El ambiente en la Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona se tornó tenso cuando dos figuras clave de la política española, Isabel Díaz Ayuso y Mónica García, protagonizaron un encontronazo que terminó con la intervención de los miembros del protocolo. En una jornada marcada por la política institucional, las diferencias entre ambas líderes políticas saltaron a la vista, y el incidente dejó claro que la presidenta madrileña no está pasando por su mejor momento.
La ministra de Sanidad, Mónica García, se acercó a Ayuso con la intención de saludarla con la educación que dictan los protocolos, pero la reacción de la presidenta de la Comunidad de Madrid fue completamente inesperada. Según fuentes cercanas a la líder de Más Madrid, Ayuso, lejos de responder con el gesto amable que cabría esperar en un evento institucional, se apartó bruscamente y, visiblemente alterada, le habría dicho: "¿Vas a saludar a una asesina?".
He saludado a Ayuso con la educación institucional que corresponde. Su reacción ha sido desproporcionada y reveladora. Jamás la he llamado “asesina”. Solo demuestra estar nerviosa por las imputaciones y cada vez más cercada por la investigación de los 7291 mayores abandonados en…
— Mónica García (@Monica_Garcia_G) June 6, 2025
Mónica García, sorprendida por el comentario, respondió con un "¿Perdona?" antes de que la situación se desbordara. En ese momento, Ayuso, nerviosa e inquieta, comenzó a recriminarle que había sido la responsable de los ataques a su Gobierno, especialmente en relación con las muertes en las residencias de mayores durante la pandemia. Según fuentes del entorno de García, la presidenta de la Comunidad de Madrid estaba especialmente agitada debido a las investigaciones que la acorralan en torno a esos trágicos hechos.
El choque fue tan intenso que los miembros del equipo de protocolo tuvieron que intervenir para separarlas, calmando a ambas figuras y evitando que la situación se convirtiera en un escándalo mayor en un evento de tal envergadura.
¿"Asesina" o una verdad incómoda?
Este incidente pone de manifiesto la creciente tensión en torno a la figura de Ayuso, que parece estar perdiendo el control frente a las investigaciones que la señalan como una de las principales responsables de lo ocurrido en las residencias de Madrid. Durante la pandemia, el Gobierno de la Comunidad de Madrid implementó políticas muy criticadas, que, según algunos informes, resultaron en el abandono de miles de mayores en los centros de mayores de la región. Más Madrid no ha dejado de señalar a la presidenta como la responsable de un "plan macabro" que, según la denuncia, condenó a muerte a más de 7.000 personas.
El calificativo de "asesina" utilizado por Ayuso en su enfrentamiento con Mónica García parece ser un intento de desviar la atención de las investigaciones que están centrando la mirada de la opinión pública en su Gobierno. Sin embargo, la reacción de García, quien ha insistido en que nunca ha hecho tal acusación, pone en evidencia la presión que Ayuso está enfrentando.
A través de su cuenta en X, García dejó claro que su reacción frente a la acusación de Ayuso era una respuesta ante la "desproporción" de su comportamiento. Aseguró que jamás le había llamado "asesina" y apuntó que el comentario de la presidenta madrileña solo reflejaba su nerviosismo, alimentado por las acusaciones cada vez más fuertes sobre la gestión del Ejecutivo de Madrid durante la pandemia.
La desbordante presión sobre Ayuso
El incidente también expone cómo el desgaste de la presión está afectando a Ayuso, especialmente en un momento en el que su figura política está siendo cada vez más cuestionada. La investigación sobre la gestión de las residencias está destapando detalles inquietantes que podrían tener repercusiones tanto políticas como legales.
Durante el Pleno de la Asamblea madrileña, Más Madrid acusó al Gobierno de Ayuso de haber firmado un "protocolo de la vergüenza", lo que según la oposición, condenó a las personas mayores de la Comunidad a una muerte sin dignidad. En este contexto, el encontronazo con Mónica García, que fue precedido por el enfrentamiento político en la Asamblea, parece haber sido un desahogo emocional de la presidenta madrileña.
La crisis de confianza de la presidenta
La crisis de confianza que atraviesa Ayuso es cada vez más visible. La investigada gestión de las residencias de mayores sigue siendo un tema candente y no parece haber espacio para que la presidenta madrileña pueda desmarcarse de las acusaciones que pesan sobre su administración. Su comportamiento errático durante la Conferencia de Presidentes refleja la creciente presión política y mediática que se ejerce sobre ella.
Desde la Comunidad de Madrid, fuentes cercanas a Ayuso intentaron restarle importancia al incidente, argumentando que la presidenta simplemente respondió a la actitud provocadora de Mónica García, quien, según su versión, intentó dar dos besos a Ayuso después de los comentarios de la oposición en la Asamblea. Sin embargo, la actitud nerviosa de la presidenta, junto con sus acusaciones infundadas y su aparente falta de control, solo sirven para alimentar aún más las críticas sobre su gestión.
El futuro político de Ayuso
Este choque público en la Conferencia de Presidentes podría marcar un antes y un después en la relación de Ayuso con sus adversarios políticos, especialmente con Más Madrid. El creciente número de denuncias sobre su gestión, combinadas con su comportamiento cada vez más errático, podría afectar su imagen de manera irreversible.
Mientras tanto, Mónica García, que continúa siendo una de las voces más críticas del Gobierno de Ayuso, mantiene su postura firme. A pesar de las acusaciones de la presidenta madrileña, García sigue defendiendo su posición y destaca que el nerviosismo de Ayuso no hace más que confirmar la gravedad de la situación.
El encontronazo entre ambas no solo ha puesto de manifiesto las tensiones personales, sino también la profunda crisis política que atraviesa el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid. Una crisis que parece estar lejos de resolverse y que podría tener repercusiones a largo plazo.