No se sabe si en este caso ha sido antes el huevo o la gallina, pero el hasta ahora líder andaluz de Ciudadanos, Juan Marín, solicitó su baja en el partido naranja el mismo día que el pasado 17 de octubre se conoció su fichaje por el Gobierno andaluz de Juan Manuel Moreno Bonilla como presidente del Consejo Económico y Social (CES). La dirección del partido que preside Inés Arrimadas no cree que el ejemplo dado por Marín, atila de los chiringuitos del PSOE durante la anterior legislatura de coalición con el PP en Andalucía, pueda congeniar un instante con el mensaje de regeneración democrática que el partido liberal propugna en sus principios fundacionales.
Así se lo ha hecho saber al propio Marín la cúpula naranja a través de su secretario de Organización, Carlos Pérez-Nievas, según informa Europa Press, ya que Arrimadas no le coge el teléfono al que hasta ahora mismo había sido uno de sus principales baluartes a nivel nacional desde la marcha de Albert Rivera. Lo ha reconocido el ya ex líder andaluz de Ciudadanos en la Ser este miércoles. Marín aún se pregunta a sí mismo qué tiene de incompatible aceptar un ‘carguito’ ofrecido por el Gobierno monocolor de Moreno Bonilla, con un sueldo anual de 65.000 euros, con el mantenimiento de su puesto en el partido liberal.
Durante la campaña electoral de las pasadas elecciones autonómicas andaluzas del 19 de junio, Marín prometió a los andaluces que, en caso de fracaso, como así ha sido a todas luces, no aceptaría ninguna oferta procedente del presidente Moreno Bonilla y se iría a casa, o en todo caso a la empresa privada. No ha cumplido ninguna de sus promesas.
El hombre que comenzó su ya lejana carrera política a comienzos de los 80 en Alianza Popular vuelve a entrar por la puerta de atrás en la casa conservadora por excelencia de este país. Se cierra el círculo. De momento.