Según la memoria anual de la empresa de uno de esos “prohombres” multimillonarios tan reverenciados por algunos sólo el 18 % de su plantilla tiene más de 40 años, mientras que lo que abunda son los y las menores de treinta años, contratados a tiempo parcial y con salarios ciertamente miserables. En otra empresa de otro “prohombre”, aficionado a sentar cátedra y a las obras públicas de caridad, sólo el 16 % de sus trabajadores, según su memoria publicada, tiene más de 50 años. Sin embargo, el porcentaje de población activa en España mayor de 50 años supone más del 35 % del total.
¿Qué indica esto? Dos cosas. La primera, que a pesar de la ingente labor de la cohorte de voceros y aduladores, estos “prohombres” tienen un escaso sentido de Comunidad cuando los trabajadores mayores escasean en sus empresas. La segunda, y ésta es fruto de la clase empresarial de nuestro país, de nuestra élite económica y política española, es que los trabajadores a partir de cierta edad, y da igual su productividad y su rendimiento, corren un gran peligro de verse en la calle, de verse despedidos y con una patada en el trasero. Así de lamentable. Esto, el gravísimo peligro de que te despidan a partir de los cincuenta años, cuando precisamente a esa edad es cuando más productivo se es, y cuando mejor se domina las distintas facetas del trabajo, se debe a tres causas. La primera es la reforma laboral perpetrada por el nefasto Rajoy y perpetuada por el penoso Sánchez, y que consistió en un abaratamiento brutal del despido. La segunda es la lamentable clase empresarial española, que sólo sabe competir en base a mano de obra barata, y que tiene un nulo patriotismo y sentido de Comunidad. Y la tercera es una élite política y económica siempre presta a aprovisionar el mercado de un creciente ejército de reserva laboral de mano de obra “esclava”, dispuesta a la precariedad y a salarios miserables.
Soy testigo de ello a través de amigos, vecinos y conocidos. El mercado laboral español, ese desastre total, expulsa a los mayores de 50-55 años. De ahí el creciente número de opositores a funcionarios con más de 45 años
Y mientras, esta situación está oculta en la Agenda pública y política. Tal vez ese silenciamiento sí que sea una verdadera fake news, un ocultamiento deliberado de la realidad. Por no hablar de que ninguna fuerza política, ni a derecha ni a izquierda, y mucho menos a ultraderecha, dice ni una palabra del tema. Y sería tan fácil como obligar a las grandes empresas a contar con una estructura de empleados por edad que fuese similar a la estructura demográfica española. Si se empiezan a hacer planes de igualdad respecto a la contratación por sexos, lo mismo debería hacerse respecto a las edades. Es de justicia y de dignidad. Claro que estos conceptos están ausentes entre las élites hispanas, políticas y económicas.