneada Europa que ya ni pincha ni corta. Además, seamos sinceros, así de primeras, sin que nadie nos coma la oreja, y nos bombardeen los medios de incomunicación, nos da exactamente igual, nada de lo que ocurra en Gaza va a cambiar un milímetro nuestras vidas en los próximos meses.
Por cierto, para los activistas de salón como yo, les sugiero seguir en Instagram al fotógrafo Abedelhkeem Abu Riash que el 7 de octubre ya estaba en Gaza, y así, poder ver sin censura alguna los bebés muertos por bombas israelíes, a lo mejor son los bebés a los que se refería el yayo Biden, antes que la propia Casa Blanca rectificara sus palabras por leer el comunicado de la desinformación de Netanyahu…