La Fiscalía ha solicitado al juzgado que “libre urgente oficio” para conocer el paradero de Maximiliano Eduardo Niederer González, relacionado con el caso de los supuestos fraudes fiscales que se le investigan a Alberto González Amador, el novio de Isabel Díaz Ayuso. Según la Fiscalía, la defensa no ha “facilitado domicilio en el que pueda ser hallado” este hombre. Eso sí, no descarta pedir “medidas más contundentes para garantizar” que este ciudadano mexicano no sortease “la acción de la Justicia”.
¿Quién es este personaje del que no se habla pese al revuelo que ha suscitado el caso Amador? Según ElDiario.es, la pareja de Ayuso se sirvió de una decena de empresas para desplegar un “entramado societario” destinado a eludir el pago de impuestos por el dinero ganado en la venta de mascarillas. El empresario “presentó facturas falsas de ocho compañías sin trabajadores, reflejó gastos por negocios que nunca se produjeron y usó sus dos sociedades para traspasar ingresos y pagar menos impuestos”, según este medio de comunicación.
“La principal vía que usó González Amador para el fraude fue un supuesto empresario mexicano llamado Maximiliano Eduardo Niederer. La investigación ha descubierto que es dueño de dos sociedades sin actividad ninguna, que solo paga el sueldo de una trabajadora –su empleada del hogar–, y que el propio Niederer vive de préstamos familiares y de amigos. La Agencia Tributaria afirma que todo hace pensar que se trata de un posible testaferro, visto su ritmo de vida y la vivienda donde reside en una lujosa urbanización a las afueras de la capital”, añade ElDiario. Esta es la persona que no aparece y a la que la Fiscalía quiere encontrar, ya que su testimonio es crucial.
En teoría, según las citadas fuentes, la empresa de Niederer –MKE Manufacturing– emitió una factura por valor de 620.000 euros a la sociedad de Alberto González Amador –Maxwell Cremona–. Para justificarlo, Maxwell Cremona aportó a Hacienda un documento firmado con MKE Manufacturing para realizar proyectos sanitarios en México. El documento, firmado el 20 de octubre de 2020, deja claro que la empresa no cobraría nada si no se concretaba algún proyecto. Unos días después se emite la factura, el 20 de noviembre, por importe de 620.000 euros. El informe de la Agencia Tributaria señala que tiene un concepto genérico y no se especifican los servicios. La empresa de Alberto González Amador se vio obligada a admitir durante la investigación que finalmente no se había realizado ningún trabajo.
“Maximiliano Niederer declaró el 10 de mayo de 2023 ante las autoridades fiscales españolas. Dijo no conocer a la empresa MKE Manufacturing y no haber firmado nada en su nombre. Seis días después se retractó. Envió un escrito a la Agencia Tributaria y admitió haber ejercido de representante de esa compañía en algunos negocios. Atribuyó su primera declaración a una confusión con otra empresa. Eso sí, volvió a defender que él no había firmado nada y dijo que si aparecía su nombre en algún documento se trataba de un error”, publica el citado medio de comunicación. La Agencia Tributaria lo tiene claro: considera que Alberto González Amador quiso “eludir la tributación” y para ello firmó primero el contrato y luego la factura falsa con MKE, “aún sabiendo que los servicios no se habían prestado”.
Por operaciones como esta, Hacienda ha concluido que no se trata de una mera discrepancia en el cálculo del impuesto de sociedades, sino que advierte en la pareja de Ayuso una indudable intención de defraudar. Niederer colaboró también en otra parte del fraude que se ha denunciado. Además de con mascarillas, Alberto González Amador quiso hacer negocio con vacunas en Costa de Marfil. El proyecto no salió adelante, siempre según las fuentes de ElDiario.es. El resultado del negocio fallido es una factura de la empresa Gayani LTD –con sede en Costa de Marfil– a Maxwell Cremona por valor de 922.585,63 euros. En teoría, se trataba de una comisión por la venta de vacunas a Costa de Marfil, pero las dosis nunca se vendieron. Al final, la Agencia Tributaria señala que “después de mucha palabrería” la empresa de González Amador reconoce que solo pagó 27.000 euros por algunos gastos a “uno de los socios de Gayani LTD”. Ese socio es Maximiliano Niederer, que recibió el dinero en una cuenta española. Ni rastro de los 922.585,63 euros, aunque se presentó una factura y se pretendió deducir esos gastos. Hay muchas cuestiones por aclarar, pero el testaferro no aparece.