Juan Carlos I, de rey campechano a rey conseguidor

31 de Mayo de 2022
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Juan Carlos y su padre don Juan en una imagen de archivo.

En 1973, los países exportadores dejaron de vender petróleo a España. Franco mandó a Juan Carlos para que la Familia Real saudí cambiara de opinión y lo consiguiera. Y así fue como el actual rey emérito se llevó su primera comisión. “Yo creo que abro bastantes puertas para España, pero a lo mejor nunca son suficientes”, explicó el futuro monarca en una entrevista para televisión. Esa revelación forma parte de la serie Los Borbones: una familia real producida por ATRESplayer que pondrá al descubierto los negocios del patriarca de la Transición.

Más tarde, ya muerto el dictador, el sah de Persia regaló a España 10 millones de dólares para financiar el paso a la democracia. ¿Quién se quedó ese dinero? Algunos historiadores y periodistas han indagado en el asunto llegando a la conclusión de que, aunque el propio Juan Carlos dijo que la suma fue a parar al partido de Adolfo Suárez, el ex presidente del Gobierno siempre mantuvo que no había visto “ni un duro”. O sea, que la supuesta financiación para impulsar la democracia española quedó en poder de Zarzuela. Y a partir de ahí, el rey empezó a ver las oportunidades de negocio y emprendimiento que ofrecía la Corona del reino de España.

“Juan Carlos I se convierte en unconseguidor”, asegura el periodista José María Olmo, jefe de investigación de El Confidencial. “Tenía tanta necesidad de dinero que llegó a instituir un sistema en Zarzuela por el cual todos los regalos que recibía la Casa Real eran empeñados o vendidos a empresarios para intentar convertir esos regalos en líquido”, explica Olmo.

Con la llegada al poder del partido socialista en 1982, Felipe González decidió establecer una norma para regular e impedir los regalos que llegaban de todas partes del mundo y quedaban al margen de cualquier tipo de control, incluida la declaración de patrimonio ante la Agencia Tributaria. Fue entonces cuando el rey sentenció: “Ni hablar, está uno aquí pringando todo el día y para un regalito que le hacen…”. Esa fue la única vez que el rey vetó una ley en la historia de la democracia.

La serie indaga en las relaciones afectivas del emérito con el resto de la Familia Real. “Cualquier persona humana, sea cual sea su oficio, es muy importante que mantenga una gran unión familiar”, llegó a afirmar el monarca abdicado, cuyos hijos aún eran pequeños. “Juego con ellos, les quiero mucho e intento que comprendan la vida y que se den cuenta de quiénes son”, aseguró. Una idílica relación familiar que también describiría su hijo, Felipe VI, años después: “En mi familia siempre hemos gozado de muy buena relación entre hermanos, entre padres, abuelos... y todo eso ha formado un ambiente que quizá yo desearía para cualquiera”.

Lo cierto es que la relación del emérito con su propio padre no fue fácil, ya que este le envió, siendo un niño, a España a educarse con Franco, una decisión que don Juan justificaba así en una entrevista: “Cuando mi hijo llegó a la edad de empezar sus estudios de secundaria, comprendí la necesidad de que estuviera en contacto con el pueblo español que un día será llamado a conducir. Eso nos obligó evidentemente, a ponernos en contacto con el general Franco del que, por otra parte, recibimos una cordial disposición a ayudarnos en cuanto a profesores, lugares de enseñanza…”, dijo.

Años después, cuando don Juan tuvo que renunciar al trono en favor de su hijo y se hablaba de traición a su padre, Juan Carlos defendería a preguntas de la prensa tener una relación “perfecta, enormemente buena y siento una gran admiración por él y un gran respeto” por su progenitor.

¿Cómo definía el emérito a Franco? Con elogios. Juan Carlos calificaba al dictador como “una figura decisiva, histórica y políticamente para España” que “supo resolver nuestra crisis de 1936”. Preguntado acerca de qué representaba para él, hablaba de “un ejemplo vivo diario por su desempeño patriótico al servicio de España” y una persona por la que, además, sentía “un cariño muy grande y admiración”.

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