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Vivir es otra cosa; no es estar vivo

27 de Enero de 2020
Guardar
libertad, vida
Vivir siempre fue peligroso; las emociones siempre sacuden. Aparecen sin previo aviso, te abofetean, te quiebran; y luego, malherido, no sabes cómo levantarte.Vivir es equivocarse porque se intenta; vivir es el amor que te desnuda en pleno frío; vivir es la tormenta que te pilla en plena calle, y, a expensas de una pulmonía emocional, decides abrir los brazos y dejar que te quiebre el sentimiento. Vivir es una noche de borrachera de cuerpos desnudos que reniegan del amanecer. Vivir no es estar vivo; es otra cosa.Estar vivo no es vivir. Estar vivo es pasear con paraguas, anorak y portales cercanos para acogerte si la lluvia y el temporal azotan con demasiada firmeza. Estar vivo es un sillón al que acudimos para echarnos y observar por la ventana. Estar vivo es un paso seguro detrás de otro paso seguro para no caer por miedo a no saber levantarse. Estar vivo no es vivir, es otra cosa.No es fácil encontrar la diferencia, y existiendo, unos elegirán una y otros elegirán otra, y no por ello tendrán condena eterna por Dios alguno. Habrá paraísos e infiernos para todos. Cada uno se tendrá que sacudir las alas o los tridentes que no pueda soportar, porque al final, toda decisión y toda perspectiva es un papel garabateado de un niño que creció.Y cuando ya no quede nada y el pasado sea propio y nuestro, y al tiempo, también sea un desconocido, y la vida no vaya más allá de un extenso recuerdo sentado en una silla, en el balcón, mirando el horizonte, probablemente, el balance de debes y haberes de vivir y estar vivo, consolará a cada uno en la decisión tomada y en los garabatos en tantos papeles que dibujamos nuestros instantes y nuestras vidas.
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