Pablo Casado tiene el tiempo contado como presidente del Partido Popular. Da igual que alargue su agonía o que tome una decisión inmediata. No ha sabido medir unas fuerzas que, en realidad, no tenía e Isabel Díaz Ayuso le ha ganado el pulso.
Sin embargo, Pablo Casado parece que no quiere dar su brazo a torcer y ha decidido ganar tiempo con la convocatoria para el próximo lunes de la Junta Directiva Nacional, el máximo órgano del partido entre congresos. Así lo ha decidido por unanimidad el Comité de Dirección tras más de 7 horas de reunión.
Casado ha decidido resistir pese a las peticiones de dimisión realizadas por distintos e importantes cargos del partido que defienden la convocatoria de un congreso extraordinario.
Tal vez, el actual presidente del PP piensa que en esta semana tendrá tiempo para convencer a dos tercios de esa Junta Directiva. Incluso, es posible que pretenda convencer a los barones díscolos o que se han posicionado en favor de Isabel Díaz Ayuso con la integración de personas cercanas a estos dirigentes. Sin embargo, lo que sí ha ganado es una semana más en la que se puede producir un enconamiento de las posiciones y, en consecuencia, acudir a la reunión del lunes aún más debilitado.
A pesar de la presión interna y de la calle, Casado se ha negado a presentar su dimisión y apuesta por medir sus fuerzas con los barones territoriales en una Junta Directiva Nacional. No obstante, en política una defensa a través de un ataque suele tener consecuencias nefastas. Casado debería recordar lo que le ocurrió a Pedro Sánchez en el Comité Federal en el que, finalmente, fue despedazado por el aparato.
Por otro lado, los Estatutos del PP exigen, para que la Junta Directiva Nacional pueda convocar un congreso extraordinario, una mayoría de dos tercios tras la celebración de un debate previo que debe figurar en el orden del día de la convocatoria de dicha Junta.
La paradoja que se da en esta crisis del PP está en que Pablo Casado, que lleva años intentando evitar que la corrupción del pasado le salpique, va a ser derrotado por un movimiento en el que se pretende tapar un presunto caso de corrupción del presente porque, no lo olvidemos, todo este asunto viene de los contratos de la Comunidad de Madrid por los que el hermano de Isabel Díaz Ayuso cobró comisiones. Sin embargo, Casado se ha visto atropellado por la ineptitud de quienes no han sabido desarrollar una labor de investigación interna sin que trascendiera o sin sacarla al exterior.