16 de Junio de 2018
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Yo
El objetivo de casi toda la filosofía, la psicología y la mística es descubrirse.Desde aquel antiguo letrero de los griegos en el que indicaba “Conócete a ti mismo y conocerás el Universo y a los dioses” han pasado muchos años. Es una antigua aspiración humana saber porque es como es, de donde viene y cuál es su destino. Un intento de ubicarse en unas coordenadas existenciales y de dar respuesta a preguntas básicas.La palabra “YO” tiene una etimología que indica que una de sus acepciones es: “el altísimo”.Tal vez nacemos para descubrir y darle valor a lo que en otro estado es simplemente una evidencia sin contraste. La dualidad, el mundo del devenir y de las formas no confronta y nos hace crecer en consciencia desde que nacemos, pero no todos llegan a ver dentro de sí mismos su realidad esencial, y pasan por la vida con penas y con glorias, pero cosechando pocos significados.Estas respuestas que se pueden encontrar si uno investiga tienen que ver con algo que llamamos mente, consciencia y espíritu. La mente lo constituye todo, la materia es un estado de la mente, no obstante ésta se convierte en vida y más tarde en puente de plata hacia el espíritu a través de la consciencia.El mundo, siendo una maravilla, es pasajero, fuente de dolor muchas veces e insatisfactorio, el cauce de la existencia lleva al derrumbe y la disolución de todas las estructuras mentales al final. La vida templa nuestra entidad como un forjador una espada, el calor y el agua deben darle la dureza y la estabilidad, pera también la flexibilidad. Y sobre todo, uno debe hacer que en su hogar interior reine la paz, y haya amor, para que el ilustre visitante que es el espíritu esté en toda la casa, tanto en el sótano como el salón, el dormitorio o el cuarto de los niños.Somos complejos y al mismo tiempo somos uno solo, la mente se manifiesta de incontables maneras, es inmensamente creativa, llena de matices y de contradicciones, la consciencia es la luz que nos da la sensación de existencia y nos dota de la capacidad de reconocer el bien y el deseo, antes o después de seguirlo, el espíritu es lo que es, la realidad al margen de la apariencia, base de todo y al mismo tiempo transcendiendo lo existente.Para conocerse uno mismo, se empieza por la personalidad, sus vínculos con el pasado, las influencias familiares y del entorno cultural, las particularidades y hábitos adquiridos, no obstante, aunque ese conocimiento es útil, es necesario ir más al fondo, o más arriba, según se mire para reconocer lo que siempre estuvo, y ese encuentro es el más íntimo que se pueda producir, el amigo y guía eterno, la pureza en estado evidente, sin sombra de duda, en el que se desvelan todos los deseos y se recompensan todas las carencias. Lo que da significado.Por eso, es necesario conocerse, se pierde uno mucho si no se conoce, y tal vez se busca fuera, en lo que parece y en lo que perece, pero no está ahí, o solo está su reflejo en el bien y en la verdad.La vida da oportunidades y señales, nos comunica lo que hemos de saber si prestamos atención, solo que es necesario ser perspicaces y profundos, mirar más allá de nuestras aspiraciones personales, ya que el interés personal, siempre indica una carencia de esa agua que sacia con un solo sorbo.
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