El pasado 4 de febrero de 2021, el Ministerio de Defensa hacía público que la ciudad de Córdoba era le elegida para acoger el Proyecto Tecnológico de la nueva Base Logística del Ejército de Tierra. Para esta adjudicación, según el propio Ministerio, se valoraron «las circunstancias y necesidades del Ejército de Tierra y las perspectivas de futuro que generará».
Como en cualquier licitación hubo una ganadora y varias perdedoras, entre las que se encontraban Albacete, Segovia, Toledo y Jaén. Entre la ciudadanía jienense se tomó esta decisión como un nuevo ataque del poder a Jaén porque, según indicaron varios políticos y asociaciones vecinales, eran los favoritos para que la base logística se ubicara en su tierra. Por eso acusan al Gobierno de arbitrariedad.
Para justificar su enfado y poder atraerse a las y los jienenses, decidieron focalizar su ira contra Carmen Calvo sólo por el hecho de que la vicepresidenta primera del Gobierno es egabrense. Se comenzó a hablar de cacicada y miles de ciudadanos y ciudadanas salieron a la calle para protestar por lo que en Jaén consideraron como un nuevo agravio a la provincia.
Sin embargo, esta respuesta no debe enmarcarse sólo en la legítima indignación ciudadana por la pérdida de 2.000 puestos de trabajo en Jaén, sino que todo viene dirigido por la guerra interna dentro del PSOE en el que la actual secretaria general de los socialistas andaluces ve que el final de su carrera política está cercano algo que no está dispuesta a aceptar. De ahí el ataque brutal e injustificado hacia Carmen Calvo. De ahí que Susana Díaz haya sacado a la calle los «tanques de la mediocridad» contra la verdad, voces cada vez más mermadas por falta de legitimidad democrática, lealtad e ideología ética.
El alcalde de Jaén, Julio Millán, no dudó en cabrear más a su población al afirmar que «es el momento de que la ciudadanía sepa que las aspiraciones no eran infundadas. Hasta hace dos días, y así consta en los informes del propio Ministerio de Defensa, Jaén era la mejor valorada». Del mismo modo que él exige transparencia para explicar la decisión, ¿por qué no mostró esos informes?
Afirmar que la decisión se adoptó «a dedo», de esto sabe mucho su lideresa sobre Aznalcóllar, supone un reconocimiento implícito de su incapacidad para gobernar, puesto que un proceso de licitación no varía de un día para otro. Además, el regidor no dudó en escribir una carta al presidente Sánchez en la que el susanista Millán llega a afirmar que «sería lamentable que no tuviéramos un Gobierno que nos representa a todos los españoles por igual, sino solo a aquellos que por su lugar de nacimiento hubiera lugar. Sería lamentable que necesitáramos una vicepresidenta del Gobierno de nuestra provincia como único criterio para albergar inversiones e infraestructuras del Gobierno de España. Esta forma de actuar no se puede validar y consagrar en una democracia consolidada como la nuestra, por lo que espero que sean los principios de capacidad técnica, solidaridad interterritorial, de cohesión social los que vuelvan a imperar en nuestro Gobierno al corregirse esta decisión basada, insisto, en criterios y formas que ya hace décadas dejaron de existir en nuestro país».
El susanismo no duda en atacar utilizando argumentos muy propios, casualmente, del felipismo al enfocar en una sola persona al enemigo político. El alcalde de Jaén ha ganado notoriedad sin tener en cuenta factores que, con toda seguridad, fueron clave a la hora de determinar que Córdoba fuese la elegida, y, sobre todo oculta que muchos de los beneficios también recaerán, en forma de empleos indirectos, sobre la provincia de Jaén.
Córdoba dispone de conexión directa con el interior y el exterior del país, de aeropuertos y cercanía a los puertos marítimos, principales elementos logísticos claves para una instalación como la que ha generado polémica. Si se pretende culpar a Carmen Calvo por ser natural de la provincia de Córdoba, el alcalde de Jaén olvida que la distancia entre Cabra y Andújar con Córdoba es exactamente la misma y Andalucía es UNA, sobre todo para el PSOE-A.
Toda esta polémica no tiene más razón que la guerra política entre Susana Díaz y el resto de los movimientos que se están produciendo de cara a la elección de la secretaría general en Andalucía y la candidatura a las elecciones autonómicas que se celebrarán, si no ocurre nada extraño, en 2022.
Recientemente, el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, fue a visitar a Susana Díaz para establecer un criterio de pacto de transición tras la apertura de los procesos congresuales andaluces. Distintas fuentes de los diferentes sectores de oposición a Díaz cuentan a Diario16 que venía a negociar una salida honrosa y que ella, incluso, llegó a decir que no iba a cambiar la Junta de Andalucía por un puesto de embajadora en el Vaticano.
Los sucesos en el PSOE de Huelva del pasado mes de octubre fueron un duro golpe para Susana Díaz y ahí se desató una guerra interna de los socialistas andaluces. En Andalucía se cuenta por las esquinas que Susana va a dar la batalla a Ferraz a la hora de buscar su reelección para la secretaría general y que el sanchismo está formado por reinos de Taifas, muy dividido y sin un candidato que aglutine la oposición al susanismo. Están los que empezaron con Sánchez, como el alcalde de Dos Hermanas o los que se enfrentaron a Susana Díaz a pesar de haberla apoyado en el pasado, como Mario Jiménez.
Entonces, ¿qué ocurrirá en las primarias socialistas andaluzas de cara al congreso? ¿Susana Díaz volverá a hacerse con el poder en la calle San Vicente o el sanchismo logrará imponer un candidato de cambio? La actual secretaria general ya ha iniciado su precampaña en Granada un mes después de la visita de Alfonso Gómez de Celis. Casualmente Granada, la segunda agrupación provincial en número de militantes. Casualmente.
Díaz sabe que necesita mantener la división dentro del sector crítico porque ella gana tiempo. Sabe que Alfonso Gómez de Celis, a pesar de ser un histórico contemporáneo, no cuenta en las quinielas, pero también tiene mucho temor a que un candidato fuerte como el actual alcalde de Sevilla, Juan Espadas, sí consiga unificar una alternativa.
Si hablamos de otros nombres, distintas fuentes socialistas lanzan otra posibilidad con capacidad de unificar criterios de igualdad que no provoque una escisión dentro del socialismo andaluz. Las mismas fuentes apuntan que podría ser el perfil de lealtad, ética, formación con una alta capacidad de conciencia social el que pudiera, hombre o mujer, o que merezca ganar el congreso a Susana Díaz aunque viniese de ostentar confianza de la actual secretaria general en San Vicente (PSOE-A). En ese mismo perfil, afirman otras fuentes consultadas, se podría posicionar Francisco Reyes, actual presidente de la Diputación de Jaén, otro hombre con pasado susanista pero que ha ido saliendo con criterio propio de los «cortijos aristocráticos del partido».
Por tanto, la realidad es que toda la polémica de la Base Logística del Ejército y las acusaciones contra Carmen Calvo vienen de la guerra interna del socialismo andaluz con la clara intención de debilitar o dividir aún más al sanchismo para que Susana Díaz sea reelegida, algo que no tiene ni mucho menos garantizado. El Vaticano seria un buen lugar para seguir luciendo la mantilla.