Si el aleteo de la mariposa de Murcia provocó el terremoto político de Madrid que desembocó en el triunfo arrollador de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones adelantadas del pasado 4 de Mayo, qué se puede esperar del aleteo que acaba de consumar el dimitido alcalde de Granada, Luis Salvador, de Ciudadanos, que está dispuesto a apoyar al líder de la oposición, el socialista Paco Cuenca, ganador de las municipales de mayo de 2019 que no tuvo los respaldos suficientes para formar gobierno. Todo parece indicar que en este último movimiento del dirigente de Ciudadanos tendrá el ejecutivo andaluz de Juan Manuel Moreno Bonilla la excusa perfecta, aunque lo niegue reiteradamente, para romper el acuerdo de gobierno bipartito con su socio Ciudadanos y convocar un adelanto electoral en Andalucía, en el que todos los sondeos vaticinan un cómodo triunfo del Partido Popular frente a una izquierda en pleno proceso de reconstrucción, con el PSOE de Juan Espadas aún por situarse en la línea de salida, y Unidas Podemos por Andalucía de Martina Velarde que no sabe qué hacer para evitar quedar desdibujado ante el empuje de Teresa Rodríguez y su refundado Adelante Andalucía.
El dimitido regidor asegura que el futuro equipo de gobierno municipal está en el aire en el próximo pleno de investidura porque “hay mucho verso suelto”
Casi un mes después de quedarse en amplia minoría al frente del consistorio granadino, Salvador ha anunciado este jueves que deja la alcaldía y apoyará al líder socialista en el consistorio granadino, Paco Cuenca, ganador de las municipales de mayo de 2019. El respaldo de Salvador a Cuenca también será respaldado por el único concejal que le queda en el consistorio granadino, José Antonio Huertas.
A comienzos del pasado junio dimitió en bloque casi todo su equipo de gobierno –formado por ediles del PP y de Ciudadanos– para provocar la salida del regidor. Cuando se convoque un pleno de investidura, es más que improbable que se reedite el pacto PP-Ciudadanos porque, según el ya ex alcalde, “hay mucho verso suelto”.
Cuando 2+2 no son cuatro
El inicio del terremoto político de Granada culminado con la dimisión del alcalde se inició a finales del pasado mayo, cuando dimitió Sebastián Pérez, que entonces era concejal del PP hasta que dejó el partido y amenazó con apoyar una moción de censura a favor del PSOE si sus compañeros no obligaban a Luis Salvador a marcharse. Todo venía provocado por el supuesto acuerdo de alternancia pactado en junio de 2019 entre PP y Ciudadanos por el que supuestamente había un pacto de ‘2+2’ para que a los dos años de mandato de Ciudadanos al frente del consistorio fuese el Partido Popular el que le tomara el relevo en la Alcaldía de Granada.
El órdago de Pérez obligó al PP a presionar al alcalde para provocar su dimisión, algo que consiguieron a medias el 8 de junio, cuando dejaron sus cargos todos los concejales populares y dos de Ciudadanos del equipo de Gobierno, dejando a Salvador en una minoría absoluta, apoyado solo con un edil.