El Palacio Real se ha vestido de gala para recibir al emir de Catar, el jeque Tamin Bin Hamad, y su esposa en la que es la primera visita de Estado de este año. Escoltados por la Guardia Real, han sido recibidos por los reyes a pie de coche y han pasado revista al batallón de honores de la Guardia Real.
El jeque también ha recibido de manos del alcalde de Madrid la llave de oro de la villa y después han ido al Senado, donde ha sido recibido por los presidentes de las cámaras, Ander Gil y Meritxell Batet.
La llegada del emir a España llega en un momento clave para estrechar la relación. Una cooperación que se eleva a socios estratégicos, algo que el país del golfo pérsico solo tiene con algunos países como Estados Unidos, China o Francia.
La razón es, según fuentes del Gobierno, que esta visita tiene una importancia capital desde el punto de vista de la seguridad energética, algo vital para España. Catar podría convertirse en el mayor proveedor de gas para nuestro país porque piensa aumentar su producción y es la tercera reserva del mundo, con un 13%, solo por debajo de Irán y de Rusia.
Pero también es un gigante financiero, a través de su fondo QIA, que ingresó 2.000 millones de dólares el año pasado y está detrás del París Sant Germain, entre otros. En España participa en importantes sociedades como El Corte Inglés, la inmobiliaria Colonial o Iberdrola, empresa de la que es el accionista mayoritario.
Ahora ha puesto el ojo en los proyectos españoles financiados con Fondos Europeos, que podría darles un impulso importante. En el debe, la situación de los derechos humanos en su país, donde fuentes gubernamentales reconocen que queda camino por recorrer.