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PNV: Vuelve la burra al trigo

José Antonio Zorrilla
José Antonio Zorrilla
Diplomático jubilado. Fue Embajador de España para Georgia y Estados del Caucaso con residencia en Tbilisi. Dirigió también cine que inauguró con "El barranco de Víznar" un cortometraje que ganó el Diploma de Oro del Festival de Moscú cuando J.A. Bardem hizo lo propio con su largometraje El Puente. Siguió un clásico del cine español, El Arreglo. El año 2000 dirigió Los Justos, primer documental en favor de las víctimas del terrorismo de ETA. Militante de Basta Ya, ha escrito varios libros, el último de los cuales es "Historia fantástica de Europa", una crónica contrafactual de Europa, Imperio euroasiático que va desde la victoria de Roncesvalles hasta Marx y Engels, matrimonio al que se debe el sistema económico de tan vasta geografía.
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análisis

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El Sr. Urkullu vuelve al Plan Ibarretxe 2.0. para que los vascos recuperemos la soberanía que tuvimos hasta 1839, fecha infausta en la que caímos bajo el yugo español. Vamos a intentar explicarle al lector español medio la razón de esta locura autodestructiva, que solo puede sobrevivir gracias al desembolso anual de 3 mil millones de euros para los dos millones menguantes de ciudadanos euskotarras.

1.- Relato «nacional» falso.

Según el PNV,  el 3 de Octubre de 1833, fecha del Alzamiento carlista, los vascos, unánimes, se alzaron contra la abolición de los Fueros. Puede comprobar el lector que Fernando VII murió en la madrugada del 3 y que la toma violenta de la Diputación Foral de Bizkaia, sita en la hoy Plaza Nueva, tuvo lugar el mismo dia 3 a las cuatro de la tarde, sin que haya constancia de que entre los atribulados cortesanos hubiese la menor referencia a los Fueros Vascos. ¿Con que fuerza contaba el Señorío para oponerse a la voluntad del Reino? A tono con la costumbre general del Antiguo Régimen, las zonas fronterizas mantenían fuerzas militares propias. Las tamborradas de Donosti recuerdan victorias de esas milicias frente a intentos franceses de invasión. En Salzburgo tienen ustedes desfiles de austriacos con pantaloncitos cortos de ante y trabuco que cumplían idéntica misión. Solo que las milicias de la Diputación de Bizkaia eran las mas imponentes de España tras el propio Ejército español y la élite vasca las puso a disposición de los golpistas. Ese golpe de Estado rompió la fe de siglos y la rompieron los vascos, si. Pues salvo las fuerzas vivas de los pueblos y ciudades, cuatro gatos, y las ciudades de San Sebastian, Bilbao y Vitoria, los vascos no querían el nuevo modelo liberal. Esa tragedia se lee en clave errónea por los jeltzales. Creen que como todos los vascos defendían la Santa Inquisición, eso hacía democrático a su potro de tortura. Es justo al revés. Los vascos eran una punta de absolutistas defensores del derecho divino de los Reyes. Y lo del potro no es una fantasía liberal. En el Bilbao de 1837, asediado y cantado por Larra, un escribano de segunda, Víctor Gaminde, asegura que en Bilbao hay por lo menos una persona torturada por el Santo Oficio. Lo que nos lleva a una tragedia repetida. Cada vez que los vascos nos hemos puesto en común tenía razón la minoría. (1833, 1870… y lo dejo aquí)

2.- Las contradicciones del constructo.

El proceso modernizador que lanza el liberalismo en Bizkaia tras la derrota carlista, con índices de emigración que triplican los de Barcelona (García Merino), hace de los carlistas «nacionalistas» según la denominación consagrada, gracias al discurso de uno de los derrotados, Sabino Arana. Dejo para el lector que me explique como se puede crear una nación, máxima expresión del liberalismo revolucionario, desde una óptica como la de Sabino Arana, cerradamente antiliberal, y como puedan lanzarse a crear una patria, constructo liberal donde los haya, ya que patriota es el ciudadano, es decir, aquel que ya no tiene encima un Rey de derecho divino. Vamos, patria es contra lo que lucharon los antepasados de los del PNV de hoy por dos veces. Y ahora llega el momento de entrar en el discurso aranista. Sabino Arana crea una unidad escatológica para salvar a los vascos del pecado que es España. Tanto su racismo como su antiespañolismo y, en general su xenofobia, son la manera de evitar la contaminación con el odiado enemigo laico. Su catolicismo es la causa primera de todo y en un constructo como este, resulta inexorable que la articulación política no pueda ser otra sino la independencia. Como Arana entendía que sobre la base de gente con cuatro apellidos vascos y además católicos no había manera de crear nada en la vida real por mucha independencia que le atribuyese, culminó su discurso diciendo que tal comunidad (o lo que fuese) debía de ponerse bajo la mas absoluta sumisión al Romano Pontífice. Yo diría que Arana creó lo que en teología católica se llama la «Comunión de los Santos», suma de todas las almas de los creyentes en gracia de Dios. Al final de su corta vida dejó la puerta abierta a una solución menos drástica que la independencia en un artículo vivo todavía hoy. «Grave y trascendental». Pero la muerte le impidió seguir adelante en ese camino y al día de hoy sigue siendo el obstáculo a una racionalización de esa Democracia Cristiana que se resiste a serlo, el PNV.

3.- La abolición foral es culpa del odiado Estado español, mas precisamente de Cánovas.

Otra falsedad. Las Juntas de Bizkaia, incapaces de ir a Madrid para hacer lo que Navarra había hecho, novar el Fuero en Ley Paccionada, terminaron-lógicamente, en una segunda guerra civil. Digan lo que digan las páginas web del Gobierno vasco y adláteres, Navarra no perdió su Fuero, lo novó, que es otra cosa. Y bien elemental por cierto. A mi, lo que es una novación me lo enseñaron en la Universidad de Deusto. Al dia de hoy esa Ley Paccionada navarra es el único instrumento constitucional aparte de la propia Constitución española. Y si los vascos hemos de conformarnos con un Concierto que no nova nada y ni es paccionado ni consensuado, es por la increíble ceguera política de las Juntas de Bizkaia, bastante mas atrasadas y disfuncionales que las Cortes estamentales navarras. Se les pidió, antes y después de la segunda derrota carlista, que adoptasen la solución navarra y se negaron. De haberla aceptado pienso que nos hubiésemos ahorrado muy posiblemente la Guerra Civil.

4.- Guerra Civil. La excelencia política.

Llega la Guerra Civil y el PNV, confesional por aquellos años, se decanta por la República. Que yo sepa son el único catolicismo del mundo que lo hace. Ello le lleva a ser fundador de la Democracia Cristiana, una vez que el Vaticano renuncia al fascismo y el nazismo como expresiones compatibles con el catolicismo…una vez derrotadas Alemania e Italia por los liberales angloparlantes. Unas pocas palabras para ampliar esto. La elección republicana hace de la derecha vasca la única de toda España que no debe nada al nazifascismo. Nada. Habrá que esperar a los años sesenta para que arranque en España la Democracia Cristiana, con Cuadernos para el Diálogo como estandarte-hubo también otra DC española, vendida a Don Juan y a Franco, de la que prefiero no hablar. La unión del nacionalismo con la izquierda la hace todavía mas ejemplar. Pues la izquierda puso 47 batallones en línea de batalla frente a los 52 nacionalistas, algo que si siguen ustedes Euskal Telebista no podrán creer porque gudaris parece que no hubo mas que los del PNV y conexos.

5.- Arzalluz y el descenso a los infiernos.

Y eso nos lleva al siguiente capítulo, la democracia. Los progres vascos estábamos encantados de tener una derecha civilizada y vinculada a la izquierda. Y la propia derecha también. Recuerdo a Fraga Iribarne decir que el PNV era un partido conservador en su «maior et sana pars«. Pero esa línea política, sostenida no solo por gente como Emilio Guevara o sobre todo Joseba Arregi, sino también por alguien de la anterior generación como Don Manuel de Irujo, que aconsejó a Arzalluz aceptar la Constitución, iba a fenecer de la mano de Arzalluz y Egíbar. El flamante Presidente se refirió a la posibilidad de aceptar la Constitución con esta frase. «Hemos tenido tres aboliciones forales. ¿Queréis la cuarta?» Supongo que ahora entiende el lector porqué he empezado hablando del relato «nacional» falso y mitos conexos. Sin corregirlos no habrá modo de encauzar toda esta locura.

Cuando se le preguntó al nuevo Presidente del PNV con que soñaba para Euskadi, ya que el Reino de España satisfacía con creces la demanda inaugural del PNV de 1906, abolir la Ley abolitoria de 1839 pues también abolía la de 1837, su respuesta nos dejó a todos petrificados. «La plena restauración foral». ¿Y que era eso? Pues lo el Paraíso antes de la caida, un imposible, vamos. ¿Como llegar a ello? Siendo imposible, de ninguna manera.

Dado ese estado de cosas, lo que debía de haber hecho el PNV ante el desafío de ETA era haber aceptado la Constitución y haber establecido un cortafuegos frente a los violentos. Asegurar que los gudaris republicanos nada tenían que ver con los asesinos de ETA, alzar la Democracia Cristiana como el gran logro político del PNV y defender que la Euskadi real exigía considerar a la independencia como Pablo de Tarso había considerado el Juicio Universal, algo que viene con el fin de los tiempos pero en otra vida. En fin, admitir la realidad de que Euskadi es una Baviera atlántica, que es lo que ya es, diga lo que quiera el código nacionalista.

No hubo forma porque según Arzalluz había alguien que podía ahormar una sociedad plural en otra de nombre nazi: Volksgemeinschaft, donde todos pensasen lo mismo, la Gleischaltung de Goebbels: ETA. Y arranca una etapa insólita en la historia del PNV, ahora en manos de radicales. Pues efectivamente de ese partido se expulsó siempre a los radicales, no a los moderados. Y ahora vamos a entender la razón del radicalismo y de las expulsiones históricas. Arzalluz quería no crear sobre la patria existente sino sobre la escatológica de Arana, tomado escatología por realidad y teología por sociología. Y usar como Lecho de Procusto a ETA, quien no aspiraba a sumar con el PNV sino a destruirlo. En definitiva se trataba de pasar de una sociedad real a una «comunidad autodestructiva» (Richard Sennet), de la mano un movimiento que aspiraba a hacerle desaparecer. Esa estrategia delirante llevó al PNV a perder su superioridad moral, la que todos le reconocíamos por haber salido de la Guerra Civil con las manos limpias de sangre, ya que esa línea política exigía también denigrar a las víctimas que con su sacrificio hacían posible la autonomía de la que ellos vivían. Se entiende que no pueda resumir cuarenta años en una página. Pero entre otras lindezas tuvimos: un Egíbar que dijo en 1995 que «una derrota militar de ETA sería mala para el pueblo vasco», barbaridad que solo puede compararse a la de proponer en Sabin Etxea la independencia de Bizkaia y Gipuzkoa sin Alava-lo que se de fuente inatacable. Por su parte Arzalluz, volvía al requeté, ya que tras visitar la sede del PP dijo: «estos nos han dado en seis meses mas que los otros en diez años«. En cuanto al lehendakari Ibarretxe se reveló comp un formidable antropólogo al datar al pueblo vasco con 7.000 años, naturalmente de conflicto. Su plan era otra manifestación mas del correr sin moverse típico de las ideologías que no son capaces de adaptarse al mudar de los tiempos. Véase el Islam. La infamia alcanzó incluso a la calumnia de los propios nacionalistas. En el aniversario del bombardeo de Gernika, Arzalluz dijo: «Nos bombardeó España», algo gravísimo pues en el momento del bombardeo Don Manuel de Irujo era miembro del Ejecutivo republicano en Madrid. (NB.-En todo el PNV no se levantó ni una sola voz para defender su memoria.)

En cuanto a teoría política, Arzalluz repropuso la libertad de palabra en claves asiáticas cuando dijo «Ancha es Castilla», refiriéndose al destino que habrían de correr los descontentos, el destierro.

Lo peor vino sin embargo cuando Arzalluz se atrevió a amenazar con un status de «alemanes en Mallorca» para la gente como yo, y lo último de todo, definió el terrorismo de ETA como una «Guerra de Liberación», tercermundista, Befreiunskrieg en el original alemán de Der Spiegel. Hubieron de crearse plataformas cívicas antinacionalistas por simple y elemental legítima defensa,  con lo que se rompió todavía mas la sociedad vasca. La cosa llegó a manifestarse en dos cortejos fúnebres, uno nacionalista y otro constitucionalista en el funeral de la víctima de ETA, el socialista alavés Fernando Buesa. Y a la postre y como no podía ser de otra manera, esa estrategia Arzallus/Egíbar terminó como el rosario de la aurora. Se rompió el plan, la traición mas bien, de Estella entre ETA y PNV, al PNV le expulsaron de la DC, y para colmo de males perdió el poder ante Patxi Lopez. ¿Se arrepintieron? Para nada. Egíbar dijo: hemos llegado demasiado lejos como para volver atrás. Y en esto seguimos.

6.- Descenso a los infiernos pero light.

Ahora se nos habla de otro plan, al que seguirán otros tantos mientras el PNV no se enfrente a la línea roja de «grave y trascendental», algo que ni siquiera se atrevió a decir o a hacer Jon Josu Imaz. Como perlas recientes de toda esa vesania, tenemos la declaración del Consejero de Economía Pedro Mari Azpiazu este pasado 25 de Marzo. «el terrorismo no tuvo efectos en la economía vasca». Sin comentarios. Tampoco está mal referirse a la negativa a investir a Feijoo con la frase»hemos parado a la derecha» al tiempo que se definen como «partido de orden» (Itxaso Atuxa). Todos esos desvaríos se acompañan de afirmaciones sorprendentes en un nacionalista, como por ejemplo, el slogan electoral, «nunca hemos sido mas importantes que ahora en Madrid». Y claro, todo eso se traduce en hechos. La demografía vasca se ha convertido en pavorosa y afecta a una nueva categoría, los que se van porque no les gusta el falansterio o no encuentran trabajo porque en su casa se llamaba al padre papá y no «aita».  Mira por donde se va cumpliendo hasta las heces el «Ancha es Castilla» de Arzalluz. Solo que ya está llegando a la médula misma de la supervivencia de todos, la vida. Y es que el Caserío no tiene arreglo. A Alemania le bastaron dos guerras para hacerse liberal. A nuestros jeltzales no. Entre tanto hemos tenido el peor desempeño en Covid de toda España, Euskaltel nos ha enseñado que la empresa pública vasca vale para hacer ricos a unos cuantos jeltzales desaprensivos, la cirugía cardio pasa fuera de Bilbao a Cruces porque ningún médico quiere venir al falansterio y la cooperativa como entidad productiva tradicional está agónica. Pero eso solo es el primer acto del derrumbe. Se está viniendo abajo, también electoralmente, esta Reducción disfuncional que solo puede sobrevivir gracias a los 3.000 millones de subvención anual que le dan todos los españoles. Visto lo relatado arriba, se explican los repelones que el PNV lleva dando ya mas de cien años y su progresiva decadencia. Pues si se juntan todos los elementos del conjunto no queda otra sino la hipótesis de una permanente «puñalada en la espalda», como la que llevó a Alemania a la II Guerra Mundial. En definitiva, el PNV hoy como los carlistas ayer, son una máquina de reproducción de conflictos innecesarios e irresolubles. Ni quieren ser lo que son ni pueden ser lo que quisieran. Así que no hay forma de poner fin a la bulimia de traspaso de competencias…que no aplacan nada porque las competencias administrativas no te devuelven al Paraíso antes de la caída. La culpa de todo este galimatías, que va a terminar con el PNV, la tiene el famoso «grave y trascendental» sin cuya reproposición en clave Pablo de Tarso no hay nada que hacer.

La aplicación de los principios liberales a Bilbao, traidos por la minoría de los vascos, hizo de la población número 64 de España su tercera conurbación tras Madrid y Barcelona. En cuanto al hogaño, no tardará mucho en producirse el siguiente capítulo del despropósito. El PNV, a base de querer volver a un pasado falso, va a ir a un presente de desaparición, aplastados por el mundo nacionalista de ETA al que el Fuero, 1838, y otras independencias por el estilo se la traen rigurosamente al pairo . En fin, hago una pregunta retórica. ¿Si fuesen ustedes nacionalistas votarían a un partido cuya visión de la independencia es volver a 1838 cuando la Santa Inquisición podía torturarte-y te torturaba- por sospecha de herejía? Falta el final. Han quebrado ya cooperativas del Gohierri llevadas por gente de infinitos apellidos euskaldunes. No puede faltar mucho para que ese fin de siglo se lleve por delante a los dos de los ya escasos florones que todavía nos quedan, el BBVA e Iberdrola. Lo que nos llevará de nuevo al territorio del Fuero tan amado del Caserío. El que hizo que se le conociese al Señor de Bizkaia como Señor de manzanas en referencia a lo que hasta la victoria liberal fue la única riqueza del Señorío.

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