Hace unos días escuchaba al ex-presidente González en unas declaraciones, rodeado de todos los presidentes socialistas de la democracia, que me invitaron a la reflexión:
“...en democracia la verdad es lo que los ciudadanos creen que es verdad. Muchas veces nosotros sabemos que las razones se confunden... pero al final esa verdad, que es lo que creen los ciudadanos que es verdad, se traduce en decisiones de voto y esas decisiones de voto, nos llevan o nos alejan del poder…”
Se me antoja interesante interpretar lo que dice el ex-presidente.
“La verdad es irrelevante pues solo importa el poder. El ciudadano no pinta nada y si tiene que tragar para colocarnos en el poder, que trague. Pero que no caiga en la cuenta de que lo que cree es falso.Vamos a sacar tajada a base de verdades inventadas y ya están nuestros medios bien pagados para dejar en mal lugar, a cualquiera que nos discuta aunque tengan razón”
“Para el pueblo, pero sin el pueblo” que dirían los déspotas ilustrados del XVIII. ¿No es esto así, Presidente? Resulta paradójico que en democracia sea el pueblo el que ni pincha ni corta.
A mi modo de ver, reconocer esto abiertamente en público me parece insultante para aquellos que creíamos en la democracia como la forma mas justa de gobierno. Soy algo ingenuo lo se, pero si todo se reduce a un domingo cada cuatro años, igual me quedo en casa aunque no me guste.
Esto me recuerda a aquello que decía el ministro de propaganda nazi, Joseph Göbbels de que “Una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad”
¿Como puede haber una relación entre lo que dice un político que ha sido Presidente del Gobierno de España, democráticamente elegido entre 1982 hasta 1996, y lo que dijo un ministro de un gobierno totalitario que supuso una desgracia para Alemania y por extensión para el resto de Europa, hace mas de 80 años? Me da miedo pensarlo pero veo cierta coherencia entre las dos citas. No en vano aquel pintor austriaco que llegó a canciller, también llego al poder por las urnas.
Me imagino que cuando uno ha amasado tanta pasta como para poder vivir sin preocupaciones, dice lo que quiere, sin importarle un pito la opinión de los demás. Incluso se permite decir hasta la verdad según él. Total, ande yo caliente; ríase la gente. ¿Verdad Presidente?
Si se nos dice que ha de gobernar la mayoría aunque esté equivocada, entonces ¿no habría que tomar otro camino? Se nos habla de libertad de elección pero si ésta se sustenta en falsedades para beneficio de una elite, ¿no habría que cambiar el papel de la gente y de escenario, para elegir a mejores líderes que no se valgan de la mentira para alcanzar el poder?
No podemos construir un mundo basado en el relativismo constante. Tienen que haber ciertas verdades contrastadas que sirvan de cimientos para construir uno mejor, para las generaciones futuras. No deberíamos poner en marcha agendas imposibles que aunque suenen muy bien, no están consensuadas con el conjunto de la sociedad sin ni siquiera medir las consecuencias de lo que proponen, escondiendo intereses mas espurios de ciertas clases dominantes.
Estamos viviendo el final de un ciclo y si da igual ser o parecer decente, igual habría que cambiar el mundo para vivir de forma mas honesta. La verdad no se inventa. Eso es mentir.
La verdad es solo una y eso no se puede inventar.