Cloacas del PP: una "ficción" muy real

Los hechos han demostrado que la Policía Patriótica del PP era una realidad, pese a que Cospedal la negara en la comisión de investigación

09 de Junio de 2025
Actualizado a las 9:55h
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Cospedal durante su comparecencia en la comisión que investiga la "Operación Cataluña" y las cloacas del Estado
Cospedal durante su comparecencia en la comisión que investiga la "Operación Cataluña" y las cloacas del Estado

El pasado mes de marzo, durante la comisión parlamentaria de investigación, María Dolores de Cospedal, exsecretaria general del PP durante una década (2008-2018), aseguraba que la llamada Policía Patriótica o política es una “creación ficticia” que no existió. Y alegó que no ha impulsado ninguna operación Cataluña porque también es “una ficción”, como tampoco dio ninguna orden para espiar a dirigentes de Podemos. La declaración de Cospedal contrasta con las últimas revelaciones del empresario Pérez Dolset, que dice tener en su poder más de diez mil horas de audios y grabaciones del comisario Villarejo que apuntan a una cloaca del Estado del PP, fontaneros de verdad que se dedicaron a espiar a miles de personas inocentes de cargo alguno. En uno de esos audios, publicado por El País en las últimas horas, Cospedal llega a decir: “Al [fiscal] Grinda hay que matarlo”.

El 7 de noviembre de 2018, Cospedal dejó su escaño en el Congreso de los Diputados debido a la polémica entre ella y el comisario José Manuel Villarejo. El 3 de junio de 2021 el juez Manuel García-Castellón, que desde la Audiencia Nacional investigaba el caso Kitchen, imputó a Cospedal y a su marido como investigados por los delitos de cohecho, malversación y tráfico de influencias. Sin embargo, el 29 de julio de 2021 el juez acordó el sobreseimiento de la causa, pues se descartó de manera “taxativa” la existencia de indicios de la participación de ambos en la trama parapolicial. García-Castellón, al considerar llamativa la debilidad de las razones que justifican su incriminación y rechazar que Cospedal fuera la autora “intelectual” de la trama, decidió archivar desoyendo a la Fiscalía Anticorrupción el procedimiento contra ambos.

Hoy, cuando vuelve el fragor sucio de las cloacas por el caso Leire Díez y Pérez Dolset, retorna el recuerdo de Cospedal. La que fuese dama de hierro del PP compareció en el Congreso en una nueva sesión de la comisión de investigación de la bautizada como operación Cataluña, la presunta trama parapolicial urdida desde el Ministerio del Interior para dañar a dirigentes independentistas.

Dispuesta a colaborar con los diputados, según ella misma dijo al inicio de la sesión, la exdirigiente popular y ex ministra de Defensa solo rehusó responder a las primeras preguntas de la líder de Podemos, Ione Belarra, sobre la “libreta” del extesorero el PP Luis Bárcenas al considerar que este asunto de la operación Kitchen “está judicializado” y “no es objeto” de la comisión.

No obstante, recordó que en aquella causa ella no figura ya como investigada, tras así acordarlo la sala de lo penal de la Audiencia Nacional en dos ocasiones, en una de sus resoluciones, enfatizó, “con claros ataques a la falta de parcialidad de la Fiscalía”.

Durante más de tres horas, la que fuera número dos del PP durante la etapa de Mariano Rajoy al frente del partido negó cualquier participación, conocimiento o, incluso, existencia de maniobras ilegales urdidas para dañar a adversarios políticos e insistentemente cuestionó la veracidad de las grabaciones del comisario jubilado José Manuel Villarejo.

Respecto a la policía “paralela”, “patriótica” o “política”, Cospedal dijo que se trataba de una creación ficticia que no existió y sobre la operación Cataluña, señaló: “Yo no he impulsado ninguna operación Cataluña y creo que es también una ficción, la única operación Cataluña fue un intento de golpe de Estado”.

“¿Nadie le habló nunca de que había actuaciones policiales sobre dirigentes catalanes?”, le interpeló el diputado de ERC Francesc Álvaro Vidal, a quien Cospedal replicó que nunca nadie le habló de esto y que, aunque no era responsable del Ministerio del Interior, no existió una policía paralela.

Otra cosa es lo que pudieran hacer “unos policías en concreto, pero que hubiera una policía paralela con esos fines yo lo niego”, añadió antes de negar haberse reunido alguna vez con mandos de la Policía Nacional, la Guardia Civil o el CNI para efectuar operaciones relacionadas con Cataluña o el procés.

Por lo visto, nadie en el Gobierno del PP conocía la existencia de la Policía Patriótica. Ese mismo mes de marzo, Mariano Rajoy negaba, en la misma comisión, que tuviera noticia alguna de las cloacas, de la Operación Cataluña y de cualquier trama parapolicial, así como el espionaje a dirigentes de Podemos. Rajoy, que fue presidente entre 2011 y 2018, fue uno de los protagonistas junto con su exministro del Interior Jorge Fernández Díaz de la décima sesión de comparecencias de la comisión parlamentaria sobre la supuesta existencia de una trama parapolicial creada bajo su Gobierno para dañar a políticos independentistas catalanes. Rajoy insistió en que no dio instrucciones para ese presunto espionaje, en que no sabía “ni una palabra” y en que “nunca” había tenido conocimientos de esos hechos, que, según recordó, desmintió la propia Policía y se incluyen en un sumario abierto, por lo que instó a esperar a la resolución judicial.

Sin embargo, en un momento de la comparecencia, un diputado le mostró una supuesta nota secreta informativa a su atención que probaría que estaba al corriente de la Operación Cataluña. El título del documento rezaba: “Nota secreta para el señor presidente sobre información sensible procedente de Catalunya”. En él se resumen las operaciones que la Policía Patriótica tenía en marcha en aquel momento para parar a los pies al independentismo y perjudicar a la oposición, que estaba liderada por el PSOE. Ni con documentos en la mano se puede sentar a los prebostes del PP en el banquillo para responder del mayor escándalo de espionaje a la disidencia política de la democracia.

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