La presidenta de la Comunidad de Madrid, tras la crisis abierta la semana pasada con la dirección nacional del Partido Popular, ha participado en su primer acto público desde el viernes y ha lanzado varios mensajes que pueden ser tomados como nuevos torpedos a la línea de flotación de Pablo Casado y de, sobre todo, Teodoro García Egea.
El primero de ellos ha sido cuando Ayuso ha declarado que «estos días he sentido el cariño de la gente». Estas palabras, después de la concentración donde miles de simpatizantes, afiliados y votantes del PP pidieron la cabeza de Pablo Casado, son un duro golpe porque lo primero de lo que debe presumir un político es de su aceptación popular.
Ayuso ha afirmado, durante la inauguración de una biblioteca en Boadilla del Monte, que no existe ninguna guerra Casado-Ayuso porque ella no tiene intención ni «ha pretendido» sustituir al presidente del PP. «Quiero que quede probado que mi sitio es Madrid, no me voy a mover de mi responsabilidad. La Comunidad es demasiado importante como para dañar su imagen. Mi responsabilidad es estar aquí». Sin embargo, a continuación, respecto a si debe haber dimisiones en el Partido Popular, no ha dudado en afirmar que eso «es algo que se tendrá que ver en el PP».
Además, la presidenta madrileña ha insistido en que «el Congreso Extraordinario debe quedar claro estos días. El PP tendrá que decidir cuál es el próximo paso, los presidentes regionales, será el partido el que decida qué quiere hacer. Cada día que pasa vamos a peor. Hace falta un giro absoluto por el bien de España […] Nos hundimos más cada día, nos estamos desangrando».