Me llena de horror y estupefacción ver y oír como todo un ministro de cultura prácticamente se estrena en el cargo ciscándose en la Historia de su país. Desconozco si por ignorancia o por convicción negrolegendaria, pero Ernest Urtasun pensó que equiparar las realidades coloniales de España y Bélgica era una buena idea.
Sin entrar a valorar el uso que Urtasun hace en la entrevista en Cadena SER de la manida España de Schrödinger (ya saben, esa que existe y no existe el mismo tiempo, esto es, sólo existe para lo malo), sus declaraciones son un cúmulo de desatinos y estupideces propios de alguien que ha forjado su carrera política al calor del odio a España y su legado histórico.
Urtasun valora positivamente que la Bélgica contemporánea haya pedido perdón por su brutal pasado colonial en el Congo, (principalmente durante la etapa en la que fue una colonia privada del rey Leopoldo II) y haya procedido a reconvertir sus otrora zoológicos de seres humanos en museos condenatorios del imperialismo belga de la segunda mitad del siglo XIX. Tras esto, añadió que “es algo que nosotros tenemos poco a poco que empezar a hacer”.
Como puede apreciar el lector, no hace falta decir explícitamente que España perpetró un genocidio en América para, efectivamente, decirlo: al comparar el pasado colonial español con el belga, Urtasun ya está asumiendo la leyenda negra de una España que, insisto, sólo existió y existe para contribuir a la ruina de la Humanidad.
Sin embargo, la Historia es tozuda, y nos ha dejado evidencias suficientes para desmentir y desacreditar a Urtasun. Podríamos empezar mencionando las Leyes de Burgos de 1512, en las que un pérfido Fernando el Católico brindaba protección jurídica al nativo americano y se le reconocía su condición de hombre racional y libre, frente a la esclavitud que sufrieron los congoleños bajo el colonialismo belga. En la misma dirección iban las Nuevas Leyes de Indias de 1542. ¡Qué genocidas y esclavizadores tan raros, estos españoles, que acababan de anticiparse varios siglos al nacimiento de los derechos humanos!
Pudiera parecer chocante tamaña disonancia cognitiva la de Urtasun, pero es que para esto está precisamente nuestro flamante ministro de asuntos negrolegendarios: para seguir perpetuando la propaganda antiespañola que los enemigos contemporáneos de la nación aprovecharán para hacer política y justificar sus ambiciones independentistas.
La Regeneración política de España también pasa por defender sin complejos, pero sin incurrir en empalagosas leyendas áureas, nuestro importante legado histórico, cultural y jurídico no sólo en América, sino en todo el orbe.