Feijóo ha caído en la cuenta de que por el camino de copiar el estilo de Vox no va a ninguna parte. Y ahora le han entrado las prisas por formular soluciones a los problemas reales de los españoles. Las encuestas dan al alza al partido de Abascal, mientras que el PP no termina de pegar ese arreón que lo lleve a la victoria aplastante. Tres o cuatro puntos de diferencia sobre Sánchez se antojan poco bagaje teniendo en cuenta el desgaste que está sufriendo el Gobierno por diferentes motivos (ley de amnistía, caso Begoña Gómez y trama Koldo y conflictos diplomáticos con Israel y Argentina). Así que toca proponer cosas, hablar del programa electoral y ofrecer soluciones concretas al electorado que concurre a las europeas más allá del Que te vote Txapote, ese delirio ayusista. En esas está ahora el siempre cuestionado Alberto Núñez Feijóo.
En las últimas horas, el dirigente popular se ha apresurado a lanzar una oferta electoral cuanto menos sui géneris a cuenta de la inmigración. En Canarias, Feijóo ha afirmado que Europa debe “asegurar la migración regular” y ha propuesto que aquellas personas que vengan a trabajar a la Unión adquieran un “compromiso de adhesión y respeto” a los valores fundacionales europeos. Está claro que el asunto migratorio, bien aderezado con el correspondiente populismo demagógico, siempre vende a las puertas de unas elecciones y el presidente del PP se ha puesto manos a la obra. No puede llegar a los límites que ya ha sobrepasado ampliamente Abascal con su infame “más muros y menos moros”, pero cree que moviéndose en el terreno del miedo que un sector de la población siente ante la llegada de extranjeros puede cazar algún voto que otro en estos comicios.
Su propuesta de obligar al extranjero a firmar un compromiso por escrito no deja de ser un brindis al sol. ¿Qué se consigue con que un senegalés, un nigeriano o un marroquí plasme su rúbrica sobre un papel que a los dos días dormirá el sueño de los justos en un archivo oficial? Nada. Es la típica medida populista para que el español crea que se está haciendo algo, pero esa iniciativa no influirá en el mercado laboral, ni en las ayudas o prestaciones sociales, ni siquiera en los datos de inseguridad ciudadana, que Vox relaciona falazmente con el elevado índice de inmigrantes irregulares en nuestro país. En otros países occidentales ya se ha implantado ese compromiso de adhesión y siguen teniendo el mismo problema, ya que los flujos masivos no se solucionan con medidas restrictivas o policiales, sino llevando riqueza a los países de origen.
El paquete de propuestas de Feijóo se completa, además, con una “mayor presencia de la Guardia Europea en fronteras y costas españolas con alta presión migratoria”. Es decir, palo y más leña al esforzado de la patera. Además, Feijóo ha planteado “endurecer la lucha contra el tráfico de migrantes de la mano de Europa” (otra utopía, Bruselas siempre delega en cada país la gestión de sus fronteras nacionales); “agilizar la expulsión de quienes tienen condenas de cárcel” (otra medida más destinada a fomentar la xenofobia en la sociedad que con consecuencias prácticas); y “firmar acuerdos con terceros países para gestionar los flujos migratorios y para el retorno de los irregulares” (no dice cuáles, en realidad todos los protocolos internacionales, convenios y tratados ya están suscritos por España desde hace décadas).
Tras subrayar que ese “es el compromiso” que piden “a toda la gente que venga a trabajar a Europa”, afirmó que las personas “que elijan Europa para vivir, para trabajar y para integrarse serán bienvenidas e iguales en derechos, pero los que elijan Europa para delinquir y para infringir nuestros valores no tienen cabida en la Unión Europea”. Por momentos, era como si hablara Abascal por su boca.
En su mitin en Santa Cruz de Tenerife, Feijóo ha lanzado una serie de datos cuando menos arriesgados. Dice que en el 2023 España “fue el segundo país de la Unión Europea que más ha subido la inmigración ilegal”, con “un 82% más, subrayando que en Canarias ese dato es “alarmante” porque “en los primeros cinco meses de este año 2024, el incremento de la llegada de ilegales subió un 375%”. Más miedo, más alarma social, esta vez para que sufran los canarios y le voten. Lo que no dice es que cuando ellos gobernaban se registraron las mayores oleadas o flujos migratorios y no hicieron nada para corregirlos, entre otras cosas porque no se puede poner puertas al mar y nada se puede hacer contra una persona que tiene hambre (mucho menos cuando son millones los que deciden jugarse la vida, a todo o nada, en el mar).
“Es evidente que Sánchez ha agravado el problema y que otros solo se quedan en la protesta”, insiste el gallego, que siempre termina sus discursos de la misma manera: Moncloa es la culpable de todos los males de la humanidad. Patético discurso para alguien que pretende ser un estadista de talla.