El presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Juan Rodríguez Poo, deja su cargo antes de su cese por el ex secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo, cuyo sustituyo fue nombrado por el Consejo de Ministros de este lunes.
Presidente del INE
Su dimisión se ha presentado la tarde del lunes vía e-mail. La su renuncia al cargo se produce por “motivos personales”. En el fonde de este cambio de dirección, están las discrepancias por el cuestionado del Gobierno a cómo el INE está publicando los datos del IPC y de PIB.
Fuentes del Ejecutivo han dicho que dimite antes de que fuera cesado pero que rechazan “injerencias”. La realidad es que existe un pulso y otra oportunidad para acusar al Gobierno de injerencias en las estadísticas oficiales.
El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, en una nota de prensa a última hora de ayer, señala que “Juan Rodríguez Poo, que ha sido el principal impulsor de este proceso de transformación desde su nombramiento en octubre de 2018. Ha anunciado que deja el cargo por motivos personales. Se abre un proceso de sustitución para este puesto que se espera cerrar en las próximas semanas”.
El Gobierno alega que es parte de una reforma de la Ley de Función Estadística
El Gobierno ha respondido a la dimisión de Rodríguez Poo justificando que es parte de una reforma de la Ley de Función Estadística que no se hace desde 1989 y pretende "reforzar el sistema estadístico estatal con una reforma legal y un nuevo estatuto para el INE".
“Estas reformas facilitarán la utilización de nuevas fuentes de información basadas en registros administrativos y Big Data, mejorando la calidad de las estadísticas y reduciendo la carga de respuesta para las empresas y ciudadanos informantes”, ha alegado el Gobierno en una nota de prensa.
Pone en valor que Rodríguez Poo ha sido “el principal impulsor de este proceso de transformación desde su nombramiento en 2018, asegurando que las “reformas tendrán continuidad en las próximas semanas”.
Nuevo estatuto del INE
El nuevo estatuto, explica el Gobierno, “adaptará la estructura del INE a las nuevas necesidades y modelos de trabajo. Dotándolo de perfiles especializados y ampliando la colaboración con el mundo académico y profesional”.
El Gobierno ha enumerado la utilización Big Data y otras fuentes básicas de información. La implantación de un nuevo modelo de producción adaptado al actual ecosistema de datos. La puesta en marcha de nuevas estadísticas y la mejora de las ya existentes.La adaptación de la normativa y refuerzo de la cooperación institucional e internacional.
Los cambios alega el Gobierno “siguen las recomendaciones del Código de Buenas Prácticas de las estadísticas europeas. Están alineados con el proceso de adaptación que están llevando a cabo otros institutos estadísticos de nuestro entorno”.