Las grietas dentro del Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar se han hecho más visibles que nunca tras la advertencia lanzada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien, en una entrevista en Radio Nacional de España (RNE), ha acusado a su socio de Gobierno de estar a punto de romper el acuerdo de investidura si opta por extender la vida útil de las centrales nucleares del país.
“Es gravísimo”, sentenció la líder de Sumar, visiblemente molesta ante la posibilidad de que el Ejecutivo socialista, a través del Ministerio de Transición Ecológica, dirigido por Sara Aagesen, siga adelante con una medida que, según ella, “violenta directamente” los compromisos firmados entre ambas formaciones. “No lo vamos a permitir”, advirtió de manera tajante.
El desacuerdo: ¿continuar o cerrar las nucleares?
El conflicto surge en torno a las tres condiciones impuestas por el PSOE para mantener operativas las centrales nucleares: garantizar el suministro, asegurar la seguridad técnica y que la medida no implique un aumento del coste para los consumidores. Desde Transición Ecológica consideran que estos requisitos abren una vía técnica viable para alargar la vida de las plantas, en un contexto marcado por la incertidumbre energética y la transición hacia fuentes más limpias.
Sin embargo, para Sumar, formación que se define como “una fuerza verde”, la mera posibilidad de prorrogar el uso de la energía nuclear contradice frontalmente la hoja de ruta acordada en la investidura. “La energía nuclear es disfuncional, peligrosa y carísima”, afirmó Díaz, subrayando que su partido apuesta por una descarbonización real del sistema energético y por un modelo 100 % renovable.
Una cuestión de principios… y de pactos
El conflicto no solo es técnico o medioambiental: también es político e ideológico. Para Díaz, la propuesta del PSOE rompe un pacto central del acuerdo de coalición y representa “un quiebre de la confianza democrática”. “Un demócrata no puede hacer eso”, reprochó, señalando que sería “la primera vez” que el PSOE incumple abiertamente los términos del acuerdo que dio estabilidad al Gobierno tras las elecciones.
Este tipo de acusaciones elevan la tensión dentro de la coalición y ponen en entredicho la solidez del Ejecutivo en un momento clave para la política energética del país.
Un debate que va más allá de la energía
La disputa por las centrales nucleares tiene implicaciones mucho más amplias. Refleja el dilema de fondo en toda coalición ideológicamente diversa: cómo conciliar la urgencia de decisiones técnicas con los compromisos políticos y programáticos firmados.
En este caso, el PSOE parece estar adoptando una postura pragmática frente a los desafíos del suministro energético, mientras que Sumar se mantiene firme en su identidad ecologista y en su rechazo a cualquier solución que no pase exclusivamente por las renovables.
Escenario incierto para la coalición
Aunque por ahora no se ha hablado abiertamente de una ruptura de Gobierno, la advertencia de Díaz eleva la tensión interna a un nuevo nivel. Si el PSOE sigue adelante con sus planes, Sumar podría endurecer su postura en el Parlamento, dificultando la aprobación de futuras leyes o incluso reconsiderando su permanencia en el Ejecutivo.
La situación coloca al presidente Pedro Sánchez en una encrucijada: mantener la estabilidad de la coalición o avanzar en una política energética más flexible que, aunque polémica, podría responder a las exigencias del contexto global y del mercado eléctrico.
Por el momento, el Ministerio de Transición Ecológica no ha confirmado si se ejecutará la prórroga para las centrales nucleares. Pero si lo hiciera, la advertencia de Yolanda Díaz ya ha dejado claro que el gesto no pasará desapercibido: podría convertirse en el primer gran punto de quiebre de un Gobierno que, hasta ahora, ha logrado mantener una unidad tensa pero funcional.
Mientras tanto, el debate sobre la energía nuclear se enciende de nuevo en España, no solo como una cuestión de kilovatios y emisiones, sino como una prueba de fuego para la coherencia, la democracia interna y la viabilidad de una coalición de izquierdas en tiempos convulsos.