Del octavo lugar al cuarto, el partido que más sube después de tocar fondo en 2021. El Partido Popular más ultramontano y xenófobo de los últimos tiempos, escenificado estos últimos días en Cataluña por las propias palabras de su líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, se da por satisfecho pese a que apenas ha cubierto el expediente este decisivo 12M.
A pesar de quintuplicar su representación parlamentaria respecto a las autonómicas catalanas de hace tres años, el PP de Alejandro Fernández ha logrado el ridículo rédito de ayudar decisivamente a certificar una muerte anunciada, la de Ciudadanos (en Cataluña nació, en Cataluña ha quedado sepultado para los restos), y también el de evidenciar su impotencia ante la persistencia de Vox, la ultraderecha de referencia que sigue ahí con fuerza pese a que el PP catalán ha mutado estos días en simbiosis asombrosas con los más ultras en determinadas políticas, sin ir más lejos la que relaciona directamente inmigración irregular con delincuencia, en una lucha fratricida tan inútil como estéril por el flanco conservador.
Los 15 diputados alcanzados por el PP aún están muy lejos de los 19 que tenía la formación conservadora en el Parlament de Catalunya hace una década
Todo ello sin contar en todo este escenario de la derecha nacionalista española que a ambas formaciones les ha aparecido un nuevo y extraño hermanastro en la escena parlamentaria catalana: Aliança Catalana, el partido independentista y xenófobo de extrema derecha, la gran sorpresa de la noche electoral al entrar por primera vez en la Cámara catalana y lograr dos representantes.
Cataluña ha hablado en las urnas y ha recordado este 12M que ha pasado página de forma meridianamente clara de una de las etapas más oscuras de su historia reciente, unos años que aún marcan prioritariamente la gobernabilidad de todo el país bajo el influjo de la futura ley de amnistía al procés catalán, el mayor órdago territorial a la integridad de España registrado en el último siglo.
Ls presencia del PP en Cataluña ha experimentado un descenso constante e imparable desde que en 2012 obtuvo un 13% de los sufragios y 19 diputados. Ha llegado a este 12M con solo tres representantes en el Parlament con un escuálido 3,8% de los votos recogido en las elecciones autonómicas de 2021. La ultraderecha de Vox obtuvo hace tres años el 7,69% de los sufragios y 11 diputados, prácticamente el doble de los votos registrados por el PP. L
os 15 diputados logrados por los populares, que consolidan la cuarta plaza en el complejo Parlament de Catalunya que sale de las urnas este 12M, son un resultado que aún está muy lejos de los 19 representantes que el PP tenía hace una década. Escaso consuelo para Feijóo y los suyos en Cataluña, que los sitúa en una irrelevante posición en el endiablado espectro parlamentario catalán. El PP más ultra apenas ha servido para sorpasar a la ultraderecha, en ningún caso para anularla.