01 de Agosto de 2025
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drácula vampiros

Existe controversia sobre el origen de las leyendas vampíricas; entorno a esos seres nocturnos que se alimentan de la sangre de los vivos, son poco menos que inmortales y pueden transformarse en lobos o murciélagos. Peor todavía, su mordedura es contagiosa dando lugar a otros seres malignos como ellos. Además, ejercen un irresistible poder sexual sobre sus víctimas. Ya se sabe, "la sangre manda". Algunos opinan que la figura del vampiro se ha originado en algunos personajes históricos como Vlad "el Empalador" siniestro príncipe de Valaquia durante el s.XV o en Elizabeth Bátory "la condesa sangrienta", una aristócrata húngara de la que se cuenta que se bañaba en la sangre de sus víctimas para mantenerse joven. Algo parecido a lo que hacen ahora ciertos millonarios californianos que se trasfunden sangre joven para frenar el envejecimiento.

Pero sin duda la fama de los vampiros llegó de la mano de Bram Stoker y su famosa novela "Drácula" (1897) hito del terror gótico tan característico del s. XIX. El personaje principal fue posteriormente llevado al cine en numerosas ocasiones interpretado por actores a los que proporcionó fama mundial como Bela Lugosi ( que terminó como Errejón confundiéndose con el personaje) como Chistopher Lee ( que acabó aborreciendo al famoso conde) como Frank Langella (solo una vez) o Gary Oldman (en la versión de Francis Ford Coppola) El mito se hizo poco a poco más complejo en el mundo cinematográfico con películas sobre sectas o sociedades vampíricas (tipo "Underworld" o "Jóvenes ocultos") o sobre vampiros protectores de la humanidad como "Blade". El clímax se alcanzó con una novela de Richard Matheson titulada " Soy leyenda" (1954) donde todos los seres humanos han perecido sustituidos por una gigantesca sociedad vampírica a la que el protagonista trata inútilmente de combatir.

La gente común sin duda ha disfrutado con novelas y películas de vampiros. Correcto. Pero el problema se encuentra en que existen de verdad, más peligrosos que nunca ya que esas criaturas de la noche han evolucionado como otras especies y ya no les afectan las radiaciones solares ni los crucifijos ni los ajos. Peor todavía, han infiltrado y dominan en la actualidad casi todas nuestras instituciones de gobierno. ¿ No me creen? Les señalaré unos cuantos vampiros y chupasangres. Úrsula von der Leyen por ejemplo. Ha aprendido a soportar la luz solar. Pero fíjense en su palidez cadavérica y recuerden su afición a las inyecciones. Zelenski y Netanyahu son otras claras muestras de vampirismo en el poder, ávidos de sangre y que han conseguido vivir de día. Un gran número de dirigentes europeos son vampiros igualmente que han logrado sustituir el ansia por la sangre, un alimento incómodo y poco popular, por el dinero, hacia el que muestran una avidez muy reveladora de su condición. No, Mark Rutte no es vampiro, es un auténtico Renfield, el siervo de Drácula, ese tipo que con perruna lealtad hacia en conde se alimentaba de ratas e insectos esperando su conversión. Fíjense con que facilidad enseña los dientes en sus interminables sonrisas. Típico. ¿ Y Trump? No, él tampoco es un vampiro. Pero pacta con ellos para que sangren sólo a los europeos. Siempre ocurre. Hay humanos traidores a su especie. Pensarán en Putin. Estoy todavía dudando si es uno de ellos o es un " cazador de vampiros" como le sucede a Wesley Snipes en "Blade". La línea que separa unos de otros es muy fina y permeable.

Ya les digo que España está perdida. Hace ya tiempo que sabía que Cristóbal Montoro era un vampiro. Por su aspecto físico (imposible confundirse) pero también por su risa y su actitud depredadora. También vampiro es el emérito Juan Carlos I que ahora vive con los grandes vampiros petrolíferos ( aunque si se dan cuenta observen con qué cuidado se cubren con sus pañuelos de cuadros, los keffiyeh, pues todavía les afecta el astro rey y pueden experimentar combustión espontánea) Koldo todavía no ha finalizado su transformación en el moderno vampiro inmune al Sol y precisa de lentes oscuras con regularidad si bien él como muchos de sus colegas del PSOE han mutado el ansia hemoglobínica por una extraordinaria avidez hacia el dinero y las comisiones. José Luis Ábalos en particular ha perfeccionado el poder hipnótico de la sangre tan característico de los vampiros y no hay fémina que se le resista. A Pedro Sánchez, en cambio, la evolución vampírica no le está sentando nada bien y se le aprecia muy desmejorado y necesitado de morder urgentemente ¿a Feijoo?.

Pues sí, desde hace años los vampiros nos gobiernan y nos chupan la sangre o lo que se tercie, bien en forma de capitalismo salvaje o mediante el disfraz socialdemócrata por intermediación del Estado directamente manejado por los vampiros "menores", los recién convertidos. De este modo los vampiros más poderosos disimulan su avidez por el pecunio de la desventurada clase media occidental. Nos van a chupar toda nuestra esencia por nuestro bien y con una justificación científica, benefactora o económica Casi uno prefería a los desprejuiciados viejos vampiros tipo los Rockefeller o los Rothschild o los Morgan que a los nuevos, mucho menos elegantes y más toscos que manejan nuestras instituciones. Los viejos vampiros no tenían que disimular. Los vampiros subordinados y demás sirvientes resultan cargantes en sus mentiras y disimulos.

Advertidos están. Cuídense de toda esta sociedad vampírica. Y olvídense de los ajos. Ya no sirven.

 

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